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Una puta como regalo de cumpleaños: 'Los chicos' ahonda en la banalización de la prostitución en los jóvenes

Los protagonistas del corto 'Los chicos'.

La escena es de lo más cotidiana: un grupo de amigos reunidos en una casa para celebrar el cumpleaños de uno de ellos. Beben, brindan, fuman, conversan sobre esto y aquello. Apenas acaban de cumplir la mayoría de edad, ni llegan a los veinte años. Chavales normales haciendo cosas normales. O quizás las cosas no tan normales, pues un par de ellos empiezan a cuchichear más de lo aconsejable en una reunión íntima mientras miran el teléfono y desconciertan al resto. Un timbrazo inesperado termina de enrarecer un ambiente que de repente se transforma en algo completamente diferente cuando entra en escena una visita inesperada. Es una chica, la única en el lugar, se llama Sara y la han llamado para que sea el regalo de cumpleaños del más joven de los seis, un chico tímido e introvertido. Es, efectivamente, prostituta.

Aunque en un primer momento se muestra sorprendido, perplejo y nervioso, rápidamente Javi (interpretado por Gabriel Sánchez) acepta el obsequio de buen grado y se va a una habitación con Sara (Catalina Sopelana). Es su primera vez pero sabe lo que tiene que hacer porque lo ha visto muchas veces en no pocos vídeos, así que sencillamente lo hace mientras en el salón queda el resto de la pandilla debatiendo sobre el estado de la cuestión, más que nada porque otro de los muchachos no sabía nada de esta sorpresa y se muestra extrañado y confuso a partes iguales. Con la relajación de la noche de ocasión, cada cual expone su visión para justificar la situación:

–"Cuando te pagan es por hacer algo que te gustaría no hacer" 

–"Todos los curros que yo he tenido han sido horribles y ahora estoy en el despacho con las prácticas como un esclavo y sin cobrar" 

–"Tampoco compares"

–"Ya pero, ¿cuánta gente hay cobrando 800 pavos al mes por limpiar culos de bebés? O de viejos, que es peor".

"Estas conversaciones están en el día a día, surgen de afinar un poco el oído y darse cuenta de que puede ser un argumento interesante", plantea a infoLibre Jaime Dezcallar, director de Los chicos, el nuevo cortometraje de Cosmo sobre la violencia contra las mujeres, el consumo de pornografía y la prostitución entre los más jóvenes. Un film que se estrena este sábado 25 de noviembre en el canal televisivo (a las 22:00) con motivo del Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer y que refleja una realidad preocupante: en España, uno de cada diez jóvenes ha pagado por comprar el cuerpo de una mujer.

De hecho, según el Informe Juventud en España 2020 del INJUVE, el 10,6% de los jóvenes entre 15 y 29 años reconoció haber consumido prostitución. Por si fuera poco, la Agencia Española de Protección de Datos avisa de que el primer acceso a la pornografía se sitúa entre los 9 y los 11 años, y es algo normalizado a partir de los 14. Detrás de la frialdad estadística de las cifras hay personas y un grave problema de cosificación de las mujeres, acceso a la pornografía en edades muy tempranas y erotización de la violencia sexual.

"Es un corto enfocado a despertar conciencias", remarca Sopelana, quien expresa su deseo de que la gente lo vea y pueda plantearse si esta trama "le es algo tan lejano o la tiene incorporada y normalizada en su vida de alguna manera". "Mucha gente tiene un colega que ha consumido prostitución o conocidos que normalizan ciertas conductas, de manera que este corto sirve un poco de espejo. Hay que ponerle a día de hoy el ojo a muchas cosas que tienen que ver con la violencia contra la mujer, y esta es una de ellas", argumenta la actriz en conversación con infoLibre.

En esta línea, expresa su deseo de que Los chicos pueda "generar cierto debate", y anticipa que algunas personas que ya han tenido la oportunidad de verlo antes de su estreno televisivo de este sábado le han confesado que han sentido "mucha incomodidad", una sensación de "quiero que acabe" en el "buen sentido", lo cual, a su juicio, significa que el corto "ha cumplido su cometido". "Muchas veces ves cosas que te impactan y las dejas en algún lugar de tu cabeza hasta que de repente un día, teniendo una conversación o viendo lo que sea, te cae la ficha y te das cuenta de algo. Eso ya me parece interesante", plantea, para luego rematar: "Ojalá esto anime a buscar información, pensar cuanto de lejano les queda, querer hablarlo... Con la prostitución hay mucho debate y todos tenemos mucho que aprender".

