Privilegios bancarios

Los bancos ganan un 80% más apoyados por inyecciones de dinero público

BBVA, Bankia, Santander y Caixabank ignoraron más del 75% de las quejas de clientes que tenían razón

La banca saca pecho. Las principales entidades han ganado un 80% más en los nueve primeros meses (8.000 millones) y reclaman el derecho a proclamar a los cuatro vientos que han capeado el temporal y que lo peor de la crisis, aunque con algunas sombras como la morosidad (12%) ha quedado atrás.

Sin embargo, tras la fachada, hay otra realidad. La banca renquea apoyada en muletas públicas. El viernes, sin ir más lejos, el Gobierno aprobó la conversión en capital de 30.000 millones de los llamados activos fiscales diferidos. Son impuestos que las entidades no pagarán en años sucesivos, una especie de descuentos legalmente autorizados por pérdidas sufridas en ejercicios anteriores y que los bancos anotan como activos.

Es un espaldarazo público al sector que economistas como Julio Rodríguez, ex presidente del Banco Hipotecario (Economistas Frente a la Crisis) califica de "artificioso". "Un regalo que demuestra que los problemas en la banca subsisten" concluye.

Pero no es el único. Un informe del banco central alemán, Bundesbank, el correspondiente al mes de noviembre, ha puesto de manifiesto hasta qué punto la banca depende del dinero público para aparentar salud. De acuerdo con el informe (página 33), entre noviembre de 2011 y hasta septiembre de 2013, la banca española ha aumentado la inversión en deuda del Tesoro en un 81% hasta rozar los 300.000 millones de euros.

Negocio seguro

El negocio es sencillo, rentable, redondo y seguro. La banca tomó dinero prestado del Banco Central Europeo (BCE), dinero público al fin, al 1% el primer año (ahora ese interés ha bajado incluso al 0,25%) y lo invierte en deuda soberana, cobrando intereses por encima del 4% a 10 años. Limpio y sin riesgo.

El inconveniente es que las entidades lucen una fachada de cartón piedra porque no hacen el trabajo que justifica su existencia: prestar dinero y facilitar el funcionamiento de la economía a cambio de un beneficio. Es lo que se conoce como crowding out: expulsión de la financiación del sector privado al público.

La ficción se demuestra con números. Mientras los beneficios de los nueve primeros meses crecen en un 80%, el crédito disminuye. Los préstamos a la Administración crecen este año el 10% en términos anuales (de septiembre del 2012 a septiembre del 2013), mientras los créditos a empresas y familias bajan el 11%.

El Bundesbank ha criticado con dureza esa ficción. "Para contener el riesgo creciente  del círculo vicioso entre bancos locales y deuda pública, el tratamiento preferencial que la regulación concede a los bancos en su exposición a la deuda soberana (sin riesgo) debe ser suprimido a medio plazo". Rotundo.

También el BCE

Las críticas alemanas no son las únicas que se ciernen sobre la cómoda forma de ganar dinero de las entidades. El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, no descarta que los exámenes que tendrán que pasar los bancos para demostrar su solvencia (test de estrés) penalicen esa forma cómoda de anotar beneficios. Yves Mersch, consejero del BCE, precisó que la deuda pública no penalizará en la primera revisión de la calidad de los bancos, pero no aclaró si lo hará en las siguientes. A los banqueros no les llega la camisa al cuello.

Porque saben que su posición es de equilibrio inestable. Oficialmente, el sector financiero "solo" ha recibo dinero para su recapitalización por unos 60.000 millones. Esta es la cuenta: 22.485 millones Bankia; 12.052 Catalunya Caixa; 9.052 Novagalicia; 5.500 Caixa-banco de Valencia; 5.249 Sabadell-Cam; 1.650 Liberbank; 1.645 Marenostrum; 953 BBVA-Unim y 604 Caja Duero.

A ese dinero, destinado a apuntalar el capital de las entidades, habría que añadir la otra gran medida de capitalización, los esquemas de protección de activos (EPA). Son avales otorgados por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) a los bancos que adquieren alguna entidad financiera en problemas para cubrir potenciales pérdidas en la cartera de créditos del banco adquirido.

Más dinero público

Los esquemas añaden otros 28.227 millones al dinero público aportado para capitalizar entidades. El desglose es el siguiente: Sabadell-CAM, 16.610 millones; BBVA-Unim, 4.400; Caixa-Banco de Valencia, 4.350; Liberbank-Caja Castilla La Mancha 2.475 y Kutxaban-Caja Sur, 392.

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Pero esas medidas de capitalización han ido acompañadas de otras medidas regadas con dinero público destinadas a garantizar la liquidez del sistema bancario: adquisiciones de activos (Sareb), garantías y avales, préstamos (incluidos los del BCE) y participaciones preferentes convertibles.

El economista Carlos Sánchez Mato (ATTAC) eleva el importe del conjunto de las medidas destinadas a garantizar la liquidez del sistema a 1,34 billone de euros. "Se está realizando una enorme transferencia de dinero público a las arcas de los bancos y esa actuación contribuye a que se nos impongan más recortes del gasto social. Uno de cada tres euros de incremento de la deuda pública es a causa del respaldo a la banca". La banca, convertida en un agujero negro.

Es un agujero que se comprime al tiempo que consume recursos. "En 2009 -explica el economista y ex presidente del banco Hipotecario Julio Rodríguez- había 50 entidades de crédito que suponían la mayor parte de los activos bancarios. Siete eran bancos y 43 eran cajas de ahorros. Después de cuatro años de fusiones, ajustes, intervenciones de cajas y de actuaciones del FROB, en 2012 son catorce las entidades que controlan el 90% de dichos activos".

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