Morgan: "El éxito es seguir haciendo discos y estar a punto de otra gira, no llegar al WiZink"

Ekain Elorza, Carolina de Juan, David Schulthess y Paco López son Morgan

Fieles a su manera de hacer las cosas como si eso no fuera una declaración de intenciones en sí misma, Morgan se montaron en su furgoneta y condujeron durante una semana hasta Giske (Noruega) para plantarse en los estudios Ocean Sound. Allí grabaron su nuevo disco durante nueve días antes de emprender el viaje de regreso, por supuesto de nuevo por carretera. "No dejamos de ser colegas que queremos tocar juntos, por lo que si puede ser divertido el trayecto en todos los sentidos, mejor que mejor. A todos nos apetecía y estamos acostumbrados a viajar juntos", comenta a infoLibre restando importancia a la aventura Carolina 'Nina' de Juan, cantante del cuarteto en el que comparte periplo con Paco López (guitarra), David Schulthess (teclados) y Ekain Elorza (batería).

Aunque para ellos sea de lo más natural, este viaje les reconfirma como una de las bandas más auténticas, coherentes e independientes de nuestro país. Siempre haciendo lo que les sale, que en este caso ha resultado ser Hotel Morgan (Cultura Rock, 2024), un nuevo disco ya disponible para comprar en formato digital en su web (donde también se puede adquirir en vinilo o CD) y que llegará a todas las plataformas de streaming habituales el 31 de enero. Con Nina y Paco hablamos del momento del grupo y de todo lo que en la conversación va surgiendo.

¿Qué es Hotel Morgan?

NINA: Es nuestro nuevo disco (risas). Un trabajo que fue tomando forma a medida que fueron saliendo las canciones, hasta que llegamos a este concepto que se presta a muchas interpretaciones y responde además a diversos factores que iban ocurriendo mientras íbamos grabando.

¿Hablar de hotel te pone ya en un lugar concreto, acogedor o por lo menos de paso, pero en el que sientes que estás?

N: Nos gusta que los discos tengan alguna coherencia. Los anteriores seguían un hilo conductor más claro y aquí es verdad que conviven juntas todas las canciones pero contando historias distintas, por lo que el hotel era un buen sitio donde convivieran manteniendo cada una su espacio. Eso convierte a este disco en un lugar maravilloso que cada uno puede imaginar como quiera.

La música tiene un poder curativo, desde luego, todos lo hemos experimentado

Paco López — Guitarrista de Morgan

Musicalmente encontramos soul, rock, pop, blues, folk... Todo eso que ha ido construyendo a Morgan ladrillo a ladrillo durante ya más de una década.

PACO: Siempre hemos aprovechado los estilos más como una manera de darle una textura o una vibra a una canción. No es tan importante para nosotros el estilo en si, lo usamos para llegar a algún sitio que consideramos que puede ser interesante y nos aporte algo. Hay muchas bandas con un estilo muy marcado, pero nosotros nos lo pasamos bien cambiando de uno a otro, experimentando y viendo cómo pueden sonar las cosas de varias maneras. Tampoco es que sea tan amplio el espectro en realidad, porque en nuestro caso viene todo más o menos del mismo sitio (risas).

De un mismo sitio conocido, pero al que cada vez le entráis por un punto distinto para generar una serie de emociones, que quizás sea el objetivo final siempre de Morgan. En este disco habláis de liberación, de volar... ¿es esa la emoción principal, el desahogo después de enfrentar miedos, rupturas o dolores?

N: Con cada disco es un poco eso, te permite también liberarte de lo que te esté pasando en ese momento. En este, es verdad que las imágenes son un poquito más claras, pero creo que en cada disco hemos disfrutado mucho de poder hacer lo que queremos. Nos sentimos bastante libres de hacer lo que queramos en este punto en el que estamos, pero en este disco, gracias también al trabajo de Martín (García Duque) como productor, hemos cambiado muchas cosas que antes hacíamos de otras maneras porque teníamos ganas. Ya empezamos a hacerlo en el anterior, teníamos ganas de ir más allá y llegar a sitios a los que no habíamos ido antes. Por eso puede parecer más variado, pero en realidad no es nada que no hayamos hecho antes por el hecho de que nosotros siempre disfrutamos haciendo lo que salga (risas).

