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Resplandores duales

Nieves Álvarez

Sinfonía en rojo

Elisabeth Mulder

Tigre de papel. Colección Genialogías

Sinfonía en rojo, de Elisabeth Mulder, se editó en el año 1929. Y, "a pesar de las dificultades que sufrió la edición, se convirtió en el poemario donde se reconocería a la poeta, fue la constatación de una voz que venía madurando y que rompe con fuerza en este libro (sic)". En el año 2022, ha sido reeditada dentro de la colección de Genialogías y Tigres de papel, rescatando del olvido un texto fundamental para conocer la poesía de una autora que comenzó muy joven su andadura, y, como he podido leer por ahí, haciendo gala de un estilo vehemente (sic). Se la suele enmarcar en la Generación del 27. Y se ha definido como una poeta influenciada por Verlaine, Barvery d’Aurevilly, Baudelaire o Rubén Darí. Hay quien la enmarca en el decadentismo y en el neogongorismo. Su voz narrativa está ligada a su propio ser, y escribe poseída por él. Yo la introduciría en las vanguardias, fuera de época, creo que la inspira ese mismo espíritu provocador. 

La pasión, la búsqueda permanente, la autenticidad, la rebeldía silenciosa, la puesta en cuestión de los mitos, la actualización de los conceptos. La puesta en entredicho de los valores eternos, la mezcla de tradición bíblica y religiosa con el modernismo y la teatralidad nueva, original, ingeniosa. Voluptuosa, viva, inteligente, generosa, valiente, su poesía late desde ella a los versos y desde los versos a quienes la leemos mientras, poco a poco, nos atrapa, seduce, posee, inundando cuerpo y mente.

Afirma Pepa Merlo, en el prólogo inicial, que "son esos los cambios bruscos, sorpresivos, inesperados, los que llenan de riqueza el poemario. La contraposición, la paradoja, el contrapunto que al fin busca y encuentra el equilibrio entre los polos más opuestos. La luz emerge no de la oscuridad, sino gracias a la oscuridad" (…) y estoy totalmente de acuerdo: los esos descoloques, la incertidumbre, el vaivén…, lo que engancha, interroga, profundizando en las propias elucubraciones poéticas. Hasta el punto de que, como afirma María Luz Morales, en el prólogo a la primera edición, que también se incluye en esta reedición, nos preguntemos "¿Quién es esta mujer que, en vez de entretenerse, como las otras, en cantar “palomas y flores” alcanza y vence las cumbres de la angustia, se abraza a la desolación, se intrinca en los laberintos de la tortura? Quién es, y…, sobre todo: ¿cómo es? ¿Qué torcedor implacable la estruja en el alma, en la garganta, el ritmo del verso?".

Ritmo, efectivamente, su poesía es ritmo, rima, posesión del instrumento, dominio del lenguaje, esa llama abrasadora que domina su palabra, su existencia misteriosa, su "corazón: rubí sangriento (sic)".

Entrar en la lectura de los versos de Elisabeth Mulder y acompañarla en el infierno del desasosiego y ese "camino a ciegas", con su "Corona de espinas, corona de rosas / y sendas muy amplias y sendas dudosas / y un poco de acíbar y un poco de miel".

Habla de su insignificancia, da gracias al dolor, busca lo imposible, en una "existencia ardiente (sic)". Leer sus poemas no puede dejar indiferente a nadie.

Olvido es nombre de mujer

Al final del libro se incluye una entrevista a su autora que en mayo del año 1947 realizó Esperanza Ruíz-Crespo. De entre las doce preguntas y respuestas, quiero destacar y reproducir una. La entrevistadora pregunta: "¿Rivalidades? ¿Orgullos maltrechos? Y ella responde: Las mujeres no pretendemos emular al hombre. Buscan —como él— su oportunidad. Luchan por su expresión, por su personalidad. Pretenden incorporarse al ritmo de los días y lo van consiguiendo por evolución, no por cataclismo. Por eso es un proceso lento". Tiene razón: ahora, 76 años después, sabemos que es verdad, al menos desde mi punto de vista. Las mujeres no buscamos que nos regalen nada por el hecho de ser mujer, pretendemos que no se nos quite por ese mismo hecho. Queremos vivir, escribir, compartir. Somos más de la mitad de la población, no se nos puede dejar al margen de nada. 

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Nieves Álvarez es escritora, poeta, investigadora y artista plástica.

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