Unai Sordo, el sindicalista narrador: "Lo laboral ha desaparecido de la literatura"

Unai Sordo se pasa a la literatura con 'Cuentos de oficio'

"La literatura, la ficción, es una gran herramienta para generar conciencias colectivas y sentidos comunes colectivos, que estaría muy bien que pivotaran en torno a aspectos reales de la vida de las personas", plantea Unai Sordo, secretario general de CC.OO. y autor de Cuentos de oficio (editorial Catarata, 2023), un libro de relatos inspirados en historias de calado laboral y social. "Es interesante intentar contar cosas con lenguajes y narrativas distintas y saliendo un poco del sota, caballo y rey que solemos utilizar los responsables en este caso sindicales", apunta a infoLibre.

Con Cuentos de oficio, Sordo se estrena como narrador de ficción con doce cuentos en los que, con imaginación y humor, muestra su preocupación por los derechos individuales y colectivos. "No es novela sindical", rechaza divertido ante la hipotética etiqueta, resumiendo que "es más bien un sindicalista al que le ha dado por escribir relatos que tienen que ver con el mundo real y que percibe en su vida personal y profesional".

Como tantos otros proyectos, el Unai Sordo escritor apareció en el confinamiento pandémico de hace ya tres años. Entre conexiones telemáticas sobre ERTE y otras urgencias, se entregó a la lectura y a escribir historias que tenían que ver con vivencias propias o de gente conocida, luchas sindicales con nombres y apellidos, aunque alterados para proteger su identidad. 

Con altas dosis de imaginación, humor e ironía, lo que estos relatos narran podría ser real, y precisamente por ello no todos tienen un final feliz. Son narraciones 'de oficio' porque respiran la ocupación y preocupación del autor por el ámbito laboral, por los derechos individuales y colectivos, por el atropello de una globalización sin límites frente a los logros obtenidos tras décadas de lucha social y sindical. 

Cuentos de oficio es la materialización en libro de esa inquietud que nació en la pandemia a partir de "ocurrencias, de ideas un poco extrañas", según sus propias palabras. "Y luego vas viendo que van saliendo relatos y te sigues animando", continúa, recordando que precisamente en infoLibre publicó algunos de estos relatos durante un par de veranos bajo el nombre de, efectivamente, Cuentos de oficio. "Eso me motivó para seguir", reconoce.

Y continúa: "Nosotros veníamos hace tiempo en el sindicato haciendo libros de relatos contando con colaboraciones de escritores de verdad (risas), y un poco pensando en que es importante que los discursos y las temáticas laborales o sociales encuentren vehículos literarios. Que no solo sean la visión explícita que puede tener un sindicato, sino que se conecten mejor con la vida real de las personas. Al final, estos relatos míos no dejan de ser temáticas que siempre tienen que ver con algo social o laboral, aunque luego no tienen nada que ver con el discurso sindical".

Antes de que las historias empezaran a coger forma y bajar hasta las páginas del libro, el reto inicial a superar era "no hablar con los mismos lenguajes, ni hablar de cosas del sindicato". Por eso, destaca, son historias ficticias que "tienen de alguna manera un ecosistema social, porque la gente vive en ese ecosistema". "Historias que, en cualquier caso, son inventadas. No me atrevo a decir que literarias (risas), pero sí por ese terreno", señala.

De esta manera, abre Unai Sordo una puerta que parece más asentada en disciplinas como el cine, pero quizás no tanto en la literatura, poniendo siempre al trabajador como protagonista de las historias: "Esta es una conversación que he tenido con algunos escritores y algunas escritoras bastante conocidas, y coincidíamos en que de alguna manera la temática del mundo laboral ha desaparecido un poco de la literatura. Incluso también del cine, salvo autores que se han especializado en este tipo de historias, algo que creo que tiene mucho que ver con la despolitización del trabajo que se ha tratado de dar desde hace muchos años".

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Así, tras insistir en la importancia de que las cosas que tienen que ver con el trabajo sean un "vehículo" para contar historias, pone un ejemplo concreto. "De hecho, en este libro hay un relato que es la conversión literaria de un informe real sobre el trabajo de los emigrantes españoles en centros logísticos de Países Bajos", detalla, después profundizando: "Un relato basado en un documento absolutamente real de cosas que dice la gente que está trabajando allí. Sobre eso me monto una historia bastante truculenta, pero muchas de las conversaciones y las cosas que les pasan a los trabajadores son reales".

Un caldo de cultivo literario, una fuente de inspiración inagotable desde la Secretaría General de un sindicato del tamaño de CC.OO. Así aparecen también relatos sobre enfermedades profesionales, que dan pie "a todo tipo de historias personales con un trasfondo sindical en el sentido de que han enfermado en el puesto de trabajo". "En lugar de reivindicar que no haya sustancias cancerígenas en los lugares de trabajo, que es lo que hacemos todos los días, te inventas una historia vinculada al drama humano de que una persona fallezca o enferme mientras trabaja", explica.

Para terminar, asegura que no ha escrito estos Cuentos de oficio con ninguna intención de difusión, sino por una motivación personal relacionada con todo lo que ha conocido por su vida profesional. "La gente sabe cuales son sus problemas y sabe lo que es no llegar a fin de mes, pero creo que hay que explorar en narrativas de ficción que hablen de cómo afecta el trabajo o la tecnología", argumenta, para acto seguido remachar: "No desde el punto de vista panfletario, sino desde un punto de vista de una historia vital que tenga que ver con los anhelos de vivir mejor de una persona, o con sus amoríos o tragedias personales".

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