Baja laboral flexible Cristina García Casado
No vamos a estudiar bajo el ruido de las bombas
En sólo un año, Israel ha asesinado a más de 41.850 personas en Gaza y Cisjordania —aunque se estima que esta cifra puede ser superior a las 185.000 si se tienen en cuenta las muertes indirectas—. De ellas, más de 16.650 son niños. Ha dejado más de 101.200 personas heridas y más de 10.000 desaparecidas. Ha bombardeado hospitales, escuelas y campos de refugiados, quebrantando el derecho internacional humanitario. Ha llevado a cabo acciones de terrorismo de Estado sobre el pueblo palestino, ante nuestros ojos y ante el silencio cómplice de los gobiernos occidentales, incluyendo el del Estado español.
Cuando el gobierno del PSOE y Sumar dice apoyar al pueblo palestino mientras continúa vendiendo armas a la entidad sionista que lo masacra, cuando Pedro Sánchez reconoce el Estado de Palestina, pero con territorio incompleto y en contra de la autodeterminación de su pueblo, sus palabras se pierden entre los escombros del genocidio que financian. Reducir el conflicto a una cuestión moral de rechazo a los asesinatos perpetrados por Israel sin derivar de ella una ruptura de relaciones con el sionismo sólo sirve para satisfacer la conciencia de sus votantes. Alababan las acampadas mientras criticábamos su inacción, y la seguiremos criticando mientras sigan ocupando sus manos con aplausos vacíos en lugar de acciones que realmente apoyen al pueblo palestino.
Las universidades públicas, por su parte, siguen el mismo camino que el Gobierno al tender puentes con entidades activamente involucradas en el genocidio. Por un lado, mantienen acuerdos con instituciones académicas israelíes, las cuales colaboran con el ejército responsable de la aniquilación palestina por medio de proyectos como el programa Talpiot, que permite a los militares cursar sus estudios durante su servicio. Por otro lado, participan en proyectos de investigación con empresas que desarrollan armamento utilizado para perpetrar la masacre.
El pasado mayo, las estudiantes nos levantamos en multitud de acampadas para señalar y presionar a las universidades, con el fin de que pusieran fin a todos estos vínculos. Sin embargo, tras meses de batalla, gran parte de ellas mantiene intactas sus relaciones con el sionismo y, aquellas que las han cortado, como Barcelona o Granada, se han refugiado bajo la vergonzosa muletilla de «mientras dure el genocidio»; una muletilla que claramente ignora que Israel es, por definición, un estado colonial con más de 76 años de experiencia ocupando el territorio palestino y aplicando políticas de apartheid.
Ante esta deliberada inacción del Gobierno y las universidades, este viernes 27 de septiembre, trabajadoras y estudiantes nos uniremos en una jornada de lucha por Palestina. En empresas como Airbus, proveedora de armas de Israel, las trabajadoras se manifestarán para exigir el cese del comercio con la entidad sionista. En las universidades de todo el Estado español, las estudiantes saldremos de las aulas para volver a tomar los campus en solidaridad con Palestina. Acciones como pasacampus, micros abiertos y mesas informativas demostrarán que, pese a no estar acampadas, seguiremos luchando por una Palestina libre desde el río hasta el mar.
En las universidades de todo el Estado español, las estudiantes saldremos de las aulas para volver a tomar los campus en solidaridad con Palestina
En Madrid, la jornada de movilizaciones culminará con una manifestación por el centro de la ciudad en la que trabajadores y estudiantes marcharemos mano a mano, señalando a las instituciones involucradas en los crímenes del sionismo, sean empresas que producen armas para Israel, universidades que colaboran con ellas o un gobierno que se dice progresista mientras comercia con vidas palestinas.
Pronto se cumplirá un año desde que Israel elevó la violencia del genocidio palestino hasta límites inimaginables. Animamos a todo el mundo a participar en la jornada de lucha del 27, pero también en las movilizaciones organizadas por la RESCOP los próximos días 5 y 6 de octubre en más de 25 ciudades del Estado. No dejemos que el cansancio o la desmotivación dominen nuestro espíritu: mientras Palestina, el Congo, Sudán y Haití no sean pueblos libres de violencia colonial, será necesario salir a las calles y exigir a nuestros gobiernos y universidades el fin de su complicidad genocida, porque no vamos a estudiar bajo el ruido de las bombas.
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Acampada por Palestina de Madrid es un colectivo que lucha por la liberación de Palestina desde todos los campus universitarios.
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