IDA y MAR, una historia de amor
“Si conseguí llevar a un mediocre desde la seca Castilla a la Moncloa, ¿qué no podría hacer con un diamante en bruto como este?", se dijo MAR.
Eso se decía MAR en enero de 2021, apartado en esos momentos de los círculos del poder desde 1998, en que dejó la portavocía del gobierno de Aznar como secretario de Estado de Comunicación y ya dedicado desde entonces a su pasión: la comunicación en diferentes medios y empresas.
IDA le acababa de ofrecer el puesto de director del gabinete de la presidencia y responsable de Comunicación de la Comunidad de Madrid. Atrás quedaban sus tiempos de comunicador en diferentes medios, así como sus “tropiezos” judiciales en los que fue condenado por injurias al doctor Luis Montes en 2011 y por conducción en estado de embriaguez, en donde embistió con su coche a varios otros aparcados y a un peatón.
“Esta chica tiene mucho futuro”, se dijo, haciendo uso de su sagacidad, su inteligencia y su saber maniobrar en los círculos de la política. “Esto no me va a ser más difícil que lo del castellano ese”.
Se puso manos a la obra de inmediato. IDA era presidenta en minoría, necesitando de los votos de un partido como Ciudadanos que le permitía gobernar en una situación de cierta debilidad. “Podemos aspirar a más”, se dijo y se lo dijo a ella. “Tú puedes, pero has de seguir mis consejos”.
“Ante todo tenemos que cambiar tu imagen de niña inexperta, suavecita y que muchas veces mete la pata con declaraciones un tanto patosas (los atascos de Madrid, el concebido no nacido, etc.). A partir de ahora los mensajes te los voy a marcar yo. Serán mensajes muy directos, sencillos y de gran calado entre mucha gente. A la gente hay que darle lo que quiere oír”.
Atemperó mucho las intervenciones de IDA, ya no se le volvieron a escuchar esas declaraciones que no eran acordes con lo que se suponía eran las de toda una presidenta. Había que adecuar el físico, las formas, la manera de hablar, los gestos y hasta el vestuario. MAR repasó varias veces la película Pretty Woman y de ella sacó bastantes ideas. Había que crear otra IDA, y, “chica, métete esto en la cabeza, la Comunidad de Madrid se te queda corta, hay un más allá. Tenemos un más allá”.
La ocasión de oro se le presentó durante el tiempo de la pandemia y el confinamiento y en ese momento se empezaron a ver los resultados, con mensajes que eran dirigidos directamente al cerebro de unas almas que lo estaban pasando muy mal: libertad, Pedro Sánchez odia a los madrileños, yo no voy a hundir a los restauradores, a la economía, conmigo que no cuenten para eso, cervecitas para todos. Y mucho victimismo, hacer sentir a la ciudadanía que ella era una víctima de los diferentes poderes, igual que lo eran ellos, “porque yo soy de los vuestros, como vosotros”. Y el mensaje caló, y MAR sabía que iba a ser así.
Y en ese momento, en la cúpula del PP, empezaron a notar en el cuello el aliento cálido de la lideresa que se les echaba encima. Casado empezó a sentir que alguien le hacía sombra
“Ahora es el momento de desembarazarnos de estos de Ciudadanos”, se dijo MAR. “Aprovechemos lo de Murcia (una excusa como otra cualquiera), carguémonos a estos de Ciudadanos y convoquemos elecciones”.
Y así lo hizo IDA, y ganó, con casi mayoría absoluta y con el apoyo de los “compañeros” de Vox. Y en ese momento, en la cúpula del PP, empezaron a notar en el cuello el aliento cálido de la lideresa que se les echaba encima. Casado empezó a sentir que alguien le hacía sombra. “No importa”, dijo MAR, “mantén las formas, que se mosqueen está bien, pero no hay que adelantar acontecimientos, todo a su paso. El ritmo te lo marcaré yo, en política hay que saber encontrar los momentos oportunos”.
La pugna se mantenía viva pero en silencio, tan solo en los pasillos de Génova era clara la pugna y los odios entre los segundos de cada uno (MAR y Egea), pero casi nada salía a la luz pública.
