‘Dept. Q’ y ‘Slow horses’, series que bordan la satisfactoria reivindicación de los perdedores

Recientemente se ha estrenado la quinta temporada de Slow horses, la serie de un hatajo de policías perdedores capitaneados por un Gary Oldman que consigue hacer creíble y muy simpática una insólita combinación entre Torrente y Sherlock Holmes.

Sus cinco temporadas son una prueba más de la habilidad con la que la serie conjuga ternura, humor, épica del perdedor, intriga policial o crítica al poder. Ojo a esta quinta entrega, en la que el jefe del MI5, el servicio de seguridad británico, se comporta en la crisis de una manera que parecería paródica si no se quedara corta respecto a lo que hizo Carlos Mazón en la dana de Valencia.

Departamentos marginados de la policía

Además de disfrutar la nueva entrega de Slow horses, quienes ya la hayan visto pueden acudir también a Dept. Q. También es británica, también trata de un departamento marginado de la policía y también es excelente.

La revista estadounidense Entertaiment Weekly acaba de seleccionarla entre lo mejor de 2025. Netflix fue la encargada de emitir los nueve episodios de su primera temporada, que ya ha sido renovada, aunque aún no tiene fecha prevista de estreno.

El regreso de un agente envuelto en una acción muy polémica

La serie adapta una serie de novelas negras del autor danés Jussi Adler-Olsen, en concreto se basa en estos episodios en la primera. El punto de partida en la serie es el regreso al trabajo de un agente que sufrió un tiroteo en la escena de un crimen, quizá por negligencia.

Su nuevo encargo será crear desde cero una triste unidad para casos antiguos sin resolver y sin medios. Poco a poco recluta a colegas que nadie quiere y resultan ser magníficos en su trabajo. Como en Slow horses, la oficina es oscura y pestilente, y el apoyo de los jefes nulo.

Del mismo adaptador que Gambito de dama

La serie fue encargada a Scott Frank tras su último éxito, la adaptación de Gambito de dama como serie. Le acompaña a los mandos del proyecto la guionista Chandni Lakhani, que empezó nada menos que en Black mirror su carrera.

Ambos trasladaron la acción de Dinamarca a Edimburgo, con su “nostalgia amable”, como define Lakhani la ciudad. Y se centraron muy especialmente en profundizar en cada uno de sus personajes principales.

Un protagonista antipático

Su protagonista no entra a la primera. Se comporta como un arrogante insoportable, aunque se perciben grandes heridas tras su altanería. Pertenece a esa categoría de personajes a los que se acaba perdonando porque traen más bien que mal al mundo y porque hasta sus defectos terminan entendiéndose.

Recuerda al doctor House, al propio Sherlock Holmes o a los displicentes cirujanos de la antigua M.A.S.H. Está interpretado por un frío y desconcertante Matthew Goode. Este actor inglés es una cara conocida por numerosos personajes secundarios y especialmente por su papel en La oferta, la serie sobre la creación de El padrino.

Secundarios peculiares con mucho sabor

Se agradece mucho que no caiga en la tentación, tan habitual en las estrellas de Hollywood, de querer caer bien, aunque sea retorciendo la naturaleza del personaje a quien dan vida.

Espectacular está el resto del elenco, entre ellos la sufridora Chloe Pirrie como víctima del crimen o Leah Byrne, que aporta ese pintoresquismo encantador que los británicos bordan como nadie.

‘La bestia en mí’, de Donald Trump a un sospechoso de asesinato

Ver más

Alexej Manvelov interpreta a un agente que tuvo que abandonar Siria y trata de obtener un empleo a la altura de sus capacidades y trayectoria. Kelly Macdonald vuelve a la policía. No como agente como en Line of duty sino en el papel de la terapeuta que ayuda al hermético protagonista a mirar de frente al tiroteo que cambió su vida.

El buen oficio de contar e interpretar

Como en muchos policiacos, especialmente británicos, no se trata mucho de la sorpresa, de grandes novedades o lenguaje rupturista, se trata del buen oficio de contar e interpretar hecho con mimo, con profundidad humanista, con sensibilidad nada obvia y con capacidad de mirar honestamente a nuestros lugares oscuros.

Ambas series, la última temporada de Slow horses y Dept. Q tienen la capacidad de reconfortar a pesar de toda la carga siniestra, de sufrimiento y fracaso que albergan. Son los marginados, los caballos por los que nadie apostaba en la carrera, quienes hacen justicia y por eso se saborea doblemente.

Recientemente se ha estrenado la quinta temporada de Slow horses, la serie de un hatajo de policías perdedores capitaneados por un Gary Oldman que consigue hacer creíble y muy simpática una insólita combinación entre Torrente y Sherlock Holmes.

Más sobre este tema