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Las rebajas

Antonio García Gómez

El consumismo enlatado, el consumismo al alcance de todos los bolsillos, por menos que nada aunque siempre habrá “algo” que abonar, por muy “oportuno” que nos parezca “la oportunidad” que no deberíamos perdernos, la oportunidad de nuestras vidas, aunque el armario rebase su capacidad, y es que si no la aprovechamos... ¿nos arrepentiríamos de por vida?

Recuerdo a unos amigos que paseando por la calle Larios de Málaga se interesaron por un cartucho de almendras fritas y saladitas, tan ricas, tan tentadoras, tan apetitosas, a tres euros el canutillo, a no ser que prefiriésemos dos por cinco euros, una ganga, aunque mis amigos solo querían una racioncita de almendritas, por tres euros, aunque la “oportunidad” estuviera en adquirir dos por cinco.

Pero mis amigos, canadienses a la sazón, parece que “no entendieron” la oportunidad perdida … aunque se llevaron exactamente lo que querían. Pero el mundo de los grandes negocios sabe cómo presentar las oportunidades de compra, de consumismo compulsivo, imparable, de pingües beneficios para los creadores de “las necesidades inútiles”, por la mitad de la mitad de lo que valga, aunque nadie sepa muy bien su valor, tal vez porque solo interesará el precio.

Cuando tras la “temporada” lleguen las rebajas, las oportunidades, los saldos que acaben por exprimir los bolsillos de los consumidores más precarios, porque ya solo se ofrece la morralla, desde el mismo punto en que la necesidad se haga imperiosa, irrenunciable, urgente, por casi ná, porque la oportunidad se convierte en una pasión tan inducida como asumida e irrefrenable.

Y ahora estamos en las rebajas de temporada, de la que sea, de las de verano por ejemplo, de la del gran híper o la del mercadillo de voz en grito, por buscar el chollo, para ir rellenando las emociones necesarias para ¿sentirnos vivos?, por un tanto por ciento menos, porque la oportunidad es irresistible. De modo que ya no deberemos preguntarnos si necesitamos o no ese producto que adquirimos por la mitad de su precio, sino dando un pasito... ¿cómo vamos a dejar pasar esa oportunidad de adquirir algo que ni siquiera necesitamos, claro que por ese precio tan irrisorio?

Y así con millones y millones de probos consumidores que siempre encontrarán la razón vital que les decida a volver a comprar y a comprar. Incluso mediante el “crédito exprés” que ya devolveremos con sangre, sudor y sangre… ¡Por ilusos, por gilis, por crédulos!, aunque en realidad lo que queríamos era nada más que un canutillo de almendras salás.

Cuando llegamos a casa felices de haber pagado unos pocos eurillos por una bagatela que no nos sirve ni nos interesa, cuando en realidad el chollo hubiera estado en que nos hubieran pagado por quedarnos con tal porquería. ___________

Antonio García Gómez es socio de infoLibre

El consumismo enlatado, el consumismo al alcance de todos los bolsillos, por menos que nada aunque siempre habrá “algo” que abonar, por muy “oportuno” que nos parezca “la oportunidad” que no deberíamos perdernos, la oportunidad de nuestras vidas, aunque el armario rebase su capacidad, y es que si no la aprovechamos... ¿nos arrepentiríamos de por vida?

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