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Cuarta dimensión

GERARDO NÚÑEZ

Escribo bajo los efectos del mazazo tremendo de las muertes imprevistas. Me repito: “Se ha muerto Paco”, y no consigo entender qué es lo que me digo.

La cabeza y las manos que se han detenido para siempre son las de un semidios que, manteniendo con un orgullo infinito su independencia y su libertad, elevó nuestra música, el flamenco, a la cuarta dimensión de la música grande.

Y lo hizo sin doblegarse, sin conceder una uña a señoritos ni a mandamases efímeros, sin deberle nada a nadie, inyectando en los flamencos jóvenes orgullo, conciencia, autoestima y fuerza suficiente para liberarse de la sumisión de las ventas y de las fiestas, de los lazos casi tribales de una cultura gris en la que hasta entonces jugaban el papel de bufón.

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Abrió la puerta de una casa cerrada, se enfrentó a tormentas y a demonios. Como Ulises, hizo un viaje peligroso para que después lo hiciéramos todos. Nos salvó. Y ahora, un rayo lo ha alcanzado a la orilla del mar, ¿dónde si no iba a morir Paco?

Paco, no sé qué decirte. Grande. Grande. Grande.

*Gerardo Núñez es guitarrista y compositor de flamenco y jazz flamenco. 

Escribo bajo los efectos del mazazo tremendo de las muertes imprevistas. Me repito: “Se ha muerto Paco”, y no consigo entender qué es lo que me digo.

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