Y vinieron las elecciones en Castilla y León. Casado quería un golpe de efecto y demostrar a esa lideresa que la mayoría en la Comunidad de Madrid era gracias al PP como tal, y no por ella, que ese triunfo se podría cosechar igual en otras comunidades, que él tenia fuelle suficiente y que esto era el inicio de la toma de la Moncloa.
IDA apoyó al PP, sí, pero se las ingenió (probablemente MAR se lo ingenió) para ser la última voz que se escuchó al cierre de la campaña electoral en el mitin de Valladolid. “Ahí tienes que estar tú”, le había dicho MAR. “Eso te lo organizo yo”.
Aquello fue tremendo, fue la primera vez que el último discurso de la campaña no venía del candidato, ni del presidente del partido, el momento estelar fue de IDA. Y si el candidato cosechó aplausos, las ovaciones, las interrupciones continuas por los aplausos se los llevó ella (MAR se repanchingaba en su asiento gozoso). En ese mitin IDA, aconsejada por MAR, se saltó la política oficial del partido y como verso libre expresó su idea clara de la formación de gobierno con Vox (Casado también se removía en su asiento).
Entre los votantes, entre cargos municipales y territoriales, se ha ido creando el sentimiento de que ahí tienen un caballo ganador. ¿Va a permitir el PP en conjunto tirar por la borda un valor como ese? Y eso no hay quien lo pare. Las expectativas de Casado no se cumplieron y CyL quedó en situación de bloqueo, del que aún no se sabe cómo va a salir.
“Ahora es el momento”, se dijo MAR. Están agazapados, no se ha cumplido el objetivo y se encuentran en situación de shock. Hay que atacar. Hemos sabido de un posible espionaje en nuestra casa, oportunidad de oro para volver al victimismo, pero ahora con un enemigo dentro del propio partido. Yo sé que los líderes regionales nos van a apoyar en esto. Nosotros tenemos la fuerza de los votos.
“Y vamos a dejarles que ataquen ellos, que seamos nosotros los ofendidos, tú tranquila, lo tengo todo pensado. Ahora vas a pedir de nuevo la celebración del congreso del PP de Madrid y ya verás cómo saltan. De lo que hablan no tienen pruebas y se lo van a tener que tragar, los barones y los lideres territoriales ya le harán estar calladito”.
Y de nuevo así fue, de nuevo el maquiavelismo de MAR triunfó. Saltaron chispas con unas acusaciones de las que Casado no tenía pruebas suficientes, la izquierda llevaría el tema a los juzgados, pero… “¿Cuánto tiempo se llevaría eso? ¿Reaccionarán los jueces en nuestra contra? Y ahora nosotros al ataque: Hemos sido víctimas de un intento de espionaje y de unas acusaciones falsas”.
Los líderes territoriales tiemblan, los votantes enmudecen y algunos se echan a la calle Génova (tal vez lanzados por el propio MAR), piden cabezas y gritan “Casado fuera” y “presidenta, presidenta”. De momento, cae un mindundi del Ayuntamiento (de la línea Casado), ¿caerá Egea después?
“Mira, IDA, ¿cuántas veces ha fallado Casado al PP en elecciones? ¿Crees que van a permitir los líderes, los barones, los votantes, que se pierda la joya de la corona, que ahora tú eres?, ¿la que ven como candidata con posibilidades de ganar en unas próximas elecciones? Casado está quemado y de esta sale requemado. De momento podemos dejarlo estar así un tiempo, unas palmaditas en la espalda y cara de buenos amigos, mantener las formas. Pero ya les hemos golpeado en un flanco y, antes o después, el poder será tuyo, nuestro. Ya veremos cuál es nuestro siguiente paso”.
Sí, MAR, pero ¿esto es bueno para el país?
Sí, IDA, sin ninguna duda, tú eres buena para el país y la única que puede frenar a los social-comunistas esos. Tranquila.
Gracias por todo, MAR.
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Ángel Viviente Core es coordinador general de Convocatoria Cívica