¿Qué está pasando?

Eduardo Vazquez Martul

Los días de reflexión de Sánchez supongo que también han inducido a la reflexión en muchos ciudadanos. ¿Por qué tanta agitación? ¿Será solo culpa de las fake news?, ¿será por el lawfare?... Mucho papel escrito estos días, pero se vuelve a sentir cierto aire a una inquietud en un país en el que el miedo fue un actor principal en más de cuarenta años de franquismo. Fue la explicación de aquella frase tan fatídica de que “todo queda atado y bien atado”…  ¿Quién ataba y qué ataba?

Se sabe que el miedo somete a las mentes. Hay que decir la verdad, aunque somos un pueblo en el que la mentira y la envidia son sus principales pecados capitales. Mentir sale gratis o incluso puede ser gracioso. Está incrustada en nuestros genes. Miedo y mentira es binomio que se retroalimenta. Que el bulo y el insulto hayan sustituido a la dialéctica es como una peste, ya utilizada por las fuerzas reaccionarias en otros tiempos no tan lejanos. Pero, a pesar de que el populismo de sesgo fascista, experto conocedor de estas técnicas, está contaminando parte del mundo, y crece con preocupación en Europa, Spain is diferent.

¿Por qué tanta agitación? ¿Será solo culpa de las 'fake news'?, ¿será por el 'lawfare'?... Mucho papel escrito estos días pero se vuelve a sentir cierto aire a una inquietud en un país en el que el miedo fue un actor principal en más de cuarenta años de franquismo

Si uno lee la historia, no está escrito, al menos en el mundo conocido, alcanzar una democracia plena por solo el arte de un pacto entre los que mandaban, dueños absolutos del país y herederos de un régimen autoritario, rencoroso y cruel; y por la otra banda, por aquellos herederos de los vencidos que lucharon por la libertad y la democracia. Para la cuadratura del círculo, el pacto se acordó bajo la tutela de un monarca ( hoy medio fugado), heredero precisamente del dictador causante de una guerra civil que fuerzas no tan ocultas quieren recordar. 

Aquel pacto fue como el misterio de la Anunciación de la Virgen: “como un rayo que atraviesa un cristal sin romperlo ni mancharlo”. Solo la fe explica la trasformación de aquel edificio tenebroso a una democracia sin haber cambiado los pilares. Se dice que los ganadores, los defensores de una nobleza y finanzas que siempre estuvieron y aún están, mostraron generosidad. Otros comentan que era lo permitido por las fuerzas militares, los defensores de la unidad de destino en lo universal, los que mandaban. De nada valió porque repitieron. Nadie podrá negar que fue otra vez el miedo a los cuarteles por lo que la Plata-forma, defensora de la transición, triunfó sobre la Plata-junta que proponía un cambio. Muchos consideran que gracias a esa “transición pactada” llegó la democracia. Pero volvamos a reflexionar; el bulo, la mentira, el lawfare, la no renovación del CGPJ, el 'que te vote Txapote', la corrupción, y lo más importante, la no aceptación de las mayorías representadas en el parlamento es la consecuencia de que algo se hizo mal en la “gloriosa transición”. No le echemos la culpa a Trump ni a Ayuso, son solo actores. 

La solución es difícil cuando los que aún representan el sistema de aquellos ganadores no quieren ceder poder ni admitir la realidad y pluralidad de un país heterogéneo con marcadas señas de identidad. La prueba está en que resquicios de aquel sistema ocupan importantes órganos del Estado. Hay confusión en el ciudadano, confusión que el bulo, la mentira, alimentan para meter miedo. 

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Eduardo Vázquez Martul es socio de infoLibre.

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