Cultura

'Austenmanía': la obsesión detrás de 200 años de literatura

'Muestre su orgullo, mi señora, deshágase de sus prejuicios'.

"Nadie que hubiera conocido a Catherine Morland en su infancia habría imaginado que el destino le reservaba un papel de heroína de novela." Tampoco nadie pensó que la joven de 23 años que con esa frase comenzaba La abadía de Northanger acabaría por ser una escritora mundialmente reconocida por crítica y público. La británica Jane Austen es la autora favorita de miles de personas en todo el mundo, principalmente mujeres. De sus siete novelas publicadas, Orgullo y prejuicio es, sin ningún género de duda, la más celebrada.

Precisamente, fue ese el primer libro de Austen que leyó Maite, de cincuenta y dos años: "Me cautivó su lenguaje irónico, las contradicciones en las vidas de los personajes y lo bien construidos que están los personajes masculinos. El que más entiende mi devoción es mi marido". Cuando se cumplen, este 18 de julio, 200 años de la muerte de la escritora, su legado está más vivo que nunca. El motivo: unos seguidores apasionados por su escritura, el poder de las adaptaciones audiovisuales de los últimos años y las posibilidades de encuentro y debate que les ofrece Internet.  

"Lo que más me gusta de sus novelas es el poder que muestra con los personajes femeninos. No aísla a sus protagonistas de la sociedad en la que están, todas ellas se enfrentan a una de las cuestiones que las mujeres de la época vivían: el matrimonio. Pero hace que sus protagonistas lo acepten siempre que haya amor y que su pareja respete y aprecie su forma de ser", asegura Noelia, de 23 años. Además, ella comparte pasión con su tía, María Pilar, que con 52 relee cada año Orgullo y prejuicio y Persuasión desde que las descubriera en su adolescencia. Coincide con Noelia a la hora de valorar sus personajes femeninos: "Me gustan los personajes de mujeres poderosas. Por ejemplo, Lizzie es fuerte, sabe enfrentarse y tiene la gracia para responder ante las injusticias". Leonor tiene 16 años y conoció su obra por una amiga que le regaló Orgullo y prejuicio: "Creo que nunca he agradecido tanto un regalo a alguien". Ana tiene 23 y valora cómo la escritora "supo mostrar los absurdos cánones de la época" y hacer que sus personajes "se opusieran a lo establecido y decidieran ir más allá".

"Empecé a leer a Jane Austen con trece años. Mi madre me prestó Orgullo y prejuicio, lo devoré, incluso me obsesionó un poco. Lo que me gustó de esta escritora es su forma de hacerte reír con sus críticas a la sociedad de la época. Además, ha sido una de las culpables de que esté intentando dedicarme a la escritura", reconoce Silvia. A María, de treinta y seis años, el gusto por Jane Austen también se lo inculcó su madre: "Todo empezó con la serie de Orgullo y prejuicio de la BBC grabada de Canal Plus en VHS. La pobre no sé cómo aguantó, ¡la teníamos quemadita de tanto verla! De ahí, por insistencia de mi madre, me leí la novela, lo que hizo que me enamorara perdidamente de la historia. Lógicamente los tiempos avanzan y ya la vemos en DVD".

María Pilar es funcionaria, Noelia trabaja en marketing, Ana es traductora… Tienen diferentes edades y ocupaciones, pero todas comparten un amor por las novelas de Jane Austen que, en algunos casos, llegó a ellas por casualidad y, en otros, gracias a las numerosas producciones cinematográficas que se han basado en su obra. Ese ha sido el factor fundamental para que en los últimos veinte años se haya desarrollado un ferviente apego por Jane Austen. Innumerables adaptaciones han circulado por la pequeña y gran pantalla engrosando un fenómeno fan silencioso pero que no deja de crecer y encontrar nuevas formas de expresión. Silencioso hasta la llegada de Internet.

