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España es azul... en Madrid

César Moya

Siempre pensé desde mis muchos años ya vividos y en mi tercera edad que el PSOE representaba lo único válido para una vida sensata, considerando que es un partido que yo denomino como la derecha amable porque es indudable que la izquierda real está mas identificada en otras siglas. Cuando llegó Pedro Sánchez al gobierno se empezó a actuar como esa definición que le doy antes porque, hasta entonces, los acuerdos de Felipe en su tiempo con el PP eran simplemente un disimulo público para empezar un cambio que fue imposible. Se había amnistiado a los vencedores de la guerra que en nada habían disminuido su fascismo y entre los que se encontraba gente muy violenta y con delitos de sangre.

Lo que ahora no se perdona a ETA, clavo ardiendo del PP actual. Felipe no tuvo el valor de enfrentarse a romper aquello, cosa que no le critico, porque había que estar allí. Lo que debería hacer ahora es no decir sandeces. Porque hoy tenemos un peligro latente y enorme en Europa para dar ánimos a una derecha crecida.

Hoy vivimos un empuje en Europa de la extrema derecha más absurda con unos líderes que más parecen actores cómicos o trágicos a veces, pero que solo son muñecos de un mercado al que interesa tenerlos haciendo el ridículo para que se hable de la política y no de la economía. Pero es esta la que dirige cualquier decisión importante que decida el futuro. Por ejemplo, la guerra de Ucrania y su futuro no se decide en apoyos determinados a una de las partes, solo útil para continuar la tragedia, porque es el mercado el que lo puede solucionar en un despacho. Lo de Israel también es algo que empezó con la lucha de poder universal, pero hoy se ha transformado en un odio sin límites de un personaje que parece que a algunos les interesa mantener ahí porque si hubiera ya interesado que desapareciera, así habría ocurrido. Hoy en día es muy fácil para los grandes poderes económicos. 

España es un lugar maravilloso para ensayar todas estas batallas y Madrid su capital. Y en esa capital se concentra ese fascismo capaz de cambiarlo todo a peor si el resto de España no se opone

Quizá hemos llegado a un momento en que existen demasiados viejos que no aportan nada, quizá hemos llegado a un momento en que en Europa se han alcanzado demasiados grados de sensatez humana con privilegios que ya no interesan. Quizá es el momento de volver a tener a Europa en un puño porque es el continente más avanzado en ideas de mejora social... Y muchos argumentos más que no llegamos ni a sospechar. Pero para todo esto, si nos fijamos, Europa es el continente siempre en liza, como cuando ocurrió en aquellos principios del siglo XX. Es el lugar de encuentro de las guerras y luchas en donde se decide el futuro del mundo. Y España es un lugar maravilloso para ensayar todas estas batallas y Madrid su capital. Y en esa capital se concentra ese fascismo capaz de cambiarlo todo a peor si el resto de España no se opone.

Aparece de golpe un tal Milei que provoca rechazo solo el verle y aquí están personajes que se manejan muy fácilmente porque su odio lo favorece. Ayuso puede parecer la Rockefeller de algunos, pero tiene su papel hasta humorístico o trágico y Aznar la cabeza pensante para favorecer aquí muchos inicios de batallas. No olvidemos su foto de las Azores en su afán absurdo de protagonismo fascista. Abascal como embajador de Trump culmina el grupo y Aznar transmite su deseo antiguo desde los tiempos de Rajoy de unificar la derecha. Además, el fascismo económico se vale de personajes ridículos para sus fines y en la derecha española salen como setas en tiempo de lluvia. 

No digamos si se acompañan de medios de comunicación comprados para el mismo fin y, lo más importante, una judicatura ideologizada para destrucción de una izquierda peligrosa. Para ellos con un líder como Pedro Sánchez que puede ser muy peligroso actuando por el mundo como “Pedro por su casa”, nunca mejor dicho, y hasta recabando apoyos para una causa sensata. Tal como está haciendo, por lo que es necesario destruirlo. El hecho de que a Netanyahu le importe más lo que haga Pedro Sánchez que el resto explica bien su liderazgo. Lo de Abascal en Israel explica bien su patriotismo exclusivo de negocio. Todo ello es el único objetivo de la derecha hispana formando un contrapoder muy bien definido por Errejón en el Congreso, pero que hace demasiado difícil gobernar a otros que no sean ellos. 

En resumen, España puede ser un centro muy deseado para que el fascismo vuelva y una capital demasiado sumisa a ello. Con un país que quizá no sea lo mismo, pero hoy existe otra variable a considerar, el adormecimiento de una sociedad castigada que cree que protestar no sirve para nada apoyada en una juventud demasiado absorta por el TikTok y el Instagram. 

No sé si he escrito aquí sospechas exageradas, absurdas o hasta cómicas, pero las he escrito sin humor. Me entristece el futuro tal como yo lo veo y no creo ser el único. Puede que sea la opinión de un cascarrabias muy protestón, pero con muchas dudas ya en mi cabeza. Por eso, me encantaría saber lo que opinan gentes que tengan las mismas dudas que yo, que nunca he pensado que esté en lo cierto porque ni soy político, ni escritor, ni tertuliano ni famoso. Lo único que soy es un observador de lo que ocurre cerca de mí pensando en mis hijas y nietos, porque a mí poco daño me pueden hacer ya, al no ser el intelectual. No quisiera conocer el fascismo de nuevo porque ya tuve esa experiencia de joven. Para eso echo de menos debates serios en donde en vez de groserías e insultos se hablara de estos peligros que muchos no conocen. Y saber igualmente si Europa no se defenderá ante este trumpismo que viene para destruir las democracias del único continente con ciertos valores esenciales para la vida en común. 

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César Moya es socio de infoLibre.

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