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Derogar por derogar

Pedro Jiménez Hervás

Algo muy grave debe de haber pasado en este país para que hayan vuelto el rencor y los ánimos de venganza. Aquí ya no se trata de gobernar, o construir; de incrementar las oportunidades y crear un mundo mejor. No… Ahora lo que se busca es derogar y destruir. Acabar con la obra del gobierno antecesor. Derribar todo lo que suene a igualdad y progreso, o aquello que no interese para que jamás quede reflejado en la historia. 

Tal vez si los nuevos gobernantes conservadores trabajaran más darían con la solución perfecta. El plan brillante. Pero ellos no son Demi Moore, ni Michael Caine

Una de las grandes perjudicadas por este espíritu de revancha es la educación. Cada vez que accede al poder un partido político, la anterior ley de educación es eliminada de un plumazo para crear otra con ligeros cambios de contenido, más acordes con los gustos históricos y científicos de los nuevos, que incluirá también la modificación del título que la identifique. LOECE. LOGSE, LOCE LOMLOE o “Ley Celaá”, LOMCE o “Ley Wert”, LOGSE… Lo malo es que esta espiral no tiene pinta de acabar nunca, quedando así una sensación general de que todo cambia para volver a ser como antes. 

Este sinsentido de la política también se está produciendo en los ayuntamientos y comunidades donde ahora gobierna la derecha española. Con el cambio de sillones, las únicas medidas llevadas a cabo han sido esas que tenían como propósito primordial derribar esa gestión más identificada con los valores democráticos. Como si no hubiera otra cosa que hacer salvo borrar las evidencias de lo que una vez hicieron “los enemigos”.

Por ejemplo, Feijóo se ha pegado casi una legislatura entera anunciando la derogación del sanchismo. Porque sí. Y mientras lo consigue y no, que lo tiene difícil, ha puesto a trabajar a sus huestes territoriales. Obedientes, el nuevo Gobierno de Castilla y León (PP + Vox) ha eliminado las restricciones al movimiento de ganado bovino que existían. Y aunque las consecuencias no se han hecho esperar (aumento de la tuberculosis entre estos animales) no parece que el ejecutivo esté por la labor de volver a la situación anterior. 

También hemos sabido que la biblioteca autonómica de La Rioja dejará de llamarse Almudena Grandes porque a los populares resulta evidente que no les gusta el nombre ni la manera de pensar de la famosa escritora. 

Y como no hay dos sin tres, son varios los ayuntamientos de PP y Vox que quieren hacer desaparecer los carriles bici. Vamos, que les molesta que la gente utilice un medio de transporte sano y no contaminante. Aquí no importan los millones invertidos. ¿Será por dinero? Lo malo es que las viejas costumbres que ya creíamos olvidadas han vuelto a estas ciudades donde se ha borrado cualquier pista del dichoso carril ecológico. En su lugar, ahora están los vehículos de siempre, los mismos que aparcaban donde les parecía, o cargaban y descargaban en doble fila. Lo irónico del asunto es que estos del PP y Vox tampoco son tontos y quieren seguir trincando la subvención por la movilidad ciclista. Así que se devanan los sesos para cobrar el dinero por algo que han desechado sin contemplaciones. ¿Conseguirán engañar a los sabuesos europeos, responsables de las ayudas? Tal vez si los nuevos gobernantes conservadores trabajaran más darían con la solución perfecta. El plan brillante. Pero ellos no son Demi Moore, ni Michael Caine.

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Pedro Jiménez Hervás es socio de infoLibre.

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