Yolanda Díaz se manifestará con los sindicatos el Primero de Mayo en plena negociación de reformas clave

Nunca antes una ministra de Trabajo en ejercicio había acudido a las manifestaciones del Primero de Mayo junto a sindicatos y trabajadores y, este año, la también vicepresidenta tercera asistirá. Bajo el lema Ahora toca cumplir. Un país en deuda con su gente trabajadora, Yolanda Díaz participará en la jornada reivindicativa en un momento clave, cuando el Gobierno está a punto de enviar su propuesta a Bruselas sobre reformas como las pensiones o el mercado laboral.

Desde el ministerio explican que Díaz siempre ha acudido a título particular. “Va desde que era pequeña y esta vez tampoco faltará”. Tras la suspensión del año pasado por la pandemia, esta será la primera convocatoria del Primero de Mayo que se produzca desde que la política gallega forma parte del Gobierno. Nunca antes un titular de la cartera de Trabajo había acudido a una cita que, por lo general, los sindicatos plantean como una reivindicación ante las políticas de ese ministerio. Hay que recordar que ya la última manifestación de CCOO y UGT se convocó frente a la sede del Ministerio de Economía y no frente al de Trabajo, como es habitual.

La relación de Díaz con los sindicatos es estrecha tanto a nivel personal (su padre es un histórico dirigente de CCOO) como ahora a nivel de gestión, ya que junto a los líderes sindicales de Comisiones Obreras y UGT, y también los representantes de la patronal, ha mantenido un contacto directo para sacar adelante hasta ocho acuerdos en el marco del diálogo social durante la legislatura.

Aunque todavía quedan frentes pendientes. La principal reivindicación de los sindicatos para este Primero de Mayo es que el Gobierno de coalición cumpla con los acuerdos firmados en materia de pensiones, de reforma del mercado de trabajo y de salario mínimo interprofesional. Sobre las dos primeras reformas el gobierno se encuentra ultimando un acuerdo que enviará a Bruselas, como parte de los requisitos para poder acceder a los millonarios fondos europeos. Dos negociaciones que han sido y siguen siendo muy intensas en el seno del Gobierno, especialmente entre los departamentos de Yolanda Díaz y Nadia Calviño.

A las manifestaciones del Primero de Mayo también tienen previsto acudir otras ministras de Unidas Podemos como Irene Montero o Ione Belarra, así como el secretario general morado Pablo Iglesias, en plena campaña electoral para la cita del 4M.

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Los secretarios generales de UGT y CCOO, Pepe Álvarez y Unai Sordo, han llamado a la movilización de los trabajadores para “exigir al Gobierno el cumplimiento de los compromisos adquiridos”. Sordo exige “la concreción de ese cumplimiento en materias y compromisos tangibles: la subida del Salario Mínimo Interprofesional, la derogación de la reforma de las pensiones del año 2013 y la derogación de una reforma laboral que tiene que ser sustituida por una legislación que fomente la estabilidad en el empleo y recupere los equilibrios de la negociación colectiva”.

En todos esos frentes políticos ha participado y participa de manera directa la ministra de Trabajo y vicepresidenta tercera. Ahora, el Gobierno está a punto de enviar a Bruselas una propuesta negociada y acordada en el seno del Ejecutivo, pero los detalles de las reforma del mercado de trabajo y de las pensiones aún tendrán recorrido. Ambas se siguen discutiendo en sus respectivas mesas de negociación en el seno del diálogo social con patronal y sindicatos y el acuerdo, de momento, no está cerca.

La intención de Yolanda Díaz como líder de Unidas Podemos dentro de la coalición es que se cumpla a rajatabla el acuerdo de Gobierno,que pasa por no aplicar ningún recorte al poder adquisitivo de los pensionistas y por desmontar la reforma laboral del PP a lo largo de este mismo año. Y en ambos frentes aún queda tela por cortar. Sobre la reforma laboral hay cuestiones de fondo y de calendario que se siguen discutiendo tanto entre los agentes sociales como en el propio Ejecutivo, aunque fuentes de la negociación consultadas por infoLibre se muestran “optimistas” en que se pueda acabar alcanzando un acuerdo que dé cumplimiento a la hoja de ruta marcada y, por tanto, a las exigencias de los sindicatos.