Finalidad de la educación

Pedro Cuesta Escudero

En las sociedades modernas en que la actividad de servicios ha pasado a tener mayor participación en la producción que la actividad industrial, el capital más importante es el capital humano y, por tanto, la educación es el elemento básico para el desarrollo de las economías. La riqueza de un país no está en los recursos naturales que posea, sino en el conocimiento, el saber y en la formación o educación de sus ciudadanos/as. Hay países centroafricanos, por ejemplo, con muchos recursos naturales y, sin embargo, no destacan por su desarrollo. De la misma manera que si no se invierte en la modernización y renovación de la maquinaria las empresas no son rentables y quiebran, la sociedad que no educa permanentemente a todos sus ciudadanos no progresa y no tiene posibilidad de futuro. Un país que invierte en una mejor formación de sus ciudadanos es un país más competitivo. Un pueblo ignorante desperdicia sus recursos y se empobrece. Un pueblo educado prospera, aun en condiciones adversas. Un pueblo ignorante es terreno abonado para la demagogia. Un pueblo educado sabe muy bien diferenciar un discurso serio de una prédica demagógica.

La educación es el capital de mayor rentabilidad

Según una investigación del Banco Mundial, el 64% del crecimiento económico está determinado por el capital humano y por el capital social. El capital humano está integrado por el conjunto de los trabajadores, que requieren básicamente salud y educación para ser más eficaces en su actividad profesional. Y el capital social es el resultado del desarrollo cultural de la sociedad.

No es suficiente que una sociedad tenga algunas personas muy capacitadas. Toda la sociedad ha de tener la posibilidad de formación durante toda la vida. No basta con que un niño reciba alguna formación cuando es pequeño. Tiene que poder estudiar cuanto quiera. Toda persona tiene que recibir formación y educación para ir tan lejos como su capacidad lo permita.

La educación tiene un papel fundamental en la definición de la sociedad del futuro. A través de la educación se diseña el perfil de las personas que conformarán la participación social y cultural, su capacidad de adaptación a los cambios, su autonomía de pensamiento. La educación es uno de los principales instrumentos para garantizar el progreso de la ciudadanía, para posicionarnos en un mundo más exigente, para reforzar la cohesión social mediante la igualdad de oportunidades. De la educación depende el bienestar tanto individual como colectivo. Un pueblo educado sabe elegir a dirigentes honestos y competentes. Estos elegirán los mejores asesores. Un pueblo inteligente y educado no permite corruptos ni incompetentes.

La educación es un instrumento de mejora de la condición humana y de la vida colectiva. La educación es el medio más adecuado para construir la personalidad de cada uno, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica (valores)

La sociedad del futuro es la sociedad del conocimiento

En la sociedad del futuro deben primar las personas educadas, es decir, aquellas que estén preparadas para poder reciclarse de forma continua y poder afrontar los cambios. Los cambios en las formas de vida, de relación personal y convivencia social, exigen que las personas desarrollen todas sus capacidades y que dispongan de competencias personales y sociales y un equilibrio y madurez emocional y racional. Como en la sociedad del conocimiento la mayor parte del trabajo es cualificado, es por lo que, repetimos, la educación es el capital de mayor rentabilidad en el mundo del futuro.

También la educación es el soporte indispensable para cualquier desarrollo cultural, pues no hay cultura sin educación previa. Pero hemos de tener en cuenta que no se necesitan élites ilustradas, sino mayorías ilustradas, pues es la única forma de que la democracia sea real y, al mismo tiempo, creativa y fiable. Cuanto más extendida esté la cultura entre todos los miembros de la sociedad menos peligro hay de que prevalezca la mediocridad. El mejor modo de acelerar el progreso humano es elevar el tono moral, intelectual y estético de la sociedad.

La educación es un bien social

La educación es un bien social para toda la gente del país, pues el nivel de vida de una sociedad depende de la educación de todos sus miembros. No solo para la capacidad productiva, sino también para su capacidad en construir un sistema aceptable de convivencia. Si se aspira a un modo de vida en común que permita y facilite un modelo de persona de comportamiento, se necesita, para ello, que la sociedad esté cohesionada y que todos reciban una educación de calidad. La cohesión social, no sólo depende de la ausencia de marginación y pobreza, sino también de la educación de calidad que reciba cada uno de los miembros de dicha sociedad.

