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Golpe de Estado a la soberanía popular

Ximo Estal

Lo que se temía se ha cumplido: un Tribunal Constitucional caduco y donde dos de sus jueces con su mandato caducado y que en su felonía han votado contra su recusación en vez de irse o abstenerse, se han unido a la derecha más retrograda y dictatorial y han dado un golpe de Estado a la soberanía nacional que es: la decisión libre de las urnas y el voto libre del pueblo. Unos jueces con alevosía y apoyados por algunos medios informativos, por unos agentes mediáticos dictatoriales y sobre todo por PP, Cs y Vox que, con la excusa de un falaz constitucionalismo en el que no creen, han dado un golpe de Estado.

Para esta derecha se ha demostrado en primer lugar que la justicia la impone ella y sobre todo que no existe una democracia, que solo existe la democracia de ellos, y sus votos. No aceptaron su derrota en las urnas desde el minuto uno, y no han aceptado nunca su derrota, sobre todo cuando ven que sus intereses pueden verse perjudicados. España con unos jueces políticos y haciendo política para una derecha con tintes dictatoriales y “fascistas” aunque se excusen en un falso patriotismo, han dado un golpe de Estado, que debería hacer que la ciudadanía se pronunciase y gritase con fuerza "libertad y democracia", pero no la mentira libertad que pregona la derecha y no la falaz democracia patriótica que propugnan.

Esta derecha está ayudada por unos tribunales caducados y anticonstitucionales que se han aprovechado de su poder, que no les ha dado el pueblo, para quitar al pueblo lo más sagrado que es el voto. Ahora el PP, Cs y Vox, intentarán argumentarlo con que era por salvar al España. Mentira. Era por salvar sus intereses y su estatus y lo peor por acabar con la débil democracia que teníamos. Porque eso es lo que se ha visto. Nuestra democracia se estaba basando en unas instituciones caducas y carentes algunas de ellas de verdadera democracia. Teníamos y tenemos un PP que es anticonstitucional, pero se pavonea de defenderla, cuando es falso.

Nuestra democracia se estaba basando en unas instituciones caducas y carentes algunas de ellas de verdadera democracia

La izquierda, ante este ataque a la democracia y a la soberanía nacional, debería aprender que con esta derecha antidemocrática no se puede jugar y con ello debería dejarse de luchas internas y agruparse, unirse para derrotar a esta derecha nuevamente en las urnas y demostrarle que, aunque pretendan —con sus jueces— derrotar a la democracia, les demostraremos que nuestro gran valor es el voto y las urnas les volverán a derrotar; si no es así, si la izquierda continúa dividida, si aceptamos que la derecha dictatorial se salga con la suya, demostraremos que es inútil votar, puesto que unos políticos falaces, anticonstitucionales, antipatriotas y que aprecian la dictadura y menosprecian la democracia y sus valores, son los que mandan e imponen sus leyes irreales, injustas, dando así pie al aumento de la desigualdad, las privatizaciones y lo peor: la discriminación social, política, educativa y pérdida de derechos adquiridos.

La derecha retrógrada que hoy se siente ganadora ha traicionado el mayor valor de la democracia: el voto de la soberanía popular. Y lo peor es que, con todos mis respetos, engañando y sustentado por algunas instituciones, entre ellas la del jefe de Estado, que calla. Se está atentando contra la democracia, contra la soberanía popular y lo peor: contra la Constitución, por una institución y unos jueces caducos y serviles a unos intereses y unos partidos que hoy han demostrado que España y el pueblo les importan poco y que la Constitución no la respetan ni la quieren y que su España es la del siglo XX y en blanco y negro y donde la dictadura es su fin.

Nada de sindicatos, nada de feminismo, nada de distintas religiones o laicismo, hay que volver al nacionalcatolicismo y para ello tienen a sus jueces y la utilización de una institución que hoy ha demostrado que no es imparcial, y que es parcial, injusta y golpista y que algunos de sus miembros tienen tanto desprecio a la propia justicia que son capaces de votar contra su propia recusación. Kafkiano. Y lo peor es que se sienten patriotas y defensores de España, cuando la están destruyendo y atacando y para ellos los golpistas eran los del 1 de octubre del 2017. Ahora se ha demostrado quiénes son los verdaderos golpistas y quién les apoya. Señor Feijóo, ¿ahora quién quiere acabar con España? Deje de mentir, váyase y deje que su ideóloga —la señora Ayuso—, ocupe su lugar. Así, sus votantes verán la verdadera cara del PP, un partido nada conservador, sino un partido carente de argumentos de Estado y golpista y que no sabe ganar en las urnas, por eso utiliza a los jueces. Triste.

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Ximo Estal es socio de infoLibre

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