Estos admiradores son conocidos en España como austenitas. Este término no solo es más fácil de pronunciar que la de janeites del mundo anglosajón, sino que, además, la austenita es una forma de ordenamiento de los átomos de hierro y carbono que hace que el material sea dúctil, blando y tenaz, una definición que gusta al colectivo. Elena Truan, filóloga inglesa y presidenta de la Jane Austen Society España (Jases) define este fenómeno fan como "una fiebre caracterizada, sobre todo, por una necesidad absoluta de evasión". Siguiendo esa línea, la doctora Katherine Halsey, experta en Jane Austen en la universidad de Stirling (Escocia), señala que "una teoría sostiene que la gente disfruta de sus novelas debido a la nostalgia, por el anhelo de un pasado que parece más simple que nuestra sociedad actual. Su mundo parece más seguro y amable que el nuestro".

La Jases es una de las hermanas de la Jane Austen Society of the United Kingdom, la organización fundada en 1940 con el propósito de conseguir fondos para conservar la casa en la que, durante sus últimos años, Austen vivió con su madre y su hermana Cassandra. "El objetivo principal de la asociación es promocionar la obra de Jane Austen y hacerla accesible al público, en nuestro caso, español", explica Truan. "Es tan sencillo como que la gente que tiene una apreciación especial por esta autora encuentre un sitio donde poner en común todo lo que piensa de los libros y poder hablar con otras personas que también son fans", una meta que armoniza con la del resto de asociaciones en otros países.

Para ella, la universalidad de sus temas es una de las principales razones de por qué gusta tanto. Elige también Orgullo y prejuicio para ilustrar su respuesta: en la novela, la madre apremia a sus hijas para que se casen y hoy en día esa presión parental se traduce en "acaba la carrera, ten un trabajo y vete". También reconoce que, "aunque esa no es la esencia de lo que ella pretendía mostrar, hay una historia de amor en todos sus libros que pilla mucho".

El escritor Miguel de Unamuno fue el primer fan español de Juana Austen, como él la llamaba. En los artículos que le dedicó durante su colaboración en 1914 con el periódico argentino La Nación dice que en sus novelas todo es "al parecer vulgar, cotidiano" pero encierra "un tesoro de pasión contenida" o que "tenía una sensibilidad tan fina como la de Flaubert para descubrir y aun sufrir las ridiculeces humanas".

Pero la austenmanía en España es un fenómeno que básicamente se circunscribe a las comunidades online. Se celebran charlas, exposiciones e incluso "quedadas austenitas"austenitas, pero nunca están muy concurridas. A la última organizada por la Jases acudieron cuatro personas y en la de celebración del bicentenario de Orgullo y prejuicio en 2013 no llegaron a veinte. Sin embargo, proliferan desde hace años foros, blogs y cuentas en redes sociales que sí reciben un gran volumen de tráfico y aportaciones continuas de los fans. La sociedad austenita española se cimenta en el foro El salón de té de Jane, que nació en 2002, El sitio de Jane (2002) y Hablando de Jane Austen (2011), páginas en las que cuelgan contenido de todo tipo: análisis, críticas, ilustraciones, vídeos de charlas, etc.

Team Colin

La presidenta de la Jases señala como principal catalizador de este fenómeno a la famosa miniserie de Orgullo y prejuicio emitida por la BBC en 1995. Estos seis capítulos corresponden a la primera vez que Colin Firth interpretó a Darcy, protagonista masculino de la novela.

 

'El nacimiento de un fenómeno fan'. Mónica López.

