EL FUTURO DE LOS SINDICATOS

Los sindicatos afrontan el Primero de Mayo a la sombra de las masivas protestas de pensionistas y mujeres

Los líderes de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, en la presentación de las protestas del Primero de Mayo.

UGT y CCOO afrontan un nuevo Primero de Mayo “complicado”, reconocen, como lo llevan siendo todos desde que la crisis económica y la institucional les han desplazado del protagonismo de que gozaban históricamente. Con el Diálogo Social en horas bajas, tanto con la patronal para fijar salarios como en las múltiples mesas con el Gobierno sobre políticas sociales, los sindicatos mayoritarios buscan la presión ciudadana para desatascar las negociaciones. Pero en la calle ven cómo pensionistas y mujeres han mostrado un músculo que no se recordaba desde los días del 15-Mmujeres. Y no sólo por el número de manifestantes, sino también, al menos en el caso de las pensiones, por cómo han hecho cambiar rápidamente la política del Gobierno.

Ambos sindicatos han convocado 80 manifestaciones en toda España para reclamar un reparto equitativo de los beneficios de la recuperación económica. Tiempo de ganar: igualdad, mejor empleo, mayores salarios y pensiones dignas es el lema que resume las reivindicaciones sindicales cuando España lleva cuatro años creciendo a un ritmo del 3%, “hay más empresas con beneficios que antes de la crisis y los dividendos repartidos están en máximos”, pero el empleo es cada vez más precario, los salarios no suben y se pierden derechos laborales, según esgrimen en su manifiesto conjunto.

CCOO y UGT son conscientes de que las comparaciones con las recientes protestas de mujeres y pensionistas van a ser inevitables. “Siempre nos miden”, concede Rafael Espartero, secretario de Organización de UGT. “Pero el Primero de Mayo tiene una personalidad muy definida”, apunta Fernando Lezcano, su homólogo en CCOO, “es una movilización que tiene cuerpo por sí misma, con unas reivindicaciones muy pegadas a la tradición de la fecha y a la actual agenda sindical”. Aunque también estarán ahí las demandas del movimiento feminista o de los jubilados. “No se trata de aprovecharse de la marea ni de que tengamos que medirnos con ellos, sólo nos medimos con nosotros mismos, con la patronal y con el Gobierno”, replica Lezcano.

El objetivo, añade, es dar cauce a la expresión del descontento. Por el aumento de la desigualdad, la cronificación de la pobreza, los contratos temporales cada vez más breves, la pérdida que han sufrido los salarios más bajos, enumeran. “Nosotros confluimos con los pensionistas en sus protestas, ahora nosotros les llamamos para que coincidan con nosotros el Primero de Mayo”, apela Rafael Espartero.

Los sindicatos se quejan de que la reforma laboral rompió el equilibrio en el mundo del trabajo y ha permitido al Gobierno y a los empresarios “instalarse en una zona de confort” de la que quieren sacarlos presionando en la calle. Los jubilados han conseguido en pocas semanas que el Ejecutivo dé un vuelco a su política de pensiones. Lo que no han logrado los sindicatos en años de huelgas generales y protestas. “Es que con la reforma laboral no hay presión electoral que haga cambiar al Gobierno”, rebate el dirigente de UGT, quien cree que el “momento político” ha jugado a favor de los pensionistas. “Lo que en noviembre [el Ejecutivo] tachaba de populista, ahora es una realidad”, resume. Además, Fernando Lezcano advierte de que Mariano Rajoy se ha limitado a aprobar “medidas cosméticas con una justificación electoral”, pero no ha “tocado el problema de fondo, las reformas estructurales siguen ahí”.

Por eso UGT y CCOO plantean de nuevo un “Primero de Mayo a la ofensiva”, en palabras de Rafael Espartero, que este año pretenden alargar el resto del mes y también a junio. Aún están negociando para dar forma al tipo de iniciativas, pero para el día 22 de mayo ya hay organizadas manifestaciones y asambleas en los centros de trabajo a fin de “calentar motores”, explica. Si no hay reacción a estos dos meses de ruido, en septiembre se plantearán “otro tipo de lucha”.

