Los índices de Google nos muestran cada día las recetas y algunas maneras de los grandes chefs. El secreto de Mengano Trincón, cinco estrellas, para hacer un cocido sanjuanés; la receta infalible de Fulanito Cucharón para que las chuletas salgan tiernas, aparecen en las cabeceras de los informativos de la red cada día; cómo preparar la crema de cangrejo navideña que Quique Sarmiento nos ofrece...
Parecería que son el sistema, la fórmula para contrarrestar el deterioro de los refectorios (o restaurantes si atendemos a la cocina francesa) que estos llevan sufriendo un tiempo debido a sus controvertidas comidas, en reservados comedores, de políticos de dudosa o penosa reputación. Desconozco el prestigio de El Ventorro valenciano, pero sí reconozco la popularidad de los comedores de La Chalana, quizá por sus menús de temporada, que existen en Asturias y en Madrid. Sus nombres han salido recientemente en “los papeles” por sus sonados almuerzos entre políticos y allegados conflictivos. Un estigma que podría representar la ausencia de comensales “normales” y no conspirativos. Sin olvidar que ya hubo cenáculos famosos durante el trardofranquismo y la Transición: en el recuerdo, las lentejas de Mona Jiménez, que reunía en torno a ese plato de legumbres, en un alto piso del barrio de Tetuán, en las inmediaciones de la calle Capitán Haya, cerca de la entonces Escuela Oficial de Periodismo y del estadio Santiago Bernabéu, a personas relacionadas con la restringida política, de tendencias de ambos lados del arco ideológico. Aquellas comidas/cenas promocionaron a presuntos/futuros políticos de la época, al contrario del posible desprestigio actual.
El prestigio no lo da o lo quita cierto polémico comensal. Lo dan la calidad, la elaboración y los platos sabrosos. Ricos y con fundamento
El espacio gratuito que hoy les han dado los diarios en las páginas de política supongo que merma la presencia de comensales y celebraciones. Espero que, ahora, cuando se haga una reserva por teléfono o telemática no le pidan a uno su filiación política, su tendencia conspirativa… El panorama nos acerca a la tendencia mundial de la bolsita de comida asiática, mayoritariamente, que observamos en las plazas de muchas grandes ciudades y vemos en las series televisivas donde “te he pedido una con salsa taiwanesa como sueles preferir”. O el sandwich de pollo que se pide por Internet.
Hemos de tener en cuenta la problemática valoración de las conocidas “cocinas fantasma” que en algunas poblaciones han proliferado polémicamente. Aunque parece que es una tendencia que han visto con buenos ojos prestigiosos cocineros que han creado cocinas fuera de su local restaurante, quizá para preparar lo que ya se llama la quinta gama, platos bastante o muy elaborados para así poder servirlos sin retardos en sus comedores, que muchos comensales desearían pero se ven obligados a rechazar o abstenerse por su larga elaboración. En muchas grandes poblaciones ya abundan locales de esta dimensión, que en distintas ocasiones valoran el adquirir preparaciones en cocinas exteriores y no cocinarlas en sus locales por motivos económicos o por falta de profesionales especializados.
Por supuesto que la mayoría de los “secretos” que descubren en Internet los conocidos chefs no suelen ser grandes platos para que los internautas los preparen en sus hogares, pero muchos de ellos sirven para que aficionados a la cocina guisen sabrosos alimentos. Ya que la cocina casera tiende a desaparecer, hemos de decir que el prestigio no lo da o lo quita cierto polémico comensal. Lo dan la calidad, la elaboración y los platos sabrosos. Ricos y con fundamento.
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Fernando Granda es socio de infoLibre.
Los índices de Google nos muestran cada día las recetas y algunas maneras de los grandes chefs. El secreto de Mengano Trincón, cinco estrellas, para hacer un cocido sanjuanés; la receta infalible de Fulanito Cucharón para que las chuletas salgan tiernas, aparecen en las cabeceras de los informativos de la red cada día; cómo preparar la crema de cangrejo navideña que Quique Sarmiento nos ofrece...