Sin olvidar que se trata de un público mayoritariamente femenino, se puede cercar aún más el momento en el que nace la obsesión austenita. En el minuto 45 del cuarto capítulo, Colin Firth decide que el tórrido calor de la campiña inglesa bien se merece un chapuzón en el lago. El actor emergiendo de las aguas con la camisa pegada al cuerpo se ha convertido en un icono digno de que en 2013 le dedicasen una estatua conmemorativa en el londinense Hyde Park. Fue un honor temporal. El Fitzwilliam Darcy flotante de casi cuatro metros de altura fue trasladado hasta el lago de Lyme Park —localización original del rodaje— donde se exhibió hasta febrero de 2014. ¿Lo más sorprendente de todo? Esa escena nunca existió y aún así consiguió colarse en el imaginario colectivo: todos somos Team Colin. Se puede comprobar. Después del plano nadando, le ve mos directamente trotando empapado por el prado y a punto de toparse con Elizabeth Bennet, heroína de la novela y probablemente el personaje más querido por los austenitas.

Pero la serie de la BBC solo fue el primer pico de esta "fiebre". En 2005, Studio Canal junto a Working Title Films estrenaban en la gran pantalla una nueva versión de Orgullo y prejuicio dirigida por Joe Wright y protagonizada por Keira Knightley y Matthew Macfadyen. Una versión que encantaría a unos y que otros aborrecerían por considerar que habían transformado la historia original en una "rosa", típica de cualquier folletín romántico. Creyeron que se estaba dando un paso atrás a la hora de defender ante quien no conociera su obra que Jane Austen no es una novelista romántica. Sin embargo, también reconocen que la película trajo muchísimos nuevos fans, sobre todo con sus cuatro nominaciones a los premios Oscar, entre ellos el de mejor actriz para Keira Knightley.

De la celulosa al celuloide

Las producciones audiovisuales de la obra de Jane Austen ya proliferaban antes de 1995, no pararon después de la película de Joe Wright y, como se puede sospechar por las citadas hasta ahora, Orgullo y prejuicio ha sido siempre la más explotada.

La primera fue llevada a cabo por Hollywood en 1940, estuvo protagonizada por Laurence Olivier y Greer Garson y llegó a España con el título de Más fuerte que el orgullo, así que parece que la libertad creativa de los traductores patrios no empezó en 2004 con ¡Olvídate de mí! (Eternal sunshine of the spotless mind en el original). La última ha sido Amor y amistad (2016) que, aunque toma el nombre de una de las primeras historias escritas por una jovencísima Austen, en realidad se basa en Lady Susan, una corta novela epistolar.

A pesar de que entre los austenitas haya detractores de las adaptaciones cinematográficas, no hay que olvidar que son una manera de acercar su obra a un público mucho más extenso. "El problema que tenemos al analizar adaptaciones es pensar que tienen que ser transposiciones del libro, es decir, que tiene que estar todo en la película y eso es imposible", opina Sonia Herrera, experta en cine y género quien ha dedicado a la escritora uno de sus artículos en los Estudios audiovisuales desde la perspectiva de género de la Universitat Autònoma de Barcelona. “Las adaptaciones BBC y ese tipo que intentan respetarlo todo nunca te van a gustar por completo porque siempre vas a tener en la cabeza lo que tú te imaginas cuando lees”, asegura Elena Truan en la misma línea.

 

Fotogramas de 'Orgullo y prejuicio' y 'El diario de Bridget Jones' que muestran el mismo punto de la trama en ambas películas.

Quizá por eso otros productos más cercanos a la reinterpretación de su obra que a la adaptación son tan exitosos dentro y fuera del círculo austenita. El diario de Bridget JonesEl diario de Bridget Jones (Sharon Maguire, 2001) está basada, a su vez, en el libro homónimo de Helen Fielding. Esta es la segunda vez que Colin Firth interpretó al héroe de Jane Austen. ¿Que qué tienen en común la heroína del clásico británico y Elizabeth Bennet? Aparte de una madre que es capaz de sacar de quicio al Dalai Lama y un padre con el que se entiende mucho mejor, hasta sus amados comparten apellido: Fitzwilliam Darcy es el de la señorita Bennet, y Mark Darcy, el de la señ… el de Bridget. Ciertamente, esta última carece de la elegancia, sagacidad y sentido común del que hace gala la segunda de las hermanas Bennet, pero el público parece coincidir con Mark y Bridget gusta "tal y como es".

