Librepensadores
Los miramos, pero no los vemos
A raíz de la pandemia del covid-19, se han implantado medidas contra la situación en que están quedando muchos colectivos (restauradores, trabajadores en general, residencias de mayores e innumerables entidades); lo cierto es que es totalmente insuficiente, dado que estas ayudas no llegan a muchas familias, sumidas en una situación de pobreza o pobreza extrema. Sin embargo, hay un colectivo que no está organizado; los vemos a diario al ir por nuestras calles con tal indiferencia que ni siquiera nos acercamos a ellos. Me estoy refiriendo a los sin techo, esas personas que no tienen adónde ir, no han perdido solo todo lo que tenían, han perdido familia, amigos, alguien que les eche una mano, y hasta han perdido muchos de ellos/as, la dignidad, el orgullo y las ganas de vivir.
Sé positivamente que alguno/a de ellos/as no quieren llevar una vida “normal” pues han perdido toda esperanza en nuestra sociedad, una sociedad que estaba obligada a ayudarles y que sin embargo no ha hecho nada por ellos, han perdido toda esperanza en que alguien les eche una mano, por eso, estos que son los más desfavorecidos entre los desfavorecidos, necesitan que les apoyemos, ayudemos y consigamos que se incorporen a la vida normal como cualquier ciudadano, no con ponerles comedores para que subsistan, sino creando residencias para que vivan en ellas, con todos los servicios, y con políticas que les consigan formar para facilitarles después un trabajo, aunque sean las administraciones las que les ofrezcan un trabajo, esto en el caso de los más jóvenes o en edad de trabajar, y en el caso de los más mayores, residencias para que puedan convivir con los demás en un clima de confianza, un clima en el que se sientan protegidos por sus semejantes, y que les devuelva la dignidad que un día perdieron.
Mi confianza es que este Gobierno, y más aún Podemos, implante un política al estilo de lo que he comentado. Porque si este partido y el PSOE hacen lo mismo que la derecha en este asunto, estos seres humanos, que son exactamente igual que nosotros, pero que la vida les ha tratado con látigo de fuego, estarán condenados a vivir de manera infrahumana, no digo como los perros, ya quisieran muchos vivir como algunos perros; es lamentable una sociedad que ama a los perros y sin embargo desprecia a la persona que duerme y vive en la calle. Pido desde aquí al Ejecutivo que haga algo para solucionar, aunque sea en parte este problema.
Santiago Cabañas Martínez es socio de infoLibre