Acuerdo salarial en peligro

Porque en el caso de que patronal y sindicatos no consigan firmar antes del verano el acuerdo que debe servir de marco para fijar las subidas salariales los próximos años, “no tendrá sentido repetir el espectáculo del año pasado”, advierte Fernando Lezcano. En 2017 los agentes sociales fueron incapaces de alcanzar un pacto y este año va camino de reproducirse el fracaso. También entonces buscaban UGT y CCOO apremiar a la CEOE a firmar alzas salariales, por debajo del rango que piden ahora –entre el 1,8% y el 3% en 2017, este año el 3,1% y un sueldo mínimo en convenio de 1.000 euros–, pero ni las movilizaciones ni la negociación dieron resultado y declararon “muerto” el pacto en julio.

Lezcano asegura que en estos momentos el diálogo con la patronal sufre un “impasse”impasse. Espartero lamenta los retrasos que sufren la “mesas técnicas” abiertas. El dirigente de CCOO cree que es a la CEOE a la que le toca “recolocar posiciones”, “mover ficha”, dice el de UGT. “No pedimos subidas del 17% como las firmadas en el convenio de hostelería de Baleares”, aclara Rafael Espartero, en referencia al acuerdo alcanzado el pasado septiembre en ese sector, que incluía aumentos del 5% los dos primeros años y del 3,5% los dos siguientes. “No estamos para hundir empresas”, añade, “siempre tenemos en cuenta las condiciones de cada una”. Pero reclaman que los trabajadores participen “cuando la ganancia está garantizada”.

El caso es que la CEOE acusa a los sindicatos de “mostrar una parálisis preocupante” y mantiene que las pymes no pueden afrontar aumentos salariales como los pedidos por los sindicatos. Su presidente, Juan Rosell, apoya que se debata mejorar los salarios más bajos, pero no quiere oír hablar de los 1.000 euros de suelo que han puesto sobre la mesa UGT y CCOO. Su oferta comprende un alza del 2% más otro 1% variable, dependiendo de la productividad. También les ha reprochado que suban a sus propias plantillas incluso por debajo de ese 2% que critican a la patronal. “Desconoce nuestra política retributiva para elevar salarios eliminando las categorías más bajas de trabajadores”, responde Fernando Lezcano.

Además, a Juan Rosell apenas le quedan seis meses más al frente de la patronal, está a punto de acabar su segundo mandato. Espartero cree que esa circunstancia no favorece el acuerdo. “Nadie quiere aparecer en público como el que ha firmado la subida de salarios”, aduce. “Pues yo creo que sería mejor cerrar una etapa con acuerdo”, subraya Lezcano, “el mercado de trabajo español lo necesita”.

Diálogo con el Gobierno en punto muerto

Los pensionistas vascos seguirán "en lucha" por una pensión mínima de 1.080 euros "gobierne quien gobierne"

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También languidece el Diálogo Social con el Gobierno. Hay cuatro mesas abiertas sobre otros tantos temas, desde formación hasta seguridad laboral, parados de larga duración y calidad del empleo, pero los sindicatos echan de menos “propuestas concretas” después de escuchar “demasiadas declaraciones de intenciones”. El ciclo electoral y la falta de una mayoría parlamentaria, precisan ambos dirigentes sindicales, dejan el diálogo en punto muerto. “Nos desbordan los acontecimientos políticos y la debilidad del Gobierno tampoco ayuda”, concluye Rafael Espartero.

Uno de esos acontecimientos políticos, el procés, ha tocado inesperadamente a UGT y CCOO. Los sindicatos rechazan que la polémica surgida tras la participación de ambos en la manifestación soberanista del pasado día 15 en Barcelona vaya a perjudicar la asistencia al Primero de Mayo en Cataluña o en el resto de España. Las secciones sindicales de UGT en Renfe y Telefónica se desmarcaron entonces de la iniciativa. Y un número impreciso de militantes –al menos 500 según CCOO de Catalunya– se dieron de baja como protesta.

Espartero reconoce que su posición en Cataluña puede haber creado “desasosiego, incluso críticas” en UGT, pero descarta que vaya a afectar al Primero de Mayo. A Lezcano le preocupa más que termine trasladándose al mundo del trabajo la “polarización” que ve en el resto de la sociedad catalana. “Hasta ahora la presencia del independentismo en las empresas era mínimo”, asegura. El Primero de Mayo lo celebrará el sindicato independentista Intersindical-CSC por la tarde, con una manifestación convocada por la plataforma Alcem-nos y apoyado por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) bajo el lema Por la república de los derechos sociales.

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