Cataluña, Euskadi, España…

César Moya Villasante

Lo primero es felicitar a Sánchez por su política actual. Estoy seguro que de este país saldrá feliz hacia Europa, donde aprecian su valor y sus acciones positivas, pero es casi seguro que la ultra y la menos ultra le echarán a palos, solo por haber hablado con CAT y con todos los que hay que hablar para actualizar este país. Después nada menos de 48 años de lo que llaman democracia y en un momento que se hacen ver hasta con chulería aquellos que nos quieren devolver a la Edad Media o quizá antes, con propuestas que solo se me ocurre una frase: ¡Válgame dios!. Y lo expongo porque además lo harán por votos, repito: Válgame dios. En un día como hoy, pedir la independencia de CAT es algo tan antiguo como los citados antes, porque la geoeconomía, si es que se puede denominar así el nuevo orden mundial y lo que nos viene encima, no tiene nada que ver con lo conocido. Todo lo ocupa la economía de los grandes imperios o poderes del mercado. Todo, absolutamente todo, hasta el punto de que aquellos que más presumen de sus acciones ultrarreligiosas, ya ni siquiera hablan de aquel Dios en que muchos creímos mucho tiempo.

Hoy el único dios existente es el dólar, o el euro, o vaya usted a saber a qué moneda conducirá el nuevo mundo que verán mis hijas y nietos. Porque todo va muy deprisa y el último informe de Oxfam da un dato de reparto de riqueza que asusta, incluso al compararlo al de hace pocos meses. Y ese es el auténtico problema de la lucha de hoy de ese gran poder económico contra el 70% de la humanidad que no interesa, porque o es pobre, o es pensionista, o es viejo, o es inútil físico o mental. Ese es el problema que hoy quizá, y lo digo sin querer creérmelo, se está debatiendo en Ucrania  donde esos poderes dan más riqueza a los vendedores de armas y su debate queda en la lucha por el mercado, amigo. Además de la lucha por un poder puramente económico mundial. Como no soy un iluso, ya sé que ha sido así siempre, pero antes había una guerra fría que aplacaba o disimulaba en algo ese interés. Por eso hablar hoy de un deseo de independencia no creo que sea por el hecho de poder decidir, que es una frase muy hecha ya. Quizá lo que más exista es odio de unos a otros y hablo de españoles ultranacionalistas de banderita en la solapa y secesionistas catalanes repartidos por varias clases sociales, entre ellas su propia burguesía.

Obviamente la lucha de las dos partes es interesada en seguir en el enfrentamiento continuo, que es lo que da votos a unos y otros, pero sobre todo a los ultras españoles que solo votan, y pongo exclusivamente, con la idea de la España UNA, sin importarles nada las demás estrategias de sus planes de gobierno. Por ello es el voto fijo que disponen, ahora con una Ayuso que no es más que un personaje televisivo al estilo Belén Esteban, que lo que les interesa es estar todo el día en pantalla, sabiendo que eso en este país es muy rentable en la política basura que practican. Y cómo este proceso también incumbe a Euskadi, hay que decir que allí siempre hay y habrá gente secesionista, pero creo que después de 50 años de desastre como el que allí se vivió con ETA, la gente ha recapacitado viendo cómo va ese país hoy, cuando bien dirigido por un hombre templado como Urkullu y su gente del PNV, se mueve en unos valores y una economía quizá envidiables para otras comunidades.