Elena Truan señala The Lizzie Bennet diaries (2012) y confiesa que es su adaptación preferida, "por transgresora". Se trata de una webserie de 100 capítulos de entre tres y siete minutos que trae la novela original al siglo XXI. Su éxito fue tan grande que se editó en DVD gracias a que sus espectadores hicieron donaciones a través de una iniciativa en la plataforma de microdonaciones Kickstarter. Se llegaron incluso a hacer secuelas: Welcome to Sadinton (spin-off sobre Georgiana Darcy, la hermana del protagonista masculino) y Emma Approved, adaptación de Emma que según Truan "no es tan buena" como la primera webserie.

La austenmanía no solo nació con una serie, sino que este formato abunda en su universo audiovisual con más de una veintena con origen en diferentes países. Una vez más, fue Orgullo y prejuicio la primera en aparecer en la pequeña pantalla en 1952 de la mano de la BBC. Emma (2009), emitida por la misma cadena y protagonizada por Romola Garai, es la última producción televisiva y una de las más queridas. Sorprendentemente, la televisión española no se conformó con retransmitir las versiones británicas y durante los años sesenta y setenta produjo sus propias adaptaciones. Así TVE emitió Orgullo y prejuicio (1966), Emma (1967), La abadía de Northanger (1968) y Persuasión (1972), convirtiendo a Elizabeth en Isabel o a Catherine en Catalina.

Incluso sus obras se han adaptado para la radio y el teatro. En 2007, a partir de una selección de Mario Vargas Llosa, la emisora peruana RPP hizo versiones de libros clásicos entre los que estuvieron Orgullo y prejuicio y Razón y sensibilidad. Jane Austen llegó por primera vez al teatro en 1935 con un musical de Broadway que serviría de base para Más fuerte que el orgullo cinco años después.

Fanfiction: nunca es suficiente

A pesar de semejante volumen de oferta austenita, a veces consumir no es suficiente y los seguidores sienten la necesidad de crear, de continuar con las historias de sus novelas. Estas nuevas tramas escritas por admiradores de la obra original son los conocidos como fanfictionsfanfictions y es imposible no cruzarse con multitud de ellos en cualquier fenómeno fan.

Además de secuelas, continuaciones de la trama, como Mr. Darcy takes a wife: 'Pride and prejudice' continues (Linda Berdoll, 2004), también son muy populares los retellings, es decir, versiones desde el punto de vista de otros personajes, generalmente desde el del protagonista masculino. Por ejemplo, His good opinion: A Mr. Darcy novel (Nancy Kelley, 2011) o George Knightley, Esquire: Charity envieth not (Barbara Cornthwaite, 2009) son las impresiones de los héroes de Orgullo y prejuicio y Emma, respectivamente.

Estos escritores se atreven incluso a hibridar géneros literarios, como la policiaca La muerte llega a Pemberley (P.D. James, 2012), que incluso contó con una adaptación televisiva. A veces, se atreven incluso a introducir elementos fantásticos, mezclas que levantan tanta polémica como admiración. Orgullo, prejuicio y zombies (Seth Grahame-Smith, 2009, editada en España por Umbriel) estrenó película en 2016 y cosechó unas críticas poco amables respaldadas por una recaudación en taquilla 12 millones de dólares por debajo de su presupuesto.

Aunque todos estos son ejemplares editados como libros, el fenómeno fanfiction se ve especialmente alimentado por Internet. Blogs, foros y redes sociales son las principales ventanas de estas creaciones. El sitio The Republic of Pemberley, además de ser considerado como una institución por sus fans, es una de las mayores ventanas en las que colgar este tipo de relatos. Con la llegada de Twitter, austenitas de diferentes países se unieron en la iniciativa Jane Austen Twitter project y redactaron una novela en turnos de quince minutos. Incluso Mari Carmen Romero, quien participó en el proceso y es una de las fundadoras de El sitio de Jane Austen y su foro, lo considera una "alocada secuela".

