La temporalidad en el sector público tiene nombre de mujer (y cada vez más)

Una sanitaria vacuna a un hombre contra el Covid-19, en el WiZink Center, a 20 de enero de 2022, en Madrid.

El aumento progresivo de la temporalidad en el sector público perjudica a las mujeres. La mayor presencia femenina en empleos de la administración pública, como los sanitarios o educativos, lastra las tasas de temporalidad de las mujeres en mayor medida que las de los hombres. En los últimos cinco años, la tasa de temporalidad femenina en el sector público ha subido 6,6 puntos, desde un 28,4% a un 35%. La masculina ha subido 4,9 puntos, de 18,5% a 23,5%. Esto mantiene la brecha de temporalidad entre hombres y mujeres de 12 puntos en el sector público

En la Administración Pública hay más mujeres que hombres trabajando desde 2003, un fenómeno que año a año va ganando mayor presencia. Según los datos de la Encuesta de Población Activa de 2022, el 57,6% son mujeres. Una cifra que no supera el récord de 2021 de 58,9%. Este pico responde a la mayor contratación de profesionales de la Sanidad como consecuencia de la pandemia. 

La aprobación de la reforma laboral, que entró en vigor en marzo de 2022, ha supuesto una caída generalizada de las tasas de temporalidad en el sector privado. En los últimos cinco años, la tasa masculina ha caído 10,1 puntos, de 21% a 11%, aunque prácticamente todo el avance ha ocurrido a lo largo de 2022. En el mismo período, la femenina ha caído otros 9,7 puntos, de 23,3% a 13,6%. 

No obstante, en esos cinco años, la evolución ha sido la contraria en el sector público: la temporalidad masculina ha aumentado 5,5 puntos (de 18,5% a 23,5%), mientras que la femenina 6,6 (de 28,4% a 35%). El resultado de esto, es que la temporalidad del empleo masculino de todo el mercado de trabajo, privado y público, ha caído 8,1 puntos, mientras que la del femenino, solo 6,1.

Así lastra la temporalidad de lo público a las mujeres

Esta evolución de la temporalidad en el empleo público está lastrando el empleo de las mujeres. La brecha de género de temporalidad entre hombres y mujeres era de 3,5 puntos antes de la pandemia. Ahora es de 5,5. Antes de que el COVID irrumpiera, la tasa de temporalidad masculina era del 20,7% y la de las mujeres del 24,3%. Ahora, es del 12,6% y del 18,1%. La mayor contratación pública de empleo temporal ha evitado que las mujeres se beneficien en igual medida que los hombres en esa reducción de la temporalidad.

“Lo que nos planteamos es, ¿qué ha pasado con la reforma laboral?”, se pregunta Begoña Marugán, adjunta a la Secretaria Confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de Comisiones Obreras. ”Lo que hemos visto es que ha aumentado la estabilidad de las mujeres en el sector privado. Sin embargo, en el sector público la tasa de temporalidad es del 35%. ¡Es altísima! Mayoritariamente, concentrada en el sector sanitario. Esto lo que ha hecho es crecer y arrastrar la temporalidad femenina”, añade la socióloga.

El ámbito de competencia de la reforma laboral es el sector privado. Fuentes gubernamentales han valorado a infoLibre que el efecto de las convocatorias de oposición puestas en marcha tardan en tener efecto. El sindicato valora esta afirmación: “Se firmó un pacto con el Gobierno para reducir la temporalidad al 8%”, explica Marugán, de CCOO. “El problema fundamental es que desde que se convocan las oposiciones, se realizan los exámenes… eso va a tardar. Pero sí existe ese compromiso de reducir la temporalidad en lo público”, añade. Otras fuentes gubernamentales consultadas insisten en que el aumento más reciente de la temporalidad femenina se explica por la excepcionalidad de la pandemia y la necesidad de reforzar plantillas en la Sanidad, que es un sector feminizado.

Más mujeres, menos salarios

Pese a que la presencia femenina en el empleo público es mayoritaria, del 57,6% a cierre de 2022, eso no se traduce en mejores sueldos. Según ha destacado CCOO en un informe publicado este lunes, con motivo del Día de la Igualdad Salarial, que se celebra el próximo 22 de febrero, las mujeres también cobran menos en lo público. En datos de 2019, el salario medio femenino es de 29.992 euros, frente el de 32.213 de los hombres. 

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“Hoy una mujer tiene que percibir un 20,9% más de su salario para cobrar lo mismo que un hombre”, señala Carolina Vidal, secretaria confederal de Mujeres, Igualdad y Condiciones de Trabajo de CCOO, en relación al empleo privado y público. “Hay que tener en cuenta los complementos salariales. El dinero que una mujer pierde por no recibir complementos, de hacer turnos determinados o nocturnidad, explica 4 de cada 10 euros de la brecha salarial. Si hacemos trabajos más breves, esto les impide tener una mayor cualificación salarial y la media desciende. El motivo es el de siempre: el mayor peso de los cuidados en el hogar”, añade la portavoz del sindicato.

En este sentido, Begoña Marugán, una de las autoras del citado informe, pone el dedo en otra llaga: las horas extra: “Las mujeres hacen menos horas extras en general, sin embargo, si miramos las horas extra no retribuidas, afecta a un sector importante de la población femenina. Sobre todo afecta a la docencia y a la investigación. Las profesoras hacen muchas horas que no son pagadas y eso no es solo precariedad, también explotación”, concluye la socióloga. 

Según datos de CCOO, de los 510.500 hombres que hicieron horas extras en 2022, 289.000 lo hicieron de manera retribuida, frente 188.000 que no las cobró. En las mujeres, fueron 398.700 las que hicieron horas extras. 180.500 las cobró, frente a una mayoría de 200.400 mujeres que no lo hizo.

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