Sin una educación popular seriamente organizada no hay democracia, porque escuela pública y democracia son dos factores estrechamente unidos en su destino

La educación contribuye, pues, como ningún otro factor al desarrollo económico y a la cohesión social. Si las personas tienen capacidad para decidir, para expresarse y para convivir, la sociedad de la que forman parte es más cohesionada y menos violenta. Si el sistema educativo margina a algún sector de la sociedad, se resiente la convivencia, la paz y la economía. Y resulta mucho más caro controlar a los marginados que haberles dado la adecuada educación. Por ejemplo, según la Fiscalía General del Estado en el año 2003 cien mil menores, que debían estar estudiando, fueron detenidos por la perpetración de más de 22.000 delitos violentos. Ya lo dijo en su día Pitágoras: Educad a los niños y no será necesario castigar a los hombres. Y Víctor Hugo dejó sentenciado: “Abrid escuelas para cerrar prisiones”.

Hay que formar generaciones mejores

A las generaciones futuras no solo hay que darles cultura, sino también personalidad: que cada uno sea original y diferente. No se necesitan solo personas “cultas”, sino también buenos ciudadanos. La educación tiene como misión el despertar seres capaces de vivir y comprometerse como personas. Educar es lograr que se adquiera conciencia social y espíritu crítico. La educación proporciona un mayor grado de felicidad personal y colectiva. La educación es un derecho fundamental de las personas, pero también es una necesidad social básica, pues la sociedad precisa de trabajadores profesionales, buenos técnicos, gente capacitada, pero sobre todo, buenos ciudadanos. Por tanto la educación pasa a ser un artículo de primera necesidad.

En resumen, más educación quiere decir más riqueza, más cultura, más justicia, más cohesión social.

Caracteres que ha de reunir toda educación

Universal: que abarque a todos los individuos de la sociedad, sin distinción de raza, sexo, clase social, procedencia o religión.

Inclusiva: que todos los niños y niñas de la comunidad se eduquen y aprendan juntos, independientemente de su origen, condiciones personales, sociales o culturales, incluidos aquellos que presenten cualquier problema de aprendizaje o discapacidad.

Integral: o íntegra, que desenvuelva todas las facultades humanas, tanto físicas, como intelectuales y morales.

Social: que tenga como meta ciudadanos comprensivos y tolerantes, útiles a sí mismos y a los demás.

Obligatoria: es un deber, no puede haber libertad para no educarse, ya que esa libertad perjudica a la sociedad, como tampoco hay libertad para alimentar o no a los hijos/as.

Antidogmática: o antiautoritaria, pues no debe forzar sino coadyuvar a la naturaleza, porque todo lo que violenta o contraría, la debilita o extravía. (Lo contrario del dicho que la letra con sangre entra”)

Coeducativa: que tanto la mujer como el hombre se eduquen conjuntamente en valores situados en un mismo plano.

Ecologista: que sea respetuosa y con sensibilidad positiva hacia el medio ambiente.

La educación ha de ser un servicio público

De la misma manera que ningún Estado, ni el más neoliberal, deja la Defensa en manos de la iniciativa privada, la Sanidad y la Educación también han de estar gestionadas por los Poderes Públicos, porque si aquella defiende la integridad de la sociedad, la Sanidad se preocupa por tener a los ciudadanos/as sanos y útiles para que sean más rentables y la Educación se ocupa en desarrollar lo más posible las capacidades de las nuevas generaciones. Ni Defensa, ni Sanidad, ni Educación no deben ser objeto de especulación por parte de nadie.

No son los padres los que se lucran de las profesiones de su hijos/as. Ningún padre le da a su hijo/a una carrera de médico, ingeniero, policía, jurista… pensando en su exclusivo beneficio. La única beneficiaria de la educación y preparación de las nuevas generaciones es la propia sociedad. Por tanto la Educación es un servicio público básico, es decir, competencia del Estado, ya que este tiene por objetivo primordial dirigir la organización del país.

Sin una educación popular seriamente organizada no hay democracia, porque escuela pública y democracia son dos factores estrechamente unidos en su destino. A través de su propia existencia la escuela pública hace viable la democracia como realidad, no sólo institucional, sino esencialmente cultural y social. La escuela pública es la institución más adecuada para arrancar de la pluralidad de la sociedad unos mínimos éticos y culturales que constituyen la base de una visión compartida de sociedad y de país. Sin una educación popular seriamente organizada, toda propuesta social y política es estéril, porque en la escuela pública, donde convive la pluralidad de la sociedad, es donde se aprende a reconocer al “otro” como otro legítimo.

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Pedro Cuesta Escudero es socio de infoLibre y autor de Por una escuela pública de calidad. Bases para una educación íntegra.

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