Especular en la era de la inflación: los sectores más lucrativos para los que ganan con la crisis

Foto de archivo de la pantalla de un bróker.

El período de liquidez permanente que emanaba de los bancos centrales se ha terminado y esto se nota en los mercados. Sin ir más lejos, este martes el S&P 500 (que reúne a las 500 empresas estadounidenses de mayor tamaño) cayó un 4,32%, el mayor desplome en un solo día desde el 11 de junio de 2020. El Nasdaq 100 (el índice que representa al centenar de mayores tecnológicas estadounidenses), también cayó un 5,54%. Podrían parecer porcentajes pequeños, pero estas caídas representan, según datos de Bloomberg, la desaparición de un plumazo de más de 1,5 billones de dólares de los mercados financieros. 

Las bolsas europeas y norteamericanas no han dejado de caer desde que tocaron su punto máximo, alrededor de noviembre de 2021, cuando las tasas de inflación empezaron a desbocarse. La Reserva Federal de EEUU comenzó a mandar señales de que era el momento de terminar con la época de estímulos y subir los tipos de interés. “Los mercados estaban acostumbrados a vivir en un entorno de tipos bajísimos. La subida hace daño al consumo”, explica Javier Niederleytner, profesor del máster en Bolsa y Mercados del Instituto de Estudios Bursátiles de la Universidad Complutense de Madrid. “Venimos de una época en la que las acciones han alcanzado niveles de valoración muy altos y el ritmo de generación de beneficios que veíamos antes ya no va a ser posible”, añade el profesor.

La menor circulación de crédito en la economía restringe las previsiones de las empresas en dos sentidos. En primer lugar, una menor capacidad de mantener el ritmo de crecimiento, dado que será más difícil acometer el mismo nivel de inversiones. En segundo lugar, porque se encarecen los préstamos e hipotecas para los consumidores, que además están reduciendo el nivel de compras, porque los precios están subiendo. Por ambos motivos, todas las empresas se ven obligadas a renovar sus previsiones de crecimiento a la baja, lo que las penaliza en la bolsa. ¿Hacía dónde se mueve el dinero de los especuladores?

El principal foco de especulación: la energía

El sector energético ha acaparado las rentabilidades del mercado financiero en 2022. Especialmente, las productoras de combustibles fósiles: petróleo, gas y carbón, que a día de hoy siguen satisfaciendo el 76% de las necesidades energéticas del mundo. El precio de las tres materias primas que surten a este tipo de empresas se ha disparado, especialmente el del gas, elevando mucho los beneficios de las empresas, en algunos casos de manera estratosférica. “Aquí hay que distinguir. Las que más se han beneficiado son las que tienen pozos de extracción propios. Esas empresas han conseguido una rentabilidad tremenda. Para ellas, extraer la materia prima sigue costando lo mismo, pero sin embargo, el precio de venta se ha disparado”, explica el profesor del Instituto de Estudios Bursátiles.

Un informe de S&P Global, revela que en el mercado estadounidense solo dos sectores han salido beneficiados en lo que va de año: el energético (+48%) y el de las conocidas como utilities (+5%), que podría traducirse como empresas de servicios públicos, como electricidad, gas o agua, también ligadas a la situación energética. “El sector de la distribución energética se ha beneficiado un poco menos, ya que trabaja con sus propios márgenes, que son los que son”, explica el profesor. El resto de sectores del mercado estadounidense tiene una peor valoración ahora que a principios de año.

Las empresas energéticas de combustibles fósiles han recibido una menor atención de los inversores en los últimos años, con el mundo embarcado en una transición energética hacia una generación más verde. La demanda de petróleo, gas y carbón se esperaba menor en el futuro, lo que ha desalentado en los últimos años a los especuladores de aumentar su presencia en este sector.

Sin embargo, la enorme perturbación que ha provocado la invasión rusa de Ucrania en los mercados energéticos mundiales han dado la vuelta a este entorno. La dependencia del continente europeo de Rusia, en especial de algunos países como Alemania, han puesto de relieve el aún necesario respaldo de los combustibles fósiles para garantizar la seguridad energética de los países, que siguen en plena transición verde. Este giro, ligado al mencionado aumento de precios de las materias primas, ha supuesto un enorme imán para los especuladores minoristas e institucionales, lo que ha elevado sustancialmente las cotizaciones de las empresas del sector.