Gente de Pemberly (2013), de Marie-Laure Sébire, una francesa afincada en Granada, es otra secuela de Orgullo y prejuicio y el primer fanfiction escrito en español.

Todo lo que pueda imaginar

A menudo, pensar en fenómeno fan es pensar en gente disfrazada. La presidenta de la Jases dice ser "muy moderada" al respecto y reconoce que los miembros de su asociación le piden a menudo celebrar eventos en los que vestirse de época. A quienes se sientan atraídos por ese tipo de demostraciones les interesará saber que la moda de alta costura actual a veces deja a un lado los vestidos confeccionados con plástico recuperado del fondo de las Marianas para mirar hacia la escritora. Los fans fashion victims vieron satisfechas sus necesidades de austenismo y estilo cuando, en la colección de otoño 2017, Gucci transformó sus libros en clutchsclutchs y otras firmas como Alexander McQueen, Vera Wang o Loewe incluyeron en sus propuestas guiños a la moda de la época: volantes, boleros, vestidos de corte imperio y mangas abullonadas hicieron de las pasarelas lugares idóneos para celebrar un baile.

Pero como ni en la vida real ni en sus novelas la británica mostró nunca demasiado interés por las tendencias a la hora de vestir, el fan austenita tiene otros muchos caminos para sentirse unido a su venerada escritora. Una rápida búsqueda en Internet muestra algunos verdaderos tesoros que cualquiera puede adquirir: fundas de móvil, cojines y tazas con citas bordadas, pósters, juegos de té, ilustraciones… Hasta se puede encontrar el clásico dedal recordatorio con las fechas de su nacimiento y defunción. ¿Quién no quiere un juego de posavasos que deje claro a sus invitados lo que se espera de ellos?: "Mi idea de la buena compañía es la compañía de personas inteligentes, bien informadas, y que tienen mucho que decir; eso es lo que yo entiendo por buena compañía". Por algo más de diez euros, puede usted ser tan categórico como la señorita Anne Elliot en Persuasión.

Entre merchandising entorno a la figura de Austen también hay excesos: un ambientador con su cara, pasta de dientes sabor a rosas que lleva su nombre, una deforme marioneta de dedo, brújulas, jabones, adornos navideños… La pobre Jane Austen no se escapa siquiera de protagonizar un juego en el que tiene que elevarse en el aire evitando los chismorreos de sus personajes. Para ello, los desarrolladores del juego para móviles Aerial Austen le han colocado una especie de gorrocóptero al más puro estilo Doraemon. Si esta aplicación se lleva el bronce, la plata va a parar una colección de calcomanías perfecta para esos fans acérrimos de la literatura del periodo georgiano inglés, pero de espíritu rebelde. No obstante, La ganadora es, sin duda, la figura de acción de Jane Austen. A quien su manufactura no le parezca una idea brillante y necesaria, es que no aprecia la delicia de un buen oxímoron.

Pero es probable que el austenita medio renuncie a decorar su casa con menaje inspirado en la autora para invertir en nuevas ediciones de su obra. La celebración del bicentenario es un gran momento para aumentar su biblioteca. La primera versión en nuestro idioma se demoró un siglo: mientras que en Francia podían leer a Jane Austen sin el diccionado Oxford al lado desde 1813, no fue hasta 1919 cuando Manuel Ortega y Gasset, hermano del filósofo, tradujo Persuasión para la editorial Calpe. Poco tiene que ver este libro con la edición conmemorativa de lujo que el sello dÉpoca ha sacado al mercado recientemente. Penguin Random House también ha querido homenajear a la escritora en este señalado aniversario y ha estrenado portada para Emma en su serie de edición de lujo y Alianza Editorial ha publicado una versión de Orgullo y prejuicio conmemorativa del bicentenario.

