Teísmo y ateísmo
Al hilo del suceso del grupo ultra que celebró una cumbre en el Senado decir que me parece una absoluta barbaridad que se les permitiese celebrarla, y decir también que, aunque soy creyente, no sintonizo en absoluto con este movimiento ni me siento representado por ellos.
Cuando esta gente ha hablado de creacionismo desconozco si se referían a que creen en la literalidad de lo que la Biblia, en el libro “Génesis”, expresa; si es así están muy desfasados.
La iglesia oficial entiende el génesis como una visión cosmogónica de las personas de la época en que se escribió (siglo XV antes de Cristo); lógicamente no hay que entenderlo en la literalidad de lo que se dice. Dicho lo anterior, la Iglesia hoy no ve contradicción entre la teoría de la evolución, con ciertas reservas (como también las hay en sectores del mundo científico), y la creación, el creacionismo, porque en última instancia siempre queda pendiente la pregunta de ¿Quién ha puesto en marcha todo esto? En la Iglesia se entiende que Dios, luego se puede decir que dentro del creacionismo tiene cabida la evolución de las especies; no son conceptos excluyentes para un creyente actualizado.
Llegados a este punto, lógicamente, los ateos niegan la creación y, por tanto, solo les queda la evolución de las especies, teoría que de alguna forma explica la aparición de la multiplicidad de formas de vida pero que no da respuesta a la aparición de la primera célula viva, ¿cómo fue posible la aparición de este primer ser vivo a partir de materia muerta? La ciencia hoy, literalmente, dice que no se tiene ni idea, se intentan buscar explicaciones pero reconocen estar tan lejos como al principio, es más, durante los últimos 50 años las investigaciones que han tenido lugar en los campos de la biología molecular, la cosmología y otros, han dejado como resultado un reguero de científicos ateos que se han convertido al teísmo (creencia filosófica, no necesariamente religiosa, que ve la necesidad de la existencia de un ente creador…, llámale dios si quieres) abrumados por la imposibilidad de que la extrema complejidad de lo que se ve, y se intuye, haya podido ponerse en marcha por mero azar (para quien sienta curiosidad aconsejo ver en YouTube el documental “Origen”).
Desde posiciones desinformadas es habitual hacer comentarios cuasi despectivos, condescendientes en ocasiones, e incluso ridiculizantes no pocas veces, de los que creemos en la existencia de Dios
Vengo a decir todo esto porque desde posiciones desinformadas es habitual hacer comentarios cuasi despectivos, condescendientes en ocasiones, e incluso ridiculizantes no pocas veces, de los que creemos en la existencia de Dios. Y eso, además de ser poco edificante, más que nada es una contradicción para ese sector de ateos que así se comportan porque, implícitamente, están legitimando las posiciones de fe de aquellos a los que critican, ya que ellos, sin argumento razonable alguno, no hacen otra cosa sino exponer una fe inquebrantable, irracional la mayor parte de las veces, en el azar… Los filósofos teístas califican jocosamente esa postura como ‘azarismo vago’: una postura en la que de un plumazo explican todo sin despeinarse con una sola frase: “ha sido el azar”, en la que el esfuerzo por buscar una explicación está ausente, de ahí lo de ‘vago’.
Como información que seguramente sorprenderá a muchos: el 95% de los premios Nobel de ciencias (matemáticas, física, cosmología, biología, etc., etc.) del último siglo son teístas, el 5% restante ateos o agnósticos. Podríamos decir que cuanto mayor es el conocimiento que se tiene de cómo está conformado el cosmos, mayor es la tendencia a creer en Dios, en contra de lo que, quizás, cree la mayoría de lo que llamamos sociedad occidental: que la ciencia no permite la creencia en Dios.
Algunos casos curiosos (los hay en gran abundancia):
- Anthony Flew, del que se aseguró ser el ateo más influyente del mundo entre los filósofos del ateísmo, decía: “uno debería presuponer el ateísmo hasta que la evidencia empírica de un Dios apareciera”. Años después, en 2004, en un alarde de valentía y humildad, anunció su cambio de postura del siguiente modo: “tuve que rendirme ante la evidencia de los hechos”. Según Flew, tales hechos incluyen recientes descubrimientos científicos en los campos de la cosmología y de la física. Además, explicó: “Los hallazgos realizados durante más de cincuenta años de investigación del ADN sirven de base para nuevos y poderosísimos argumentos a favor del diseño”; implícitamente hablaba de un diseñador de todo, Dios.
- Francis Collins, quizás el biólogo más importante vivo, fue el director del proyecto ‘Genoma humano’, que comenzó en 1990 y concluyó en 2004. Empezó el proyecto siendo ateo y a mitad del mismo vino a decir: “He llegado a la conclusión de que tiene que haber Alguien que haya diseñado esto porque el genoma humano es un lenguaje, y todo lenguaje es signo de inteligencia”. Al final del proyecto se bautizó y ahora forma parte del consejo asesor científico del Papa. En 2007 fundó la Fundación BioLogos, con el objetivo de abordar los temas centrales de la ciencia y la religión y hacer hincapié en una compatibilidad entre ciencia y fe cristiana.
- Einstein al final de su vida afirmó: “Toda persona que está seriamente envuelta en la profesión de la ciencia se convence de que en las leyes del Universo se manifiesta un espíritu… un espíritu inmensamente superior al del hombre, y uno ante el cual nosotros, con nuestros modestos poderes, tenemos que sentirnos humildes.”
- Heisengerg, padre de la física cuántica, uno de los físicos más importantes que haya existido y hombre muy religioso decía: “El primer sorbo de la copa de las ciencias naturales te convertirá en ateo, pero al final del vaso está Dios esperándote”.
No pretendo convencer a nadie de nada, tan solo colaborar a respetar las creencias de toda persona, atea, agnóstica o creyente. También animar a no caer en la modorra del ‘azarismo vago’ sin dar la batalla por argumentar razonablemente la propia postura ateísta…
Posdata: Se puede ser teísta, es decir, creer en Dios y no ser religioso. El teísta no religioso, desde su razón, cree que tiene que haber un ente (Dios) que haya puesto en marcha todo, que lo haya creado, lo cual no supone esto en su vida otra cosa que una simple idea, una convicción, sin trascendencia de ningún tipo. El teísta religioso es alguien a quien su creencia en Dios le lleva a desarrollar una determinada forma de situarse en el mundo en relación a sí mismo y a los demás. El creyente cristiano es alguien cuya forma de situarse en el mundo, por razón de su creencia en Dios, viene definida por la fe en Jesús de Nazaret, de quien nosotros creemos que es, dicho en lenguaje eclesial, el hijo de Dios, es decir, Dios hecho hombre, cuya vida y enseñanzas vienen recogidas en los 4 evangelios.
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Domingo Fernando Casaos Mairal es socio de infoLibre.