'Déjà vu' y los dueños del poder

Marcelo Noboa Fiallo

Sigo sin perder mi capacidad de asombro. Es una forma de combatir mi proceso de envejecimiento. El momento que deje de asombrarme, habrá empezado la cuenta atrás.

Cuando escribo estas líneas, no se deja de hablar de la asistencia del líder del PP, Pablo Casado, a una misa en honor del dictador y genocida Francisco Franco. ¿Alguien imagina una misa en Alemania por el alma de Hitler? Y digo que mi capacidad de asombro se mantiene viva, porque tanto los medios de comunicación, como tertulianos, por unanimidad señalan que “quieren creer” la versión que la portavoz del PP, Cuca Gamarra, ha difundido: “Se trata de un malentendido, Pablo Casado no sabía que esa misa era en honor a Franco”. Lo único que reclaman es que se pronuncie el interesado (no lo hará, no se preocupen). Si el cinismo, elevado a su máxima expresión, lo patentó Ansar y desde entonces los líderes populares han redoblado la apuesta, ¿alguien cree en su sano juicio dicha versión? Es indudable que nos toman por tontos a los ciudadanos y, si damos por buena la explicación “oficial”, pues eso… doblemente tontos y a seguir con lo siguiente.

Está claro que Casado sabía perfectamente a donde iba, es más, lo más seguro es que los organizadores de ese insulto a la memoria de los miles de muertos y represaliados antifascistas invitaron al acto a Pablo Casado y él aceptó, por dos razones: No quiere que Vox se quede con el legado del genocida y con los votos de los nostálgicos del régimen y, por otro lado, él forma parte del “atado y bien atado” de quien tomó el primer relevo, de la herencia franquista, Manuel Fraga Iribarne, que luego han ido tomando “el testigo” (Ansar, Rajoy y Casado) por mantener vivo dicho legado de Franco que no es otra cosa que el recordar urbi et orbi quiénes son los dueños del poder.

Por ello, cuando las izquierdas (aunque sea descafeinadas) por voluntad popular llegan a La Moncloa son considerados okupas y, más aún, cuando llega acompañada de comunistas (comunistas, por cierto, que son capaces de poner de acuerdo a empresarios y trabajadores) es anatema… va de retro satanás.

Desde que el Gobierno de coalición PSOE/UP llegó a la Moncloa, desde el minuto uno, la derecha y extrema derecha, con el mismo discurso, han deslegitimado al actual gobierno, considerándolo de facto “ilegítimo” para ocupar el poder, porque ellos se consideran los depositarios, los dueños del poder. El penúltimo vodevil lo ejemplifica todo. El proyecto de ley sobre la modificación de la ley mordaza. Ley que fue aprobada en el 2015 en solitario por el PP, a diferencia de la propuesta por el actual Gobierno que, previsiblemente, tendrá el apoyo de 11 grupos políticos (de todos los colores políticos). Lo más grave del asunto es que la Policía, a la que jamás consultó el Gobierno de Rajoy, hoy se manifiesta en las calles, entre otras cosas porque consideran que la ley (cuando se apruebe por el Parlamento soberano) “supondrá la impunidad de los delincuentes” (¡!). Así, sin más, sin anestesia, proclaman tamaña estupidez, coincidiendo en su proclama con PP/Vox.

En los últimos 43 años de democracia, los sindicatos policiales y de la Guardia Civil se han manifestado para reclamar mejoras salariales y de condiciones laborales. Estos días, es la primera vez que lo hacen, junto con los partidos políticos PP y Vox, para hacer política en la calle.  

Ellos conocen el proyecto de ley y saben que las barbaridades que se han dicho sobre la misma son falsas. Saben que la Unión Europea, en su día, llamó la atención al Gobierno de Rajoy porque su ley restringía derechos fundamentales de los ciudadanos y le conminaban a cambiarla. Saben que el Tribunal Constitucional se ha pronunciado en dos ocasiones en la misma línea. Saben que, en los programas electorales del PSOE y UP, votados por los ciudadanos, estos partidos se comprometían a cambiar esta represiva ley. Saben que esta “tardofranquista” ley fue elaborada en el gabinete ministerial del ínclito ministro Jorge Fernández Díaz, cuya cúpula policial, en su mayoría, está procesada por prácticas delictivas y corruptas y él mismo, con toda seguridad, será procesado. Es decir, los mismos que se movían como “peces en el agua” en las alcantarillas del Estado parieron ese bodrio de ley represiva. La más represiva de la Unión Europea.

Ver a Macarena Olona (Vox) azuzando y vitoreando a los policías que se manifestaban frente al Congreso escondidos tras las máscaras de anonymus es toda una metáfora de lo que está ocurriendo en este país.

Pronto nos hemos olvidado (o algunos quieren que nos olvidemos) que los policías son funcionarios del Estado que están obligados al cumplimiento de las leyes emanadas del Parlamento soberano, elegido por el pueblo español. Igual que en estos seis años de vigencia de la ley mordaza, han cumplido con los dispuesto en la misma y jamás protestaron, igual tienen que cumplir lo que finalmente se disponga en la nueva ley. Pero ese no es el tema.

Los dueños del poder, tras calentar el ambiente en las calles, desde el minuto uno de la toma de posesión del nuevo Gobierno de izquierdas, preparan la traca final en este otoño/invierno que culminará con la huelga de transportes en la víspera de navidades que paralizará el país. ¿Les suena ? A los más jóvenes probablemente no, pero a los viejos sí. La huelga de transportes en Chile que fue la puntilla al Gobierno democrático de Salvador Allende.

Es verdad que España no es Chile (entre otras cosas porque estamos en la UE). Es verdad que estamos en 2021 y no en 1973. Es verdad (o así quiero creer) que la CIA no está detrás de todo esto, como lo estuvo de manera activa y propiciatoria en Chile. Pero también es verdad que los dueños del poder son los mismos. En Chile, Salvador Allende era un okupa del Palacio de la Moneda y en España la coalición PSOE/UP son los okupas del siglo XXI. Déjà vu.

Marcelo Noboa Fiallo es socio de infoLibre

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