 

Portadas de 'Persuasión' (Calpe, 1919 y dÉpoca, 2016), 'Emma' (Penguin Random House, 2017) y las 'Cartas de Jane Austen' (dÉpoca, 2017).

Pero la más esperada de todas estas ediciones es el tomo con la correspondencia personal de la autora que dÉpoca acaba de sacar a la venta. Estos documentos cuentan con un carácter propio de fascinación. Jane Austen no hizo anotaciones autobiográficas en sus escritos, si llevaba alguna clase de diario, nunca ha sido hallado y su hermana Cassandra destruyó o censuró las cartas que tenía de ella. Es decir, estas pocas palabras de su puño y letra forman parte de los escasos testimonios con los que contamos para desentrañar la biografía de la escritora.

200 años no son nada

Este martes se celebra el bicentenario de la muerte de Jane Austen y las cifras redondas siempre hacen que proliferen los homenajes. El Hampshire Cultural Trust junto al gobierno del condado y otras instituciones ha organizado una galaxia de opciones culturales entre las que encontramos visitas guiadas que recorren los sitios en los que estuvo la autora, talleres de escritura, danza y música de la época, exposiciones, proyecciones especiales, representaciones de sus obras o una misa en la catedral de Winchester, lugar en el que está enterrada.

Cada septiembre se celebra en Bath el Jane Austen Festival. Cientos de personas ataviadas con ropa de la época participan en bailes, paseos, conciertos, charlas y demás actividades que, desde 2001, tienen lugar en la ciudad balneario. Una fecha marcada irremediablemente en el calendario de cualquier fan de la escritora. Pero este 1 de julio organizan además un baile especial por el bicentenario y las 68 libras (casi 80 euros) que cuesta cada entrada no ha impedido que lleven agotadas meses.

Entre Bath y Hampshire, las necesidades de sus compatriotas están cubiertas. ¿Qué pasa con los austenitas españoles? Aunque no tan numerosos, aquí también se ha querido honrar su memoria con eventos de distinta naturaleza. El 8 de marzo, día de la mujer, el Museo del Traje alabó que "con su dedicación a la escritura, rebasó el camino marcado para la mujer en el siglo XIX". Por ello, establecieron una visita en la que "a partir de su figura y de la indumentaria, se trataba el papel de la mujer y de otros aspectos relacionados con la moda de la época en la que vivió", según señalan en su web. A esto se suman clubes de lectura por todo el país, jornadas completas en universidades e incluso un picnic en Arroyo de la Miel (Benalmádena). No es la primera vez que esta pequeña localidad malagueña homenajea a la británica: en 2011 su biblioteca organizó un grupo de lectura dedicado exclusivamente a su obra.

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Una nueva oportunidad

Muchos creen que ya no es posible seguir exprimiendo más las novelas de Jane Austen para nuevas adaptaciones. Ni películas, ni series. Ni clásicas, ni transgresoras. Otros, acuden sin falta a la cola del cine para ver, una vez más, cómo el universo de la escritora abandona su primer soporte para transformarse en una realidad algo más tangible. Todos están de acuerdo en que su obra es una fuente de fascinación que jamás se secará. O, al menos, que Hollywood hará todo lo posible para impedirlo.

Han pasado dos siglos desde su muerte y con la celebración de este aniversario se presenta una oportunidad irrepetible para que miles de austenitas consigan estar más cerca que nunca de su ídolo. De hecho, quizá la inmensa proliferación de actos culturales consiga, no aumentar ese círculo de devoción extrema, pero sí el de personas interesadas en una autora irrepetible que entendió y dibujó como nadie la sociedad en la que le tocó vivir y que supo hacer de lo cotidiano, lo irrelevante y lo común algo exquisito.

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