Más seguro y cómodo para los traficantes: así es el narcosubmarino incautado con 6000 kilos de cocaína

La primera observación del semisumergible intervenido el jueves pasado entre Canarias y Azores con 6.600 kilos de cocaína apunta a un aparato naval más avanzado que los anteriores vistos en Europa, con una mayor capacidad de carga y más confort para sus tripulantes. Si bien el espacio para quienes viajan a bordo sigue siendo reducido, la manga de este aparato es superior, y el techo es completamente plano, lo que hace que exista un mayor rango de movimientos en su interior.
Además, este narcosubmarino está rematado en varios puntos mediante tornillos metálicos que le confieren una mayor seguridad. En la cubierta, por último, dispone de una barandilla, ubicada en la popa, que permite a los tripulantes salir al exterior en unas condiciones aceptables, tanto para hacer sus necesidades como para descansar y ver la luz del sol.
La motorización es diésel intraborda, de gran eficiencia, con capacidad para cruzar el Atlántico e incluso regresar, si fuese preciso, sin consumir demasiado combustible. El sistema está perfectamente probado y lleva muchos años ofreciendo buenos rendimientos, por lo que los narcos siguen apostando por él en la actualidad.
Para conseguir interceptar el batiscafo, incautar la droga y detener a los cinco tripulantes, las autoridades portuguesas pusieron sobre la mesa una multiplicidad de medios técnicos para localizar y dar seguimiento al aparato, muy similares a los que emplea Estados Unidos en Centroamérica para intervenir narcosubmarinos. Allí se localizan decenas de ellos cada año.
Así, a la patrullera de la Marinha de Portugal se unió un avión P-3 de la Fuerza Aérea. Se trata de un modelo de aeronave ideado en su momento para, entre otras funciones, la guerra antisubmarina, por lo que está dotado de la capacidad precisa para detectar a esta clase de embarcaciones. De hecho, es más fácil para ellos captar la presencia de un semisumergible, pues no está bajo el agua, sino a ras de la superficie. Podría localizarlo incluso si estuviese varios metros bajo el mar.
La historia de los narcosubmarinos y su relación con España en general y con Galicia en particular viene de lejos. El primer indicio de que una actividad así se estaba llevando a cabo se produjo en 2006, cuando un prototipo de fabricación gallega pero con planos adquiridos en Colombia apareció semihundido en la ría de Vigo. A día de hoy continúa almacenado en las instalaciones de un conocido astillero con sede en Moaña (Pontevedra).
Si bien la Policía Nacional y las investigaciones propias de este Narcodiario llevaban tiempo avanzando la existencia de estos viajes transoceánicos en narcosubmarino entre América Latina y Galicia, no fue hasta noviembre de 2019 cuando la sociedad tomó conciencia de que lo que se adelantaba era cierto. Fue en la ría de Aldán donde se incautó el primer semisumergible cargado con cocaína, algo más de 3.000 kilos, y se detuvo a sus tres tripulantes.
Dos años después, la Policía evitaba la botadura en Málaga de otro de estos aparatos aún sin estrenar que estaba siendo construido por una persona muy relacionada con los narcos gallegos.
Capturado en las Azores el mayor narcosubmarino que ha cruzado el Atlántico con rumbo a la Península
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Ya en 2023, las autoridades se dieron de bruces con la realidad al encontrarse con el casco del Poseidón, otro semisumergible que había conseguido entregar la mercancía ilícita en plena ría de Arousa. Se estima que unos 5.000 kilos.
En 2024 se produjeron dos hallazgos más. El primero, narrado en exclusiva por este periódico, se registró en el mar Cantábrico. Aduanas avistó un narcosubmarino que finalmente no consiguió seguir. Apenas un mes más tarde, la propia Vigilancia Aduanera, junto a Policía y Guardia Civil, detenían a los tripulantes de otro semisumergible, en este caso al Oeste de la Península. Los narcos lograron hundirlo con la carga en su interior.
El último caso, otro triunfo de los narcos, se produjo en enero de este año, en Muxía. En plena noche y muy cerca de la playa fueron descargados todos los fardos de un aparato naval que acabó en el fondo de la ría, donde permanece desde entonces, completamente vacío.