Mónica García: "Fumar ya no es atractivo, por eso la industria pone el foco en jóvenes y vapeadores"

El consumo de tabaco sigue cayendo en picado. Nunca antes en los últimos 30 años se ha fumado tan poco como ahora. Y ya no sólo eso, sino que hasta un 67,7% de quienes lo siguen haciendo ya se plantean dejarlo. Parace una victoria, pero es que estas cifras comparten inevitablemente titulalres con otro dato: más de la mitad de los jóvenes entre 14 y 18 años ya ha probado los cigarrillos electrónicos. Este consumo ha alcanzado ya unas cotas nunca antes vistas. Por eso es ahí donde el Ministerio de Sanidad pone el foco de su nuevo Plan Antitabaco. En el tabaco calentado, en los vapeadores, en las bolsas de nicotina... "No son formas para dejar de fumar, son puertas de entrada a una adicción al tabaco", lamentó este lunes la ministra de Sanidad, Mónica García.
Lo hizo este lunes durante una entrevista con el director de infoLibre, Daniel Basteiro, en el marco del foro Plan Antitabaco, caminando hacia un futuro libre de humo organizado por el periódico con la colaboración del Ministerio, que aprobó en abril de 2024 el Plan Nacional de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027. Lo hizo desempolvando un plan que llevaba años en un cajón y con un objetivo claro: reducir la prevalencia de esas nuevas formas de tabaquismo que cada vez tienen más presencia. Y actualizar una legislación que había conseguido dar unos frutos muy positivos.
Todavía le queda recorrido, pero García se mostró optimista. Porque el plan tiene, aseguró, un apoyo social indiscutible, pero también una evidencia científica apabullante. El humo de segunda mano que puede haber en una terraza contamina el aire hasta en un 30%, aumentar un 10% el precio de las cajetillas puede reducir su compra en hasta un 4% y el empaquetado genérico desincentiva el consumo, como ya han demostrado experiencias en otros países.
En cualquier caso, el propio Ministerio de Sanidad retiró esta medida del Real Decreto que la contenía y que habían sacado a consulta pública el pasado mes de noviembre con otras medidas como, por ejemplo, la prohibición de aromatizantes en cigarrillos electrónicos. Fuentes del Ministerio explican que se ha hecho por una cuestión de "rango normativo" y que en ningún caso renuncian a llevarla a cabo, sino que la incluirán en un nuevo decreto más adelante. Porque el recorrido que queda pendiente es largo.
"Llevamos décadas luchando contra el tabaco, y ahora es momento de empezar a abordar todas esas medidas que han demostrado ser eficaces", aseguró García. Más allá de ellas, prohibiciones más drásticas como vetar la compra de estos productos por parte de ciudadanos menores de alguna edad en concreto no están en la hoja de ruta. Al menos por ahora.
Pero el foco está ahí, en esas nuevas generaciones que rechazan los cigarrillos tradicionales pero que encuentran en los cigarrillos electrónicos y vapeadores una entrada a una adicción que luego puede virar hacia el consumo de cigarrillos tradicionales. Las tabacaleras lo saben y por eso trabajan en ello. "No hay tabaco bueno, y eso lo sabemos todos, por eso la estrategia de la industria ha virado a todos esos dispositivos que venden como menos perjudiciales pero que en realidad buscan captar a los jóvenes. Siguen siendo tóxicos, y además son la puerta de entrada a todo lo demás", criticó la ministra.
En paralelo, añadió García durante el encuentro de este lunes, otro de los esfuerzos y prioridades se dirige a ese 67,7% de fumadores y fumadoras que quieren dejarlo y no pueden. Y para ellos, señaló, va dirigida la estrategia de financiar los fármacos dirigidos a la reducción de la adicción. "Precisamente porque sabemos que hay tanta gente queriendo dejarlo el esfuerzo está en que muchos jóvenes no entren en la adicción", insistió.
La publicidad y la sanción, otro frente y otra arma
La sociedad civil y los profesionales que luchan contra el tabaquismo comparten el diagnóstico. Y también el tratamiento. Pero eso sí: exigen ir más allá. Así lo dabetieron los representantes y expertos de distintas organizaciones que participaron en la mesa redonda celebrada tras la entrevista a la ministra. Fueron Felipe Villar Álvarez, neumólogo de la Fundación Jiménez Díaz y experto en tabaquismo; María del Mar Arroyo Jiménez, licenciada en Ciencias Biológicas y directora del máster Especialista en Prevención del Consumo del Tabaco y Abordaje Integral de la Adicción; Raquel Fernández Megina, presidenta de la Asociación nofumadores.org; y Noa Rey, farmacéutica y afiliada a la Sociedad Española de Especialistas en Tabaquismo (SEDET).
Fernández, que ha llevado a cabo varias campañas de recogidas de firmas, fue la más tajante. "Educar está bien, pero sancionar también es educar. Es importante establecer una generación libre de humo a través de la abolición progresiva de su venta", dijo. "En este país no nos pusimos el casco de moto o el cinturón de seguridad hasta que no hacerlo empezó a implicar una multa", subrayó Rey. Ambas lo tienen claro: hay que prohibir. Directamente. Y también hay que castigar cuando no se hace. "Muchas veces hemos visto terrazas en las que no se permite fumar pero donde la gente lo hace y no pasa nada", denunció Rey.
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Todo esto no quita, no obstante, que no haya que seguir realizando una labor pedagógica como la que ejercen proyectos como el de Arroyo, que apostó por invertir en "información no sesgada".
"Es importante explicar, por ejemplo, que el vapeo no es fumar agua, sino consumir partículas tóxicas", lamentó. Sustancias que, aunque diferentes a las del tabaco tradicional, también generan daños. Y muy parecidos a los de los cigarrillos. "También afectan a los pulmones y puedes producir complicaciones cardiovasculares", dijo Villar.
Lo ve cada día en su trabajo. Igual que observa cómo la prevalencia de las enfermedades que trata como neumólogo están asociadas, todavía y en una gran medida, al tabaquismo. "La EPOC [enfermedad pulmonar inflamatoria crónica] es la tercera causa de muerte en nuestro país y afecta a entre un 11 o un 12%. Mucho nos tememos además que esté infradiagnosticada", lamentó. Por eso abogó por todas las medidas que maneja Sanidad. Pero siempre teniendo presente una cosa: "El tabaquismo es un problema de salud pública".