"Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya": Bad Bunny convierte en canción protesta la música de baile

Bad Bunny publica 'Debí tirar más fotos'

Puede parecer una canción de amor más al uso y, de hecho, lo es. De enamoramiento romántico, incluso: "Este fue un sueño que yo tuve. Ella se ve bonita, aunque a vece' le vaya mal. En los ojos, una sonrisa aguantándose llorar". Pero no hacen falta más que un par de versos para que cambie el tono y se transforme la escena: "La espuma de sus orilla' parecieran de champán. Son alcohol pa' las herida', pa' la tristeza bailar. Son alcohol pa' las herida', porque hay mucho que sanar. En el verde monte adentro no se puede respirar. Las nubes están más cerca, con Dios se puede hablar. Se oye al jíbaro llorando, otro más que se marchó. No quería irse pa' Orlando, pero el corrupto lo echó y no se sabe hasta cuándo".

Es una declaración de amor, sí, pero tomando como ejemplo Lo que le pasó a Hawaii, estamos también ante una denuncia social de la situación del Puerto Rico actual, vendido, por supuesto, al capital. Y no se anda con rodeos por las madrigueras Bad Bunny: "Quieren quitarme el río y también la playa. Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya. No, no suelte' la bandera ni olvide' el lelolai. Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawaii. Ten cuida'o, Luis, ten cuida'o. Aquí, nadie quiso irse, y quien se fue sueña con volver. Si algún día me tocara, qué mucho me va a doler. Otra jíbara luchando, una que no se dejó, no quería irse tampoco y, en la isla, se quedó. Y no se sabe hasta cuándo".

Esta es una de las canciones del nuevo disco de Bad Bunny, el primer gran bombazo del año, Debí tirar más fotos. Un título tan melancólico como parece. La constatación de una futura nostalgia que ya está apretando las tripas de todos los que resisten en Puerto Rico, una isla (como Hawaii) consagrada al turismo de masas que está perdiendo su esencia en favor de una globalización que suplanta tradiciones y borra identidades. Es por eso que lo nuevo de Benito Antonio Martínez Ocasio (Bayamón, 1994), al artista más escuchado del mundo en 2020, 2021 y 2022, derrocado en 2023 y 2024 por Taylor Swift, es en el fondo y en la forma una denuncia del colonialismo, la gentrificación y las dificultades cotidianas de la población (este compromiso dio sus primeras señales en 2022 con El apagón, una canción para denunciar los apagones recurrentes en determinadas zonas por el mal estado de la red eléctrica, acompañada por el documental Aquí vive gente).

En el fondo y en la forma, decíamos. Pues vamos con la forma, porque desde el reguetón y el trap latino, Benito desarrolla a lo largo de 17 canciones y durante una hora un ejercicio de brillante libertad creativa en la que caben también la electrónica, el dembow o el perreo junto a otros géneros tradicionales de su Puerto Rico como salsa, bolero, plena o jíbaro. Música tropical y caribeña en vena. Un poderoso homenaje a su tierra en el que el mensaje de las letras adquiere su máxima expresión con los ritmos adecuados. Poco tiene que ver con Bob Dylan, Joan Baez, Víctor Jara o Paco Ibáñez la canción protesta del siglo XXI: el discurso sociopolítico también puede lanzarse (y danzarse y reivindicarse y sudarse) en la pista de baile.

""Tás escuchando música de Puerto Rico, cabrón. Nosotro' nos criamo' escuchando y cantando esto. En los caserío', en los barrio'. Desde los 90 hasta el 2000, por siempre", vindica Bad Bunny, más Benito que nunca, en EoO, otra de las composiciones de orgullo patriótico de un álbum en el que incluso las bebidas autóctonas se han convertido en títulos con su propia personalidad espirituosa boricua: Café con ron (una historia de fiesta en la calle y, como diría aquel, 'palante') y Pitorro de Coco (el ron clandestino de Puerto Rico, en este caso necesario para olvidar a una ex en plena nochevieja). Incluso las colaboraciones, por supuesto, de nuevo aunando fondo y forma, son todas de artistas de Puerto Rico ante los que se abren ahora las puertas de todo un nuevo mundo (del mundo entero): Rainao, Chuwi, Omar Courtz, Dei V y Los Pleneros de la Cresta.

Esta explosión musical de amor bien entendido a la patria a través de sus tradiciones y su gente llega acompañada por un cortometraje escrito y dirigido por el propio Benito junto a Ariel Maniel Cruz y protagonizado por uno de los cineastas más influyentes de la isla, Jacobo Morales. "Conocí mucha gente, gente buena. Fui a muchos países, a casi todas las partes del mundo, pero ninguna como Puerto Rico. O como lo que era antes. Aquí había algo, no sé qué, una magia increíble. Y todavía la hay", le cuenta el anciano protagonista a un coquí, una pequeña rana endémica de Puerto Rico que, con su característico canto, se ha convertido en un símbolo de la identidad puertorriqueña.

"Las fotos son momentos vividos, recuerdos de cosas que pasaron. Yo decía que era mejor vivir el momento, pero cuando llegas a esta edad recordar no es tan fácil. Debí tirar más fotos, haber amado más cuando pude", continúa el lugareño, que decide entonces salir a comprar a una panadería de toda la vida, pero que recientemente cambió de dueño y fue comprada por una franquicia de esas que son todas iguales y en cuyo interior puedes perfectamente no diferenciar en qué lugar del mundo te encuentras. La cajera le atiende en inglés y le dice que no puede pagar en efectivo. Él pretende irse y pagar después -"yo conocía al anterior dueño"- pero esa no va a ser la solución, si acaso la hay. 

