"La primavera ha venido, nadie sabe cómo ha sido”, escribió Machado
. La llegada de la estación cumplía con la secuencia natural que año tras año se repetía y, sin embargo, el poeta se mostraba sorprendido al asistir a esa vivaz coreografía de “¡
Aleluyas blancas de los zarzales floridos!” Pues igualito lo de la salida de Bankia a Bolsa, oigan. Después de escuchar las declaraciones de los “reguladores” de la CNMV y del Banco de España ante el juez, concluimos:
“¡La quiebra a Bankia ha venido,
nadie sabe cómo ha sido! ”. Muy fan.
Todo está en Machado. Es fascinante comprobar cómo su bellísima poesía puede integrarse con toda naturalidad en esta lamentable historia de nuestras vidas,
como los ríos que van a dar a la mar, que es pa’ morirse. Ya verán...
Nosotros que, cuales inocentes abejitas, esperábamos como agua de marzo la aclaración de responsabilidades de los encargados de supervisar la salida de la entidad a Bolsa. Nosotros, que revoloteamos en torno a las declaraciones de los presuntos controladores, con las antenas en alto para no perder detalle, nos hemos quedado de pasta de jalea real.
Los primeros en salir a recitar ante la Audiencia Nacional fueron
Segura y Restoy, expresidente y exvicepresidente de la Comisión Nacional del Mercado de Valores en aquellos años floridos y hermosos.
Ambos siguieron el guión previsto y aseguraron que no era responsabilidad de la CNMV verificar las cuentas de salida a Bolsa. Su función consistía en echarle un vistazo al folleto, comprobar que las cuentas estaban auditadas y chimpún. Segura y Restoy vinieron a decir:
“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar”.
Así que levantaron el vuelo de la Audiencia Nacional y, antes de abandonar las instalaciones, le pasaron la bola de polen al Banco de España.
Llegó el turno de
Pedro Comín, ex director adjunto de Supervisión del Banco de España. Él fue quien recibió en su buzón, antes de que el organismo autorizara la operación, la misiva del inspector José Antonio Casaus que alertaba de que la salida a Bolsa no era buena idea.
Pedro aseguró que había comentado la ardorosa correspondencia con otro Pedro, González, su jefe. Y afirmó que la cosa de ahí no pasó, que la epístola nunca llegó a la cúpula porque el contenido no tenía suficiente nivel. Se trataba de un aguijonazo poco meditado,
“opiniones personales de futuro que podían cumplirse o no”. O sí...
“ ...abrió los ojos el niño
y el caballito no vio”.
Pedro González negó haber recibido la correspondencia de Casaus, aunque confirmó que su subordinado le había informado de lo que preconizaba el remitente.
Y también afirmó estar seguro de que las advertencias del inspector escribiente habían llegado a oídos de la cúpula. Concretamente, a los del subgobernador Aríztegui, porque el gobernador Fernández Ordóñez “estaba a otras cosas”...
Imaginamos la
sorpresa de MAFO al encontrarse con la quiebra en las narices sin haber escuchado ni un estornudo de alerta.
¡Como atento no más a mi quimera
no reparaba en torno mío, un día
me sorprendió la fértil primavera
que en todo el ancho campo sonreía.
Él fue el protagonista del momento culminante del recital. Máxima expectación cuando el exgobernador del Banco de España, proyectó la voz en el auditorio, miró al frente y, en medio del profundo silencio, espetó:
“Los correos de Casaus pudieron acertar en su predicción pero eran erróneos”.
El abogado de la acusación popular, Andrés Herzog, le comentó que no entendía por qué estaban equivocados los pronósticos del inspector, si habían acertado en todo. A lo que MAFO respondió: “Si tú aciertas en una predicción pero fallas en las causas, estás en un error”. Y como Herzog continuaba preguntando, el exgobernador concluyó: “Esto lo explicas en una tertulia y no se entiende”. No le falta razón.
“El hombre es por natura la bestia paradójica
un animal absurdo que necesita lógica”
Y antes de marcharse con su música relajante a otra parte, Miguel Ángel le echó la culpa de la quiebra al
boogie. ¡Que no, que es broma! ¿Cómo le va a echar el exgobernador la culpa al
boogie sin hacer autocrítica ni nada? No, no, MAFO le echó la culpa... a la recesión:
¡Qué difícil es
cuando todo baja
no bajar también!
Ya lo saben. Según los controladores, Bankia salió a Bolsa “arregladita como pa’ ir de boda”, que cantaría Serrat. Rodrigo puso su mejor sonrisa, tocó la campanita y aquí paz y después... quiebra:
“Me gusta verlos pintarse de sol y grana,
volar bajo el cielo azul, temblar súbitamente
y quebrarse”
Y ustedes no sé, pero los reguladores están tan tranquilos como...
“...una blanca paloma se posa
en el alto ciprés centenario”
Que casi ni nos sorprende, porque vivimos en un constante déjà vu:
“Dice la monotonía
del agua clara al caer:
un día es como otro día;
hoy es lo mismo que ayer”.
Es otro de nuestros clásicos “cantares”, los que tienen que velar por nosotros, no se dan por aludidos si nos quedamos a dos velas.
Soñé que tú me llevabas
por una blanca vereda,
en medio del Bankia verde,
hacia el negro de la quiebra. (*)
Para añadir surrealismo a la historia, el autor de los correos, Casaus, compareció ante el juez emocionado y rompió a llorar durante su declaración porque estaba en un período de mucho estrés. Luego les dijo a los periodistas que “lo que importa es que en España haya 100.000 muertes por aborto...".
Este país es un poema. La quiebra a Bankia ha venido, nadie sabe cómo ha sido.
NOTA DE LA AUTORA: Gracias al eterno Antonio Machado. A veces, maestro, hay que tirar del sublime talento de los grandes para vencer el hastío...
(*) Por exigencias del guión, las palabras: “Bankia, negro y quiebra” sustituyen a las de poema original: “campo, azul y las sierras”.
Gracias por su ingenioso y, a veces, gracioso artículo. Si no fuera por qué no tiene gracia lo que en este país pasa, pero es lo que nos queda. Ironía... Para cuando el coraje y el valor. O será cómo decía Machado :"la España.... De espíritu burlón y alma quieta ". Tendrá su día???? Salud y República
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