Dezcallar, por su parte, recalca que "el de la prostitución es un mundo bastante tabú", del que la mayoría de las cosas "se saben por clichés estereotipados de películas o series". Sin embargo, continúa, tal y como se constata en este film en la figura de Sara, "una prostituta no tiene unas características determinadas, sino que puede ser cualquiera". Y lo mismo pasa con quienes contratan sus servicios, según admite: "En mi cabeza sí que tenía la idea también cliché de un señor mayor con una copa de whisky en la mano y un puro en la otra. Pero cuando ves que la edad media de clientes de prostitución ha bajado a los 18 o 20 años es cuando te preguntas qué está pasando. A mí me llamó muchísimo la atención".

Y es entonces cuando prosigue reflexionando: "Vivimos en un mundo en el que nunca ha sido tan fácil ligar y los chicos me decían que, al ser todo tan digital, el esfuerzo que supone emocionalmente ligar con alguien lleva a que hay quien piense que sea más fácil quitárselo de encima con una transacción más sencilla, en plan 'no tengo que hacer todo el esfuerzo de conocer a una persona, desarmarme emocionalmente y mostrarme como soy... Si tener una relación emocional y afectiva me supone un problema porque no me siento cómodo, lo puedo solucionar con un poco de pasta'. Hay quien así llega a pensar por qué no así, si es más cómodo".

Una forma de pensar que lleva directamente a unos argumentos "más neocapitalistas o liberales" que ven el hecho de contratar una prostituta como una "transacción entre un cacho de carne y unos cuantos euros en la que no hay problema si estamos todos de acuerdo". Así las cosas, alejándose de una trama en la que estuviera muy claro quienes son los buenos y los malos, por ejemplo si hubiera prostitutas secuestradas y amenazadas, Dezcallar optó como protagonista por una "escort que libremente pone precio y habla y acuerda con los chavales, que son educados y con inquietudes". "Así, de repente la historia se llena más de grises y se vuelve más poliédrica con un conflicto más interesante".

Otra reflexión que aporta este corto se produce cuando, durante su relación, Javi golpea a Sara. Un suceso inesperado que asusta, ahora sí, a todos los chavales, al tratarse de una violencia física explícita. "La violencia más física la detectan y parece que se hacen cargo, pero la otra que están ejerciendo no se dan cuenta, y también es violencia", plantea Sopelana sobre el acto mismo violento que es ya de por sí pagar a una mujer por tener sexo con ella. "Esto creo que tiene que ver con la falta de educación que hay con estos temas. No hay nada de educación sexual, no hay formación ni charlas en los colegios, y estos son chavales muy jóvenes sin la madurez necesaria. En los grupos, a esas edades, la gente se deja llevar... no están cocinaditos y encima están muy expuestos a la pornografía", lamenta.

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Es en ese punto de aparente preocupación sincera por Sara cuando parece que los chicos se están dando cuenta del alcance de sus actos pero, sin embargo, una vez pasado un tiempo prudencial para que ella pueda recuperarse del golpe, le preguntan de la forma más educada y persuasiva imaginable si quiere, como habían hablado por más dinero, acostarse con todos ellos y no solo con Javi. Tras unos instantes en los que el espectador desea que diga que no, ella termina aceptando. "Así es como los chicos parecen fantásticos, pero en realidad es como 'se le ha roto la pata al caballo, ¿qué hacemos con él? ¿Intentamos volver a montarlo o le pegamos un tiro?' Es una cosificación total de la mujer y esa es una de las grandes cosas que queremos denunciar, y que pasa muchísimo en la prostitución", subraya Dezcallar.

Cosmo y La Costa producen Los chicos, una película escrita y dirigida por Jaime Dezcallar. El canal ha trabajado anteriormente con la productora en 17 minutos con Nora (2021), corto Cosmo sobre los derechos de las personas LGTBIQ+ preseleccionado en la pasada edición de los Premios Goya y ganador de más de una treintena de galardones, y Flechas (2022), último corto Cosmo contra la violencia de género que ya ha conquistado siete premios. Pablo Riguero, Enzo Oliver, Miguel Fernández, Nicolás de Freitas y Enrico Barbaro Jr completan el reparto de Los chicos.

Cosmo estrena este cortometraje, el sexto ya contra la violencia de género, el 25 de noviembre, Día internacional de la eliminación de la violencia contra la mujer. La película se podrá ver en televisión a las 22:00 horas, y estará disponible bajo demanda en Cosmo On y en la web y las redes sociales del canal. Los cinco títulos anteriores dedicados a visibilizar y concienciar sobre la violencia machista son Animal (2018), A quien dices amar (2019), Lo de aquella noche (2020), De menos (2021) y el mencionado Flechas (2022). Todas ellas cintas que, como Los chicos, alertan de que la violencia de género en sus múltiples formas no deja de aumentar entre los jóvenes.

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