¿La música de Morgan cura? Ojalá, ¿no? ¿Es eso lo que se busca?

P: La música tiene un poder curativo, desde luego, todos lo hemos experimentado. Si es triste porque es triste, si es alegre porque es alegre, o si está en medio de esos sentimientos porque está a la mitad. Si hay quien siente que la música de Morgan cura desde luego es un piropo, porque eso significa que está llegando el mensaje. Como cada uno lo quiera interpretar, no necesariamente el mensaje que queramos expresar, no, sino el que a cada cual le llega, que es lo importante. Rage Against the Machine es curativo también, al final ese es el poder de la música cuando te llega lo que te están contando.

Este disco es un viaje en sí mismo. ¿Hay que escucharlo a poder ser, de verdad, entero? Es algo que cada vez se hace menos, pero en vuestro caso siempre parece necesario.

N: Y tampoco dura tanto (risas). Para nosotros, lo ideal sería escucharlo entero, sí, pero tampoco vamos a obligar a nadie. Molaría. A nosotros nos encanta escuchar así los discos de la gente que nos gusta. Al mismo tiempo, entiendo que vivimos en unas circunstancias en las que a lo mejor no se tiene el tiempo, o no se quiere, o no interesa, y también está bien escuchar canciones sueltas. Yo también tengo muchos discos de los que solo me gustan dos canciones y no pasa nada, no soy muy radical con cómo la gente escuche la música, siempre y cuando la escuche y la disfrute. Pero lo ideal sería escuchar Hotel Morgan entero, más que nada porque nos ha quedado muy bien (risas). 

La Riviera se llena con más asiduidad, no necesariamente con bandas que lo tienen que estar petando mucho, porque la gente ha metido la música en vivo en sus planes de ocio

Paco López — Guitarrista de Morgan

Habéis puesto el disco primero a la venta en descarga digital en vuestra propia web. Estará en plataformas el 31 de enero y, mientras tanto, la gente ya lo está encargando en vinilo y CD. ¿Esto es para darle más valor quizás a la música? ¿Puede que se haya desvirtuado un poquito el valor del consumo de música al tenerla toda a un click de distancia?

P: Sí. Yo, en mi caso, desde luego, noto la diferencia de ir a la tienda y comprarte unos cuantos discos, mirar el libreto, los agradecimientos, los créditos, las fotos... y luego escucharlo entero. En parte, por la ilusión de que te apetece escucharlo, pero también porque te has gastado el dinero y ahí hay un intercambio que hace la experiencia un poco más intensa que la de tener acceso a todo. El hecho de tener toda la música disponible debería ser una buena noticia y, sin embargo, es curioso, porque al decir esto casi puede parecer que estás pidiendo que te la cobren (risas). Es una especie de síndrome de Estocolmo, pero es cierto. Yo lo he vivido en mi caso, pues tenía antes una relación más intensa con la música que salía cada año de la que tengo ahora. En esta ocasión, nosotros lo hemos hecho así porque, efectivamente, creemos que pagar por un disco le da un valor tanto al que lo compra como al que lo vende. Considerábamos también que el hecho de que fuera a salir a finales de enero en plataformas tampoco hacía de ello una medida tan drástica, porque si esperas un poquito lo vas a tener ahí. Han sido como un par de meses para que, por 9,99 euros, quien no quisiera esperar lo pudiera comprar.

Es un gesto que significa cosas, aunque quizás haya quien no lo vea. Igual que irse a grabar este disco a Noruega pero no en avión, no, sino en furgoneta, y hacer de todo el proceso un viaje en sí mismo. ¿Qué se gana haciéndolo así, alargando el proceso?