A ellos esos nonatos les tienen sin cuidado, como los” menas” y las patrias. Les interesa ir entrando con fuerza en las instituciones para destrozar lo que queda de democracia

Porque el turismo nada tiene que ver con aquellos años, pero el avance de la industria en las nuevas tecnologías, sin hacer ruido, es mayoritario, potenciando una industria general avanzada a los nuevos tiempos; y su actualización hace que en Europa se admire el trabajo que ahí se hace. Sin depreciar, obviamente, a otras Comunidades que hacen esfuerzos en la misma dirección, pero siempre con más influencia de esa política basura que impera y que allí se ha desconectado en lo que han podido de ella. Solo ver el esfuerzo diario en reconocer el mal hecho, por parte de todos, ya es un acto admirable que en el resto de España nunca será posible referente al franquismo, que jamás se condenó y que ahora aflora con fuerza. Eso hace que los avances sean mucho más lentos. Y veo con alegría que esas dos comunidades no desean el españolismo fascistoide de Madrid y sus alrededores. Pero también con preocupación que el fascismo va imponiendo sus tesis en dos fases: la primera asociándose al trumpismo más salvaje que funciona porque su líder consideró en su tiempo que España es su mejor centro de operaciones porque existe mucho voto ultra y esa entrada puede hacerse a través de lo que algunos llaman democracia. Y en la segunda parte, porque en este país los medios de comunicación, una gran mayoría, y la Judicatura, también en gran mayoría, colaborarán a ir insertando en la entrada de Europa ese fascismo necesario para que el negocio sea el único objeto de vida en el mundo occidental, algunos lo llaman avanzado.

Estos días vemos un banco de pruebas en CYL con la unión de VOX y PP en su proceder contra la mujer, ellos lo llaman avances sociales, y contra el aborto. A ellos esos nonatos les tienen sin cuidado, como los” menas” y las patrias. Les interesa ir entrando con fuerza en las instituciones para destrozar lo que queda de democracia. Pero lo más triste es que se insertan en ella porque tienen votos para hacerlo. O sea, que el futuro puede ser de mayorías fascistoides, se ve en las encuestas, habiéndolo conseguido porque la izquierda sabemos que nunca se unirá aunque vea ese mismo peligro. Y lo escribo con la intención de que alguien en esa izquierda despierte y acepte el liderazgo de alguien como Yolanda Díaz. Sánchez se irá a Europa, y podríamos al menos defender esa posición de pequeña democracia que vivimos. Pero no soy optimista. Quiero resumir: España tiene un grandísimo problema con su derecha, que solo está para su banderita que es lo que mueve sus votos e impide los avances. Hoy también lo vemos en una acción en el Parlamento Europeo donde el PP solo está para atacar a su propio país, con el solo deseo de echar a Sánchez, al que, en el colmo de la indigencia mental, se le considera un okupa ilegal. Qué más se puede pedir. Ahora quieren impedir la presidencia de España en la CE en el próximo semestre, algo increíble pero cierto.

El resto de los partidos españoles ya convierten el lugar en una acción meramente nacional, debatiendo el problema interno allí, en Bruselas, porque es único en Europa. No es conocido ningún partido europeo que niegue a su propio país, exceptuando el nuestro. Quizá y tristemente tengamos que decir que con ellos España no es Europa. Y lo digo con el sentimiento de sentirme tan español como ellos pero de otra forma, y sin banderita en la muñeca, reconociendo la diversidad de un lugar por el que han pasado todas las civilizaciones. Cómo no va a ser plural. Y esto confirma lo que digo en el párrafo anterior, y Trump lo sabe y entra a saco y con chulería…. Qué pasará en el futuro con Euskadi y Catalunya. No lo puedo adivinar porque la separación con la España trumpista sería mucho mayor y eso puede traer consecuencias muy difíciles de prever. No soportarán que aún se alabe a reyes corruptos y golfos, como se hace aún en Madrid por muchos de forma incomprensible, o quizá se entienda también porque los golfos alaban a quien les permite serlo. Los enfrentamientos aumentarían por idioma, por sistema y por demasiadas cosas. Me gustaría ser menos pesimista, pero esta España central actual me hace sospechar que no vea un futuro con optimismo. Sobre todo, para una gran parte de la ciudadanía que se queda en casa el día que hay que votar y porque muchos creen que no hay nada que hacer. Sí hay mucha lucha aún por seguir y los sanitarios nos están dando ejemplo. La calle no es una RS. La calle es lo único que mueve a los políticos.

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Cesar Moya Villasante es socio de infolibre

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