Querido 2024

Jose Maria Barrionuevo Gil

Querido 2024: Ante todo perdona nuestro atrevimiento, por tu grandeza, al ser más grande que el pasado 2023 y que nosotros, que desde esta página nos atrevemos a dirigirnos a ti, con las temblorosas palabras que se quedan casi paralizadas por la presencia de unas guirnaldas de luz que no nos dejan ver lo que pasa en el mundo. Nuestra ceguera, sin embargo, no deja de hacernos sentir ausentes de todo lo que nos cuentan que están haciendo algunos hombres con el mundo y sus pobladores. Es verdad que los ejércitos ya admiten mujeres para que estén también al pie del cañón y, ¡cómo no!, servir de carne de cañón. Valiente igualdad les hemos permitido a esas manos femeninas que ahora serán menos para dedicarse a los cuidados y para enseñarnos a todos cómo debemos cuidar esta Tierra, que no otra, y cómo hemos de tratar a los demás.

2024 querido: Ahora, antes de que se nos escapen los días y se nos vayan cayendo las hojas del calendario por mor de nuestras ausentes miradas, queremos decirte que hemos tenido una visión, incluso culta, porque te hemos visto llegar como una biblioteca ambulante, como aquellas de la Segunda República, con la parsimonia de las horas y entre el  traqueteo de tantos caminos por reparar. Hemos podido ver los lomos de tus libros, que nos traen continuamente noticias del pasado, del presente y hasta del futuro. Queremos abrirlos con cuidado. No queremos estropear más cosas ni que se nos rompan ni se desguacen las historias entre nuestras tan torpes manos.

2024, déjanos mantenernos unidos y cercanos como los libros en una biblioteca, permitiendo que cada uno tenga su propia voz, con sus señas de identidad

Ahora que tus anaqueles han sabido traernos, y tan a duras penas, tanta sabiduría, no queremos descuidar ni invalidar nuestro tiempo de ocio en la negación de la evidencia, porque todavía somos capaces de seguir la interpretación de los cuentos que gente tan interesada y, a la vez, tan prometedora, que nos seducen solo en aras de sus propios intereses. Nos hablan de la libertad de las terracitas y no de la libertad de pensamiento ni de los avisos que tantos escritores nos han dado desde hace tantos siglos con verdaderas joyas, tanto de análisis como de avisos para caminantes.

El carromato de tu siempre atenta sabiduría nos llega ahora, más que nunca, a propósito, para poder manejar tus ejemplares, y así comprender que debemos seguir los ejemplos que nos ayuden a seguir construyendo una inteligencia natural, que se nos está quedando a medio camino, si no es que se está orillando otra vez en las cunetas, con las proclamas encendidas e incendiarias de quienes quieren multiplicar el dolor, pero chantajeando con sumar devociones, restando con el odio y dividiéndonos a todos.

2024, que ya estás entre nosotros, ayúdanos a mantenernos de pie, como tus libros, mirando siempre adelante, pero sabiendo que detrás de las paredes hay gente que calla y gente que habla, gente que estudia y gente que trabaja, gente que sufre y gente que canta, gente que piensa y gente que habla. 

2024, permítenos que aprendamos del talante de tus días, como del de los libros que saben mantenerse de pie, sin molestar a los demás, sin empujarse, ya que todos saben mantener su sitio y respetar el de los demás.

2024, ya sabes también, como nos dijo aquel patrono, que “entre el día y la noche no hay pared” para justificar la explotación del hombre por otro hombre, en tiempos de la dictadura y cuyas secuelas muchos sufren. Ya sabes que uno de nosotros le contestó: “Sí, pero en medio hay una cama para dormir”. Sabemos desde hace mucho tiempo de qué trata el antiguo “Los trabajos y los días, que nos deja claro para todos que la justicia no se porta igual con todos ni se pueden consentir muchas prerrogativas a los ociosos y que “cada día tiene su afán”, como nos recuerda el de Kempis.

2024, ayúdanos a que el decrecimiento, y no el mal llamado progreso tan contaminante, tan militarista, tan negacionista, tan injusto y tan mentiroso, nos apacigüe en sus justos términos y nos libere de tantas locuras, de tantas prisas que nos apresan en nombre de una falsa libertad, que además de falsa nos resulta demasiado cara.

2024, déjanos mantenernos unidos y cercanos como los libros en una biblioteca, permitiendo que cada uno tenga su propia voz, con sus señas de identidad, igual que tus días que cuentan y cantan sus propios trinos, cuidando de las ramas, sin derribar a nadie, porque todos tenemos derecho a llenar de armonía nuestra libre existencia.

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 Jose María Barrionuevo Gil es socio de infoLibre.

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