Bien, la hay, menos mal. Porque un lugareño más joven decide pagar su pedido con su teléfono móvil. "Seguimos aquí". Una escena cotidiana que denuncia la situación particular de la isla caribeña, pero que como bien sabemos se repite de manera persistente, constantemente, en cualquier latitud. No hay coordenada que pueda escapar de la globalización y de una gentrificación que se vende siempre y en todas partes como progreso, pero que responde única y exclusivamente a los intereses económicos de unos cuantos. No lo vamos a descubrir ahora, pero tiene mucho valor que un artista de la influencia de Bad Bunny ponga esta situación en el centro del debate público. "Extraño mucho escuchar a la muchachería, el sonido del barrio (...) "No tengo tantas fotos, pero voy a tratar de recordar las que no tiré", termina el anciano con añoranza, pena, morriña y todos los sinónimos con los que cada cual quiera alargar ese sentimiento que a todos nos aflora de vez en cuando, porque todos lo llevamos dentro.

"En mi vida, fuiste turista, tú solo viste lo mejor de mí y no lo que yo sufría. Te fuiste sin saber el porqué, el porqué de mis herida'. Y no te tocaba a ti curarla', viniste a pasarla bien. Y la pasamo' bien", canta Benito otro de los temas, Turista, que bien podría estar confesándonos un desengaño amoroso, pero a estas alturas ya sabemos que es mucho más, pues quien sufre por sentirse utilizado es Puerto Rico entero: "Una foto bonita, un atardecer hermoso. Una baila'íta, tu cadenita de oro. Estuvimo' tan cerquita, mirándono' a los ojo'. Dime si viste la pena de mi corazón roto. Que lleva así, lleva así mucho tiempo. Que lleva así, lleva así muchos año'. Escondiéndome los sentimiento'. Tengo miedo que me hagan más daño".

Beyoncé toma el último bastión de la música blanca en EEUU reivindicando las raíces negras del country

Beyoncé toma el último bastión de la música blanca en EEUU reivindicando las raíces negras del country

Las canciones que aparentemente no encajarían en este discurso son, de alguna manera, las que suenan alrededor, la banda sonora con las historias de la gente que ocurren en los bares, en las playas, en las calles, en las fiestas. Donde sea. Incluso en Nuevayol, ciudad de rascacielos y de acogida de tantos puertorriqueños, que tiene su reverso en Voy a llevarte a PR. Junto a ellas, Baile inolvidable, Perfumito bueno, Weltita -"por un beso de la flaca daría lo que fuera", canta, bonito guiño a Pau Donés"-, Kloufrens, El club, Ketu Tecré. Porque el amor en Puerto Rico late diferente a su propio ritmo. "Mis sentimiento' cambian como estacione', y aunque en PR todo el tiempo es verano, estoy pasando frío escuchando estas cancione'. Pensando en ti, pero no te emocione'", entona en Bokete.

Todo es Puerto Rico, todo el rato. También cuando no lo parece. Incluso más entonces, de hecho. Pero es en el desenlace cuando, ya sin ambages, echa el resto el músico para cerrar el relato por todo lo alto. "Otro sunset bonito que veo en San Juan. Disfrutando de todas esas cosas que extrañan los que se van (van, van). Disfrutando de noche' de esas que ya no se dan (dan, dan). Que ya no se dan (dan). Pero queriendo volver a la última vez. Y a los ojos te miré. Y contarte las cosas que no te conté (te parece' a mi crush, jaja). Y tirarte la' foto' que no te tiré (acho, jura'o te ves bien linda, déjame tirarte una foto)", canta en DTMF, toda una oda a la importancia de las raíces, el terruño, la familia: "Debí tirar más foto' de cuando te tuve. Debí darte más beso' y abrazo' las veces que pude. Ojalá que los mío' nunca se muden. Y si hoy me emborracho, pues que me ayuden. Ey, hoy voy a estar con abuelo to'l día, jugando dominó. Si me pregunta si aún pienso en ti, yo le digo que no. Que mi estadía cerquita de ti ya se terminó (...) Gente, lo' quiero con cojone', los amo. Gracias por estar aquí, de verdad. Para mí, es bien importante que estén aquí. Cada uno de ustede' significa mucho para mí. Así que, vamo' pa' la foto, vengan pa'cá. Métase to'l mundo, to'l corillo, vamo'".

Y el bis, a modo de regalito final, no puede ser más personal, pues en La mudanza cuenta cómo se conocieron sus padres y los diferentes bandazos que dieron hasta que por fin él nació. "Un aplauso pa' mami y papi, porque, en verda', rompieron", reclama el ídolo del pop antes de lanzar una reivindicación de lo más personal: "Calle Sol, Calle Luna, estoy en la noche oscura. Yo no canto reggae, pero soy cultura. De Borinquen, PR, Archipiélago Perfecto. En el mundo entero, ya conocen mi dialecto, mi jerga. A mí me importa un bicho lo que a ti te vale verga. Aquí mataron gente por sacar la bandera, por eso es que ahora yo la llevo donde quiera, cabrón, ¿qué fue? (Ja). Si mañana muero, yo espero que nunca olviden mi rostro y pongan un tema mío el día que traigan a otro. En la caja, la bandera azul clarito. Y que recuerden que siempre fui yo, siempre fui Benito. De aquí, nadie me saca, de aquí, yo no me muevo. Dile que esta es mi casa, donde nació mi abuelo. Yo soy de P fuckin' R".

Más sobre este tema
stats