N: Es otra manera. También puedes grabar en Madrid. La idea salió un día volviendo de un concierto, pensando qué hacer con el siguiente disco. Siempre sueñas con grabar en Abbey Road (Londres), Electric Lady (Nueva York) o donde sea, pero es verdad que dentro de nuestra lista ideal estaba este Ocean Sound y cuando vi las fotos me quedé alucinada. Fuimos poniendo los medios para ver si esto era posible y las piezas fueron encajando. Luego ya nos preguntamos '¿y por qué no vamos en furgo?' Nosotros al final no dejamos de ser colegas que queremos tocar juntos, por lo que si puede ser divertido el trayecto en todos los sentidos, mejor que mejor. A todos nos apetecía y estamos acostumbrados a viajar juntos. Para nosotros ha sido algo natural, creo. A lo mejor dentro de veinte años no nos apetece ir en furgo (risas). Es otra manera de hacerlo, pero no es ni mejor ni peor de lo que hayamos podido hacer antes grabando en Madrid o en Francia. Son distintos viajes, pero nosotros tenemos la tendencia de hacer de la propia grabación una especie de burbujita en la que se engloba todo lo que es el disco y, si puedes no desconectar durante esos días, le viene bien a las canciones.

Hacer las cosas así no es que sea un mensaje, pero sí es una declaración de intenciones en un mundo que siempre decimos que va tan rápido y donde todo se consume tan inmediato. ¿Poder hacer algo a fuego lento tiene su valor?

N: Esa es la cuestión. Hemos tenido suerte y somos muy afortunados de haber podido hacer esto. Eso sí, tampoco te creas que tan lento, que allí estuvimos solo nueve días (risas). Pero sobre esto que comentas de la rapidez de los nuevos tiempos, luego también cada uno decide cómo lo lleva y a qué velocidad. Por eso para nosotros sería ideal que escucharan nuestro disco completo porque a nos gusta escuchar los discos enteros, pero cada uno decide a qué velocidad quiere hacer qué cosas.

Repasando el repertorio, es difícil escoger alguna canción para comentar, pero quizás Radio destaque por su magnitud, recordando incluso a Kashmir de Led Zeppelin. ¿Es una de las rocas del disco?

P: Así es, esa influencia de Led Zeppelin está ahí, bien visto (risas). Tengo ganas de ver qué tal va en directo porque es una canción ambiciosa.

N: Yo también.

P: Cuando nos metimos a montarla quisimos llevar todo al máximo esplendor posible de desarrollo. Eso no es bueno o malo, es un poco arriesgado. Fuimos tirando del hilo sin ponerle trabas y llegamos hasta donde llegamos. Es una de esas canciones que según la estábamos haciendo nos preguntábamos dónde estábamos yendo. Tampoco sabemos si va a pasar más o menos desapercibida, lo iremos viendo durante la gira. 

Esa actitud libre también es casi contracultural en los tiempos que corren, con el streaming imponiendo canciones cada vez más cortas (y con tantísimos artistas haciendo canciones como churros con ordenador para generar 'contenido'). Y, por supuesto, vosotros con instrumentos orgánicos fluyendo libres buscando su lugar durante el tiempo que haga falta.

P: Siempre va a haber vanguardia y modernidad, siempre se van a hacer cosas distintas a lo que se venía haciendo. Eso es necesario. Pero si ahora se usan menos instrumentos analógicos, como guitarras o baterías y demás, también mola que sigan existiendo. Hay cabida para todo. A lo mejor de repente cambia la moda y vuelven las jams sessions y las bandas. Nosotros tenemos imputs de fuera, pero al final hacemos siempre lo que para nosotros tiene sentido.

La gira de presentación empieza en un par de meses, primero con un montón de fechas por salas.

P: Sí. Empezamos los días 14 y 15 de marzo en Segovia y luego son alrededor de veinte conciertos hasta junio por teatros. Es un formato que nos gusta, pero intimidante también, porque los teatros son muy solemnes, mientras las salas pueden ser algo más desenfadadas. Al empezar una gira siempre estás preocupado y nervioso, pero hacerlo en teatros lo hace más exigente. Hay que estar al 110%, porque al 100% estamos siempre (risas). Tenemos muchas ganas de volver a los escenarios, porque lo que más hacemos es girar. Más que grabar discos.

Sin ser un grupo especialmente festivalero, por supuesto, también pasáis por muchos de ellos. De un tiempo a esta parte estamos hablando mucho en infoLibre de los festivales, tanto desde el punto de vista cultural y sociológico como de la infrarrepresentación femenina, que es una queja muy generalizada. ¿Os afecta esto último a vosotros?

