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La próxima ofensiva de las derechas

Enrique Errando Mariscal

Ante la consolidación de la confluencia entre Podemos y otras formaciones, que ha obtenido 71 escaños en las Cortes -caso único en Europa si exceptuamos Syriza y el Gobierno de coalición portugués- las derechas europeas y españolas van a redoblar su campaña de acoso y derribo. En Europa es la extrema derecha la que está ganando posiciones, si exceptuamos Grecia y Portugal. En tiempos de crisis suele suceder que amplias capas de la población apoyen proyectos nacionalistas y xenófobos. Echar la culpa del paro a los inmigrantes y cerrar fronteras para que “lo de fuera” no nos contamine, no nos invada, no nos domine, es la única política –si es que a eso se le puede llamar política- de esos partidos que suelen respetar totalmente el neoliberalismo.

Divide y vencerás

Aprovechando las disensiones que aparecieron en Podemos cuando su Secretario General destituyó a Sergio Pascual y que se vuelven a dar en relación a llevar más lejos la confluencia con Izquierda Unida, los medios van a insistir mucho en la mala imagen de Iglesias y en su enfrentamiento con Errejón. Se trata de provocar la coagulación de dos bandos: Iglesias versus Errejón, haciendo bueno a éste y malo al Secretario General.

Esta amenaza coloca a Podemos y socios frente a la necesidad de lavar los trapos sucios en casa, sin renunciar a lavarlos. Porque disensiones las va a haber por todas partes: dentro de Podemos, dentro de Izquierda Unida, dentro de Compromís, dentro de las Mareas, de En Comú Podem, etc. Y entre esas formaciones. Construir un movimiento ciudadano que sustituya a la vieja estructura de partido, muy desprestigiada, supone entrar en un terreno desconocido y muy difícil. La apuesta, obvia, consiste en reforzar lo común y dejar de lado las diferencias. Pero se intuye que lo más difícil va a ser conseguir que las distintas maneras de hacer, las distintas maneras de sentir y los personalismos no acaben con las alianzas. Estas disensiones van a ser aprovechadas a fondo por el infoentretenimiento (programas de “debate” político en TV donde los temas políticos se tratan de manera similar a como se tratan otros temas en los programas del corazón).

La gran coalición

Se ve venir la gran coalición, en una u otra versión. Pesan demasiado en el PSOE los derechistas tipo González, Sevilla, Chaves, Susana Díaz y un largo etcétera. La gran coalición se dedicará –no tengo la menor duda- a bloquear todas y cada una de las iniciativas legales que planteen Podemos y sus socios. Lo puede hacer porque tiene votos de sobra para ello. El primer ejemplo lo tenemos antes siquiera de comenzar la legislatura. La Comisión permanente del Congreso ha rechazado, por unanimidad, la comparecencia del ministro del Interior para explicar sus conversaciones con el jefe de la Oficina antifraude de Catalunya. ¿Acertáis qué tres partidos están en esa Comisión? Pues eso.

Esto va encaminado a situar a Podemos y socios en el rincón de los castigados que hasta ahora ha ocupado IU. Claro que la diferencia es que la formación morada tiene 71 diputados. Pero eso solo no es suficiente. Aquí se inscribe la necesidad de una fluida relación entre movimientos sociales y trabajo en las instituciones, entre la calle y el Parlamento.

El despido de Rivera

Yo no descartaría que los amos - el ÍBEX 35- despidieran a Rivera porque no hace ninguna falta. Las elecciones del 26J han demostrado, una vez más, que el Frente Popular de la Derecha (el PP) engloba con eficacia todo el abanico de la derecha. Si ya tenemos el Frente que funciona de maravilla ¿para qué vamos a andarnos con puñetas regeneracionistas, Riverita?

Mano dura

Como los próximos recortes y medidas van a provocar más indignación y más resistencia: mano dura. Apoyados en la ley mordaza, porque me temo que el PSOE no va a votar su derogación, y en una judicatura donde abundan los extremistas de derecha, el PP va a intentar escarmentar a la protesta. Va a intentar que un nuevo ciclo de movilizaciones como el del 2010-2014 no se produzca. Los voceros lanzarán una campaña de demonización de las manifestaciones y quizás los provocadores que tiran cócteles molotov e incendian contenedores, espontáneos o pagados, vuelvan a vivir días de gloria.

Dos clásicos: la difamación y el “España va bien”

La derecha no va a renunciar a dos clásicos que le han dado buenos resultados. Los profesionales de la difamación continuarán “encontrando” millones de euros para financiar Podemos procedentes de Afganistán, Irán, Kurdistán, o las islas Caimán. Volverán a salir “fraudes” a Hacienda de Pepito, Luisito y Jaimito. Se publicará en primera página de los de siempre que Juanita “falsificó” las calificaciones del Instituto. Más de lo mismo. Pero bueno: difama que algo queda.

Respecto al “España va bien”, es la baza que va a seguir jugando Rajoy para intentar paliar los efectos de los recortes que Bruselas le está exigiendo YA. Volverá a recitar la cantinela surrealista del sacrificio necesario, medicina amarga pero eficaz que ha salvado España de la ruina en que la dejó Zapatero.

Enrique Errando Mariscal es socio de infoLibre

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