Segundo foco de especulación: el sector financiero

“Uno de los grandes beneficiados de esta crisis es el sector bancario”, explica el profesor Niederleytner. La subida de tipos de interés beneficia al sector financiero. Para las entidades bancarias, obtener financiación en el banco central de turno es más caro, pero a la vez el margen de obtener mayor rentabilidad con los productos que venden a los consumidores es mayor.

“Ante la subida de tipos de interés, que no ha parado en estos meses, lógicamente los márgenes financieros de los bancos van a empezar a fortalecerse. Antes, con los tipos de interés en el 0% la banca apenas tenía margen. En el caso de aquí, el Banco Central Europeo les cobraba”, añade el profesor, en referencia a que la tasa de depósito ha estado en negativo entre junio de 2014 y julio de 2022. Esto quiere decir que los bancos tenían que pagar al Banco Central Europeo por tener el dinero en los depósitos del organismo, algo contra natura según la idiosincrasia del negocio financiero. 

Sin embargo, el inédito contexto macroeconómico no trae vientos de cola para todas las compañías del sector. El sector financiero en EEUU ha perdido un 14,6% en lo que va de año. Si nos fijamos en las entidades españolas, hay ejemplos para entender el impacto dispar. La cotización de entidades como Caixabank y Bankinter no ha dejado de crecer en los últimos meses. Concretamente, desde el 1 de noviembre, +42% y +26%, respectivamente. El entorno, sin embargo, no es favorable para el Banco Santander o el BBVA. La valoración de ambas entidades se ha desinflado un 12% y un 7% en el mismo período. Ambas se han desplomado un 22%, si comparamos su valor actual respecto al del 1 de noviembre de 2021. “La explicación de esto es porque el negocio europeo no tiene tanto peso en sus cuentas de resultados. El principal negocio del Banco Santander viene de Latinoamérica. El de BBVA, de México o Turquía. La enorme fortaleza del dólar ha debilitado las divisas periféricas, y estos bancos obtienen sus divisas de estas monedas”, explica Javier Niederleytner.

Otro aspecto que beneficia enormemente a los bancos es que las cuotas de las hipotecas a tipo variable firmadas en el pasado aumentan, sin que esto suponga ningún tipo de coste extra para la entidad. “Con la subida del euríbor, las entidades van a empezar a cobrar un dinero mucho mayor a los hipotecados”, señala el profesor especializado en estudios bursátiles. 

Los especuladores abandonan la tecnología

Uno de los sectores de dónde los especuladores han huído masivamente, tras un período de crecimiento constante entre abril de 2020 y noviembre de 2021, es del sector tecnológico. Es uno de los más perjudicados desde que los tipos de interés empezaron a asomar en el horizonte. “Es un sector muy cíclico. A los inversores les gusta meter dinero en tecnología cuando las cosas van bien. Cuando la cosa se tuerce, se frena mucho la inversión en este sector. Las empresas tecnológicas alcanzaron unas valoraciones muy altas.

Cuando un especulador elige una empresa o un sector, no lo hace en base a los beneficios obtenidos en el pasado, sino a los que se esperan obtener en el futuro. Por tanto, las actuales cotizaciones de las empresas no explican tanto la situación que estas compañías atraviesan hoy, sino la que se espera que tenga en los próximos trimestres. En este sentido, las empresas tecnológicas, en un entorno de tipos de interés bajos, han tenido grandes fuentes de financiación que les han permitido crecer mucho. En el momento en el que este factor se trunca, sus perspectivas a futuro cambian. 

Es probable que las empresas grandes como Google, Meta (propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp) o Amazon sigan creciendo. Pero los especuladores consideran que no lo harán a los ritmos de los últimos años, por lo que consideran más provechoso dirigirse a otros sectores, lo que provoca que la cotización de estas empresas caigan. Especialmente tras una racha de entusiasmo generalizado por el sector. Desde el 1 de enero , Google se ha desplomado un 27%, Meta un 55% y Amazon un 24%. En su conjunto, el sector tecnológico ha perdido un 21,8% de su valoración desde esa fecha, y el de las comunicaciones, donde también encajan muchas de estas compañías, un 29,6%.

Esto podría aplicarse a las conocidas como criptodivisas, como bitcoin o ether: “No soy un experto en este área, pero siempre se ha dicho que las cotizaciones de las criptomonedