LA PORTADA DE MAÑANA
Ver
Por qué una familia rica con tres hijos puede acceder al bono social eléctrico para familias vulnerables

La OTAN y el conflicto ruso-ucraniano

Juan José Torres Núñez

El representante permanente de China ante la ONU, Zhang Jun, declaró que “el verdadero responsable de todos los problemas mundiales es la OTAN”. Y precisó que este “bloque militar” intenta “expandir su influencia”. Esta Alianza “rebasó los límites geográficos” y “ahora pretende  proyectar su poderío sobre todo el planeta” con la OTAN Global. Para Jun, se trata de un “bloque belicista” que intenta ampliar y “provocar enfrentamientos”. Como yo he repetido en este periódico, las causas de la guerra de Ucrania se deben a la expansión de la OTAN hacia el este. Y el mayor peligro viene de Estados Unidos porque, como ha dicho el candidato Demócrata a la presidencia de las próximas elecciones, Robert F. Kennedy Jr., su país “no quiere la paz” (véase mi último artículo, Los delirios de Occidente por el motín armado en Rusia). También la novelista y periodista Eve Ottenberg ha señalado en su artículo “El mundo estaría mejor sin la OTAN”, que no hubiera sucedido ningún conflicto ruso-ucraniano si la OTAN no se hubiera expandido hacia el este. Y después de comparar a la OTAN con un vampiro, afirma que “la OTAN se encuentra junto a la podredumbre pútrida del gobierno controlado por los donantes corporativos, mientras que la sed de sangre fresca de la OTAN requiere un enemigo ostensible, Moscú, que casualmente posee más armas nucleares que cualquier otro país del mundo”. 

Estas causas, muy bien documentadas, se deben a que la maquinaria bélica de la OTAN se acerca cada vez más a las fronteras de Rusia, a pesar de los hechos bien conocidos del año 1990, cuando se le prometió al presidente ruso Gorbachov que la OTAN no se expandiría hacia el este. Pero, ¿qué ocurrió? Veamos un breve resumen. En 1998 la OTAN incorporó a Hungría, la República Checa y Polonia. En 2004 admitió a Bulgaria, Rumanía, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia y Lituania. En 2009 incorporó a Albania y Croacia. En 2017 a Montenegro. En 2020 a Macedonia del Norte y en abril  de este año a Finlandia, con Suecia en la puerta para entrar en el teatro del absurdo. Por esta razón, RFK ha expresado que las preocupaciones de Rusia por su seguridad, debido a la expansión de la OTAN, “son legítimas”. Stephen Bryen, investigador estadounidense del Centro de Seguridad, ha manifestado que “los europeos y los rusos necesitan trabajar en un acuerdo de seguridad aceptable para todos”. Pero, ¿no es esto lo que Rusia propuso a la OTAN en diciembre de 2021? En efecto, esto fue. Y EEUU y la OTAN lo rechazaron sin discusión.

Cuando apareció en el horizonte un atisbo de paz y Boris Johnson, ex primer ministro del Reino Unido, fue rápidamente a Kiev para alimentar el “veneno malicioso” de la guerra

En un vídeo de Petr Bystron, hablando en el Deutsher Bundestag, dice que la OTAN es culpable de todo lo que está pasando. Afirma que “Rusia es europea y Europa es responsable de que Rusia esté en los brazos de China”. Con indignación recalca que “la OTAN se acercó a Rusia y hombres rusos y ucranianos están muriendo”, además de las víctimas civiles. “Ustedes son culpables. Ustedes dijeron que no a la arquitectura de Europa”. Y ¿cómo responde Europa a las muertes de esta guerra? Pues ya lo estamos viendo. Los países de la Unión Europea han debatido la creación de un fondo de 20.000 millones de euros para “mantener abastecidas las tropas ucranianas durante los próximos cuatro años”. Las palabras de Robert F. Kennedy Jr. son una muestra patente al subrayar que “Occidente torpedeó la paz en Ucrania porque queremos la guerra con Rusia”, es decir, la guerra proxy, o guerra sustituta, en donde las fuerzas del Occidente colectivo han organizado una cruzada contra Rusia. Las posibles consecuencias de esta cruzada las vemos en la imagen de un señor con una pancarta y una mesa de libros para informar al público, delante de la Oficina de Correos de Frederick, en Maryland, en la que se leía: Global Nato Threatens All-Out Nuclear War [La OTAN Global amenaza con una guerra nuclear total].  

En su artículo “El belicismo británico lleva a Europa a la catástrofe de Ucrania”, Jonathan Cook deja bien claro que el Reino Unido se está asegurando de que la escalada de la guerra sea el único camino y la única solución del conflicto. Esto ya lo vimos cuando apareció en el horizonte un atisbo de paz y Boris Johnson, ex primer ministro del Reino Unido, fue rápidamente a Kiev para alimentar el “veneno malicioso” de la guerra. Según Cook, la administración Biden ya ha manifestado que está a favor de la escalada de la guerra porque esta “es una oportunidad para debilitar a Rusia, un rival geoestratégico junto con China”. Cook explica que “el Reino Unido ha estado a la vanguardia de los esfuerzos europeos para atrincherar el conflicto y presionar para que se siga el suministro de armas y el entrenamiento e inteligencia militar a las fuerzas ucranianas”. El suministro de armas cada vez más ofensivas, como tanques británicos, miles de proyectiles, incluidos los fabricados con uranio empobrecido, cientos de aviones no tripulados y un número indeterminado de misiles de crucero Storm Shadow, “que cuestan 2 millones de libras”, ha convertido a Ucrania en “un campo de batalla indirecto para revivir la Guerra Fría”.

En una entrevista en El País (19/08/2023), el alto representante para Asuntos Exteriores y Seguridad de la UE, Josep Borrell, se presenta él mismo como “comisario europeo” y queda retratado como un belicista a las órdenes de EEUU y los líderes belicistas de Europa, que siguen las líneas de acción del Reino Unido y de George Soros. En América Latina y el Caribe, sin embargo, a Borrell se le conoce como “el ministro de la Guerra” y se preguntan quién lo ha elegido para el cargo que representa. En la entrevista muestra un absoluto desprecio hacia Rusia. Arremete contra la anexión de Crimea, mostrando un desconocimiento de la historia y de los hechos. Podría haber mencionado también al presidente de España, Pedro Sánchez, que validó la anexión del Sáhara Occidental por parte de Marruecos, olvidando que España es el país administrador del último enclave del colonialismo, según la ONU. Las respuestas de la entrevista están llenas de alegaciones sin pruebas fehacientes, algo que ya estamos acostumbrados en la propaganda de la prensa corporativa. 

En la entrevista, Borrell habla de la deportación de miles de civiles ucranianos, entre ellos niños. Afirma que “estamos ante unos crímenes de guerra de proporciones históricas, que solo tienen parangón con los de la Segunda Guerra Mundial”. Y al no poder Putin ir a Sudáfrica por miedo a ser detenido, comenta: “¿Se imaginaba cuando lanzó la guerra que no podría salir de su país porque lo pueden detener por orden del Tribunal Penal Internacional?”. Antes de hacer estas acusaciones, Borrell debería haberse informado bien sobre los hechos. En marzo, la Corte Penal Internacional (CPI) emitió una orden de arresto contra Putin y también contra la comisionada de derechos del niño, María Llova, en la que se alegaba el traslado ilegal de niños de Ucrania a Rusia. Esto fue rechazado por Rusia, que no reconoce la jurisdicción de la CPI. Pero según los conocidos periodistas Jeremy Loffredo y Max Blumenthal, en su investigación han demostrado que la orden de arresto está basada en unas informaciones falsas realizadas por el Laboratorio de Investigación Humanitaria (HRL, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Yale, financiado  y guiado por la Oficina de Operaciones de Estabilización y Conflictos del Departamento de Estado de EEUU. Estos periodistas encontraron muchas contradicciones en las afirmaciones. Por ejemplo, el director del programa, Nathaniel Raymond, emitió declaraciones incendiarias a los medios de comunicación –sin buscar las pruebas de la verdad– y sus declaraciones falsas son la propaganda que encontramos en la prensa corporativa, que Borrell comenta en España. Loffredo ha revelado con su coautor Max Blumenthal, imágenes de una visita a Rusia para demostrar que “los niños no están siendo robados, sino que simplemente se les da un respiro del trauma de la vida en una zona de conflicto”.

Quien sí está siguiendo una línea de acción coherente y humanitaria es la fundadora del Instituto Schiller, Helga Zepp-Larouche. Entre muchas actuaciones, una importante ha sido coordinar una Coalición Internacional por la Paz para celebrar el 78º aniversario del lanzamiento innecesario e inhumano por parte de Estados Unidos, de la primera bomba nuclear del mundo el 6 de agosto de 1945 sobre Hiroshima y la segunda el 9 de agosto sobre Nagasaki. Estos bombardeos atómicos estadounidenses constituyen los únicos ejemplos en la historia de la humanidad contra civiles. El pasado 6 de agosto hubo muchas manifestaciones por todo el planeta. Helga Zepp ha señalado que tenemos que movilizarnos, especialmente los jóvenes, para detener la locura de la guerra de Ucrania y pide que “¡Debemos apoyar la construcción de un nuevo orden económico mundial justo!” Como ha indicado Servin Dagdelen, miembro del Parlamento alemán, “Necesitamos negociaciones de paz” en este conflicto ruso-ucraniano. Y concluyó su intervención con estas palabras: “Ganemos la paz y no la guerra”.

_____________________

Juan José Torres Núñez es escritor  y socio de infoLibre.   

Más sobre este tema
stats