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Los “ultracatólicos” y otras maldades de alto alcance

Antonio García Gómez

En nombre de “la vida”, salvo de la de los pobres “en vida”, a favor de quienes pululan “apestando” su glamour fervoroso, tan adscrito al rezo y al odio como aquellos “sepulcros blanqueados” que se hacían oír, implacables, benditos observantes de la “ley de su dios” domesticado. En medio del gran templo para que todos los viesen. Más interesados en el poder y en la influencia notables para seguir arriba, en el machito de su altanería, con su ceño apretado, su mala baba erizada como un rayo justiciero, lejos de LA VIDA con mayúsculas de quienes han de buscársela, a diario, entre los escombros, la basura, haciendo cola porque les aprieta el hambre, la necesidad y la angustia, consumidos por la vulnerabilidad y la presión de quienes, desde las alturas de la ortodoxia, bendecida por quienes ostentan el poder de la desigualdad, predican y establecen “su verdad”, en nombre de su “justiciero” dios, del mismo que predica la naturaleza del “valle de lágrimas” para los pobres, la resignación y el dolor en que quieren convertir “la vida de los demás”; los ultracatólicos en acción, revueltos y reconcomidos, en contra de la fe en la naturaleza humana de quienes solo aspiran a vivir en paz, en el respeto mutuo, convivencia amable y derechos humanos consagrados, al abrigo de tanta ira de “chambelanes” de sus dioses inmisericordes.

Enrique de Castro, “el cura rojo de Vallecas”, creía en la persona, especialmente en las personas en las que muy pocos creían. Su fe era en los 'nadies': los hijos de nadie, los dueños de nada…

Miguel Santiago

Negando el derecho y la ley que han aprobado “los hombres y las mujeres” en sus foros de representatividad humana y social, regresan flamígeros los “amigos” de Jaime Mayor Oreja y el obispo Munilla, entre otros, en nombre de “sus Asambleas por la vida”, prestos a recurrir ante el Tribunal Constitucional las leyes de eutanasia y la de interrupción del embarazo, al frente de sus organizaciones matrices, tales como One of us, Hazte oír, Foro de la familia, Más vida, Queremos, Provida, Cívica, Cristianos en la democracia, E-Cristianos o enraizados, para, ya de paso, echar más árnica al documento que pretenden presentar y que han titulado En relación a la manipulación del Tribunal Constitucional en España, mostrando así “su sucia patita negra”, al lado de cierta política muy elitista, muy radical e intolerante, muy clasista y rezadora de boquilla para fuera, incapaces de respetar la voluntad de las mayorías, los derechos universales y la democracia que proteja a los más débiles, dejando de lado, por otra parte, al dios de cada quien.

Incluso del buen dios que iluminó la vida del “santo cura de Vallecas”, el “cura rojo”, Enrique de Castro, fallecido a los ochenta años, señalado por la jerarquía católica, por, desde hace muchos años, haberse puesto al lado de los pobres, los desheredados, los toxicómanos, los trincones, a su pesar, del hambre y la precariedad, los chavales perdidos, las almas hundidas en su peripecia vital, en su parroquia de San Carlos Borromeo, la misma que cerró la autoridad eclesiástica, Rouco al frente, viéndose reducido el buen cura a su círculo de acción, en su propio domicilio, porque fue lo único que le dejaron hacer, desde donde practicó el amor, el respeto y la caridad, con el nombre y apellidos de los parias de su barrio de adopción y de vida. In memorian por quien jamás fue “ultracatólico”, en recuerdo de Enrique de Castro, cura, hermano, ateo de un dios en que no quiso creer, aunque se inspiraba a menudo en el Evangelio que recordaba, asimismo, al buen Jesús, al dictado de “nunca dejes a uno de los chavales en el camino”...

“El espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la buena nueva, me ha enviado a proclamar la liberación de los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor”. Profeta Isaías, en el preferente ideario de Enrique de Castro.

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Antonio García Gómez es socio de infoLibre

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