'Trabajo y capital en el siglo XXI. Mutaciones, consecuencias, alternativas'

'Trabajo y capital en el siglo XXI. Mutaciones, consecuencias, alternativas'

Albino Prada

En este ensayo, editado por el Servicio de Publicaciones de la Universidad de Vigo y que estará a la venta este lunes 25 de abril, Albino Prada reflexiona sobre cuestiones como estas: ¿por qué en las últimas décadas ha dejado de reducirse de forma significativa la jornada de trabajo?. Más aún: ¿por qué se está difuminando la separación entre horas laborales y tiempo libre? ¿El trabajo a tiempo parcial es una vía de solución? ¿Por qué se nos vende como inevitable la prolongación de la vida laboral? ¿Por qué cada vez más trabajadores lo son al margen de un contrato laboral?

Y en el terreno de las posibles salidas se argumenta sobre estos interrogantes: ¿podemos producir lo mismo en un país trabajando todos menos? ¿Cómo financiar entonces los sistemas de pensiones? ¿Cómo encajar una renta básica en una nueva redistribución de la riqueza y del trabajo para generarla? infoLibre ofrece a continuación la introducción del libro:

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En el proceso de documentación para este ensayo –en su día titulado provisionalmente como La sociedad post salarial—, y al revisar la muy divulgada obra de Thomas Piketty (2014 y 2019) pude comprobar que si bien el Capital, desde Carlos Marx, sigue estando en el centro de nuestros problemas económicos, hoy en pleno hipercapitalismo digital quizás su protagonismo en el análisis no debiera ser tan exclusivo y retrospectivo.

Como quiera que ya Marx había titulado en su día un breve ensayo como “Trabajo asalariado y capital” (1849), no dejó de sorprenderme que en las dos voluminosas obras de Piketty la referencia al tiempo de trabajo asalariado, y a su creciente productividad, se limitase a apenas cinco páginas.

En esas páginas se puede leer cómo, para Piketty, trabajar menos tiempo podría ser “la finalidad misma del progreso tecnológico y económico”. Sin embargo él mismo constata que no se observan recortes significativos del tiempo de trabajo semanal en las últimas décadas. Un asunto intrigante e inquietante, pero que -para mi sorpresa- no retoma en su análisis.

En la sospecha de que un mutante Capital podría andar detrás de este paradójico asunto, en mi lectura de la voluminosa obra de Piketty centrada en iluminar el pasado y presente del Capital (la cara visible digamos de la Luna que él cartografía con detalle), consideré la pertinencia de hacer lo propio con el presente y futuro del Trabajo asalariado (digamos que la cara oculta de la Luna).

Porque compartiendo con él que la actual concentración galopante del capital en pocas manos debiera mutar –como bien propone- en otra cosa muy diferente, no lo es menos que algo semejante debiera suceder en paralelo en relación a la condición de asalariado para una inmensa mayoría de la población. Pues, como bien observó Carlos Marx, no habrá capital sin trabajo asalariado, y viceversa.

Cierto que si el Capital nunca baila solo, en este siglo XXI podría estar cambiando de pareja. Pues ahora -vestido con algoritmos, robots e IA- preferiría un neo esclavismo globalizado (sin horarios, sin salarios, sin fronteras nacionales) como nueva pareja de baile. Baile y ritmo al que obligaría a adaptarse a los menguantes trabajadores humanos asalariados (digamos que canónicos) que aún necesita que lo acompañen en su nueva coreografía productiva.

Esta es la razón por la que en este breve ensayo incurro en un exceso de presunción parafraseando el título de la monumental obra de Piketty. Alego como justificación el hecho de que mi centro de atención se centra en la otra cara de su crítica al Capital en este siglo XXI: la superación del trabajo asalariado. 

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