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'Errejómetro'

Mercè Carandell

En medio del shock Errejón, con cuya gravedad hemos estado todos de acuerdo, propongo considerarlo una medida para juzgar otro tipo de sucesos. Errejón ha sido portada de todos los periódicos. Ha abierto todos los informativos, los programas del corazón… Ha congregado a periodistas y políticos en torno a una mesa de debate.

Como el caso ha generado consenso, bien podría convertirse en un equivalente al sistema métrico decimal de la deshonestidad, que nos permitiría juzgar la gravedad política de todos los casos que saltan a la palestra. Si lo hacemos así, me temo que nos vamos a encontrar con que las noticias que copan los medios acostumbran a ser nimiedades si las comparamos a los graves problemas en los que estamos inmersos, de los cuales no queremos saber nada.

Como el caso ha generado consenso, bien podría convertirse en un equivalente al sistema métrico decimal de la deshonestidad

Pongamos como ejemplo a la prostitución. Me pregunto cuántos políticos (digo políticos porque político es Errejón) intachables hay que se despachan con las prostitutas esclavas (no quiero pensar lo que les hacen), que están condenadas a callarse, a las que todos metemos dentro de un mismo saco y, a juzgar por lo que vemos y leemos, nos interesan muy poco. De otros colectivos se podría decir lo mismo.

Cuando Abascal critica a Errejón, bien podríamos presentarle el caso de un “MENA” que él considera infrahumano.

Recuerdo el impacto que me causó el caso de Cristina Cifuentes cuando supe que le habían regalado un master y, además, que había comprometido en ello a la profesora que había falsificado su firma por orden (creo) del Rector de la Complutense. Me eché las manos a la cabeza cuando lo supe y, sobre todo, cuando vi tan pancho a Rajoy y a todo el Partido Popular empeñado en quitarle importancia a lo que en mi opinión era un delito gravísimo. Pero amigo, el caso fue a más cuando vi la cara seria y avergonzada de Rajoy porque Cristina había robado un par de cremas, que no asaltado el Banco Central.

En fin, juzguen ustedes mismos, aquí lo dejo. 

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Mercè Carandell es socia de infoLibre.

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