Un incendio invisible en el mar: el Mediterráneo, en el epicentro del caos climático por la ola de calor
Un incendio invisible. Continúa desde el viernes 8 de agosto la 51ª ola de calor registrada en Francia desde 1947. Cinco departamentos siguen en alerta roja por ola de calor hasta mediados de agosto, y dos tercios del país están en alerta naranja. Según Météo-France, se espera incluso un nuevo pico para el fin de semana del 15 de agosto.
Pero estas intensas olas de calor también podrían provocar en los próximos días un aumento de la temperatura superficial del agua del Mediterráneo hasta los 30 °C frente a la Costa Azul o Córcega, según las previsiones meteorológicas. Un nivel comparable al registrado en agosto de 2003.
Una ola de calor marino se produce cuando, durante más de cinco días, la temperatura de la superficie del mar es superior al 90% del tiempo. La que afecta actualmente a la cuenca mediterránea se está intensificando, mientras que el primer semestre de 2025 ya se considera el más caluroso jamás registrado en este mar.
Además, según Mercator Ocean International, un centro de predicción oceánica que trabaja para la Unión Europea, durante la primera ola de calor del pasado mes de junio, el Mediterráneo rozó los 24 °C, superando su anterior récord, registrado en junio de 2022.
Al mes siguiente, registró el mes de julio más cálido jamás observado: la temperatura media de la superficie del Mediterráneo alcanzó un nivel sin precedentes de 26,68°, con anomalías en el mercurio que afectaron al 95 % de su superficie.
El Mediterráneo, epicentro del caos climático
Estas excepcionales olas de calor marino son cada vez más frecuentes debido al cambio climático.
“Las aguas se calientan cada vez más de un año a otro, especialmente en el Mediterráneo, donde se estima que el calentamiento aumenta en 0,4 °C por década, frente a una media mundial de 0,2 °C. Esto se explica, en particular, por el hecho de que se trata de un mar semicerrado que tiene pocos intercambios con las aguas atlánticas”, explica a Mediapart Thibault Guinaldo, investigador del Centro Nacional de Investigaciones Meteorológicas.
Dos causas principales explican estas olas de calor marino. Las razones son, en primer lugar, atmosféricas: las temperaturas muy elevadas del aire, la fuerte radiación solar sin cobertura nubosa y la ausencia de viento —un actor importante en la mezcla mecánica de las aguas— provocan una acumulación de calor en la superficie de los océanos.
El número de olas de calor marinas se ha duplicado desde 1982 en todo el planeta
A esto se suma el cambio climático, que acentúa la diferencia de temperatura entre las aguas superficiales y las profundas. “Como consecuencia, se observan menos intercambios verticales entre estas aguas, lo que las calienta”, continúa Thibault Guinaldo. “En resumen, hay mucha energía que llega al sistema oceánico y, al mismo tiempo, condiciones desfavorables para la redistribución de este calor.”
Los científicos estiman que, por el momento, las capas superiores del océano han absorbido alrededor del 90 % del exceso de calor generado por las actividades humanas. En este sentido, las aguas del planeta están en primera línea del caos climático debido a su función de reservorio de calor. Como resultado, el número de olas de calor marinas se ha duplicado desde 1982 en todo el planeta.
Peor aún, las olas de calor marinas serán 20 veces más frecuentes con un aumento de las temperaturas de 2 °C, y 50 veces más frecuentes si las emisiones siguen aumentando considerablemente, según un informe especial sobre los océanos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), de 2019.
Al igual que las olas de calor en tierra, estas olas de calor marinas son cada vez más frecuentes y prolongadas: según el IPCC, el número de días de olas de calor bajo el agua ha aumentado un 54 % desde principios de siglo.
Desastre ecológico
Por último, estas olas de calor en el mar son catastróficas para la biodiversidad marina. “Actualmente estoy estudiando comunidades de fitoplancton y se observa claramente una migración hacia los polos, ya que las aguas se vuelven más favorables para su desarrollo, especialmente hacia el mar de Barents, bordeado por el océano Ártico”, indica Thibault Guinaldo.
En el Mediterráneo, según un estudio publicado en 2022 en Global Change Biology, el cambio climático ha provocado “mortalidad masiva de organismos marinos” en miles de kilómetros de costa, desde la superficie del agua hasta 45 metros de profundidad.
Entre 2015 y 2019, las olas de calor marinas provocaron la desaparición recurrente de unas cincuenta especies de esponjas, moluscos y corales con largos ciclos de regeneración. “El mar Mediterráneo está sufriendo una aceleración de los impactos ecológicos de las olas de calor marino, lo que constituye una amenaza sin precedentes para la salud de sus ecosistemas y su funcionamiento”, alertaron los científicos en sus conclusiones.
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Thibault Guinaldo resume: “Lo que durante la ola de calor de 2003 se consideraba excepcional se está convirtiendo, lamentablemente, en algo recurrente año tras año”.
Traducción de Miguel López