MUESTRA DE CINE

Cine en cada esquina del barrio

Una proyección el año pasado, en Bodegas Lo Máximo.

Si hay un barrio donde la cultura –y las culturas- se agitan, se mezclan y se sirven frescas, ese es Lavapiés. El castizo distrito madrileño, donde convergen y conviven las más variadas nacionalidades, bulle como ningún otro enclave con actividades, convocatorias y certámenes de toda disciplina. El último, uno gratuito: la Muestra de Cine de Lavapiés, que se celebra en una quincena de espacios, públicos y privados, entre el 21 y el 30 de junio con proyecciones de películas, conciertos y coloquios.

Desde la Filmoteca Española a bares como la Taberna Alabanda, y desde centros sociales como la Eskalera Karacola a un solar abandonado, casi cualquier rincón de Lavapiés es susceptible de convertirse en sala de cine. El espíritu con el que desde hace diez años se viene organizando el festival se concentra, como explica David Moreno, uno de los organizadores, “en acercar el cine que no está tan bien tratado en el circuito comercial a nuestros vecinos”. “Vivir en Lavapiés no es casual”, añade, “vienes a este barrio por varios atractivos, como la cultura y el compromiso político”.

Entre las propuestas que han seleccionado para dar forma a esa combinación de elementos, destaca la proyección de los documentales El milagro de Borromeo, Sube la marea y Telemadrid: del ERE al despido improcedente, todos realizados por Tmex, la televisión creada por extrabajadores de Telemadrid. Todos ellos se podrán ver, seguidos de un coloquio, en la Filmoteca que, como recuerda Moreno, es “el único cine del barrio, y además, el único cine público de Madrid”. El colegio público Emilia Pardo Bazán, el centro soical La Tabacalera, el Kino, un bar con sala de cine incorporada, o la plaza Xosé Tarrío, se sumarán a la convocatoria como sedes cinematográficas.

Películas comerciales como la laureada Amor, de Michael Haneke, César debe morir, de Paolo Taviani y Vittorio Taviani o Bestias del sur salvaje, de Benh Zeitlin, compartirán cartel así con proyectos como El cosmonauta, la primera película española realizada a base de crowdfunding, o Los ilusos, de Jonás Trueba, que se ha distribuido con solo una copia en 16 milímetros. También habrá conciertos, como el de DJ Charlie Fáber o Las amigas, y coloquios, uno, por ejemplo, sobre el plebiscito de Pinochet en Chile, que seguirá a la proyección del filme No, de Pablo Larraín.

Para poder mostrar las películas gratuitamente, los organizadores trabajan durante meses para que las distribuidoras les cedan los derechos sin coste. Eso con los filmes que los tienen. Porque una buena parte de los proyectos que se muestran, y que han sido previamente seleccionados a partir de una convocatoria abierta, son producciones cubiertas con licencias Creative commons, que permiten su libre difusión. El pequeño presupuesto con el que cuenta la muestra, que se destina principalmente a imprimir carteles y cubrir los gastos de viaje de directores de fuera de Madrid, proviene de un karaoke que organizan una o dos veces al año: "Cantamos canciones horteras, y además nos da para pagar". 

“Hasta hace dos años aceptábamos todo tipo de trabajos, pero ahora solo aceptamos los que tengan licencias Creative Commons”, explica Moreno. “Ese es el tipo de cultura que entendemos, ya que nuestro trabajo es gratuito y nos ceden los espacios también gratuitamente. Entendemos que la cultura es libre, lo que no significa que los autores no ganen dinero con su obra. Esto es para que quien no tenga posibilidades, también pueda acceder a la cultura”.

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