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Con el arte a otra parte (del universo)

Si algún día los extraterrestres tienen a bien darse un paseo por estas latitudes del universo, o si ya lo han hecho, mejor que vengan prevenidos de que por aquí las intenciones son de paz y buen rollo. Algo así han pensado Jon Gibson y Amanda White, que han creado el primer diseño 'pop art' que se lanzará al espacio adosado a un satélite. Con destino a unos 600 kilómetros de la Tierra, la nave parte este octubre con el propósito de tomar fotografías y medir las condiciones atmosféricas, y ya de paso, poner al corriente a los cosmonautas con los que pudiera encontrarse de los gustos y las modas que se llevan por este planeta en materia plástica.

Antes que este, ha habido un buen número de intentos de exhibir la creatividad humana ante el público alienígena. Por el momento, no hay noticias de si ha gustado o no, pero la idea es realmente cautivadora: ¿Es la cultura conocimiento universal en el amplio sentido de la palabra? ¿Podrían entender y apreciar otras especies inteligentes la imaginación humana?

Hace poco más de una semana, el 5 de agosto, se ponía en práctica un similar experimento, solo que a base de sonidos e imágenes. En un esfuerzo por actualizar el proyecto llevado a cabo por la NASA en 1977, cuando se envió al espacio un vinilo con diferentes materiales grabados, Joshua WF Thompson ha digitalizado aquella recopilación, le ha puesto el nombre de Platinum Metres y la ha soltado al cosmos propulsada en un microsatélite.  

La idea original, la de los setenta, provino de una pleclara y rara mente, la del científico y divulgador Carl Sagan, fervoroso defensor y buscador de la existencia de vida extraterrestre y autor de la insuperada serie científica Cosmos. Los discos se introdujeron en las dos sondas Voyager portando imágenes y sonidos como saludos en 55 idiomas, música que variaba desde el folk senegalés a Beethoven o fotos de acciones cotidianas como comer y beber. Un breve resumen, vaya, de los diversos y ricos usos y costumbres en estas coordinadas espaciotemporales.  

El disco de oro (que se llama así porque es dorado) encuentra su precedente en otra idea de Sagan, la Placa de la Pioneer, mandada al espacio interestelar en 1972 con dibujos de un hombre y una mujer y otros símbolos relacionados con cuestiones terrenales. En 1974 se emitía a través de ondas de radio el mensaje de Arecibo, igualmente con informaciones relacionadas con el ser humano y sus ocupaciones.

Una de las imágenes incluídas en el disco de oro del Voyager. 

Más relacionados con el arte están otros proyectos posteriores, como el ideado por el Colectivo Espacial Mexicano, que es en realidad un grupo de creadores que trabajan con la tecnología. Con el nombre de Ulises I, tienen previsto lanzar este diciembre un pequeño satélite (de unos 12 centímetros de largo por 8 de ancho) que surcará el firmamento con una ópera contemporánea en su interior.

Los precedentes son numerosos. El primero viajó a la Luna -donde se supone que continúa- en 1969 a bordo del Apolo 12: una minúscula pieza de cerámica con obras de Robert Rauschenberg, David Novros, John Chamberlain, Claes Oldenburg, Forrest Myers y Andy Warhol llamada Moon Museum. Las obras, media docena de dibujos en blanco y negro, representan un pene (de Warhol), una raya (de Rauschenberg) o un ratón (de Oldenburg).

'El astronauta caído', colocado en la Luna junto a una placa con los nombres de profesionales fallecidos en misión.

Con los tiempos, las tecnologías han avanzado, y de diseños hechos a mano, se ha pasado a enviar, por ejemplo, sofistiados gifs animados, como el que Kim Asendorf soltó el pasado junio. Esculturas (como el Astronauta caído, un homenaje a los viajeros cósmicos transportado en 1971 a la Luna) o una canción de Blur aterrizada en Marte en 2003 ya se encuentran expuestos en enclaves diversos del universo. Solo queda esperar que las críticas sean positivas. 

Si algún día los extraterrestres tienen a bien darse un paseo por estas latitudes del universo, o si ya lo han hecho, mejor que vengan prevenidos de que por aquí las intenciones son de paz y buen rollo. Algo así han pensado Jon Gibson y Amanda White, que han creado el primer diseño 'pop art' que se lanzará al espacio adosado a un satélite. Con destino a unos 600 kilómetros de la Tierra, la nave parte este octubre con el propósito de tomar fotografías y medir las condiciones atmosféricas, y ya de paso, poner al corriente a los cosmonautas con los que pudiera encontrarse de los gustos y las modas que se llevan por este planeta en materia plástica.

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