N: No creo que a nosotros se nos considere una banda femenina. Sí que es verdad que creo que en los últimos años hay muchas más bandas femeninas y sigue habiendo un poquito de falta de equilibrio en los festivales. Pero pienso que es cuestión de tiempo que todo se coloque en el sitio donde debe estar. Hace un montón de años sí que es verdad que había menos bandas de pibas, pero ahora no es el caso. Es cuestión de los promotores y de muchos otros factores, pero creo que se va por el buen camino siempre y cuando se haga caso a las bandas femeninas que existen y se les haga un hueco, porque existen, igual que existimos nosotros y las bandas masculinas. Es cuestión de tiempo, ahora mismo no, pero se está poniendo encima de la mesa el tema y lo que me hace feliz es que hay muchas bandas femeninas en este momento, por lo que acabará cayendo por su propio peso.

Otro asunto que se comenta mucho es que desde la pandemia parece que todo el mundo llena con 15.000 personas el WiZink Center -a partir del 1 de enero Movistar Arena, por lo que casi mejor volver a llamarlo Palacio de los Deportes ante tanto cambio-. Hay una demanda del público brutal. Antaño llenar La Riviera con 2.000 era todo un hito, pero ahora parece que lo consigue también cualquiera, entre comillas. ¿Qué está pasando? ¿Vivimos una época dorada de la música en directo?

N: No creo que sea una tendencia, más bien creo que cada caso es distinto. Es verdad que puede ocurrir que varias bandas que no se conocían de repente estén en el WiZink, pero eso ha pasado siempre y depende de qué medios tienes y en qué discográfica estás. Sí que es verdad que puede estar más accesible a lo mejor el Palacio de los Deportes ahora que hace unos años, te lo digo yo la primera, porque nosotros hemos tocado allí, aunque no lo hemos llenado (risas). Pero tuvimos la suerte de poder hacerlo y fue una experiencia maravillosa. Cada caso es distinto y tiene su por qué. Sinceramente, siempre y cuando todo el mundo que esté lo disfrute y viva su momento y haya público para todo el mundo no tiene por qué haber ningún problema.

P: Además de eso, la música en directo está en una época buena. Yo también tengo la sensación de que La Riviera se llena con más asiduidad y no necesariamente con bandas que lo tienen que estar petando mucho, y creo que es porque la gente ha metido en sus planes de ocio la música en vivo. Quizás la gente se ha dado cuenta de lo divertido que es. El público se ha empezado a animar a ir a más conciertos y se dan cuenta de que es una maravilla. El cine y el teatro siguen ahí, pero han dejado de ser la prioridad para cuando la gente piensa en un plan para un viernes o un sábado.

También parece que el éxito para muchas bandas que empiezan es inexcusablemente llenar el WiZink Center lo antes posible. Vosotros, que ya lleváis unos años haciendo vuestro camino, ¿habéis aprendido que el éxito puede ser otras muchísimas cosas? ¿Quizás viajar en furgoneta a Noruega a grabar un disco porque sí?

N: Cuando nos juntamos la expectativa era tocar delante de nuestros colegas y a lo mejor grabar un disco. Esto que nos ha pasado es completamente inesperado. Siempre tienes sueños, pero no era llegar al WiZink lo que nosotros soñábamos. Yo creo que para nosotros el éxito es poder seguir haciendo discos y estar a punto de empezar otra gira. O poder irnos a Noruega, o grabar en Madrid. El máximo éxito es poder seguir dedicándonos a esto que nos gusta y nos hace felices.

Maika Makovski: "Nos ponen banderitas por delante para cegarnos mientras lo privatizan todo"

Maika Makovski: "Nos ponen banderitas por delante para cegarnos mientras lo privatizan todo"

Poder tener una carrera larga, que a lo mejor estamos ya en un momento del siglo XXI en el que eso tampoco se lleva.

N: ¡Ojalá! (risas)

P: Sueldo mínimo y toda la vida tocando. Lo firmo ya. Que me aguante el coche y no se rompa (risas). 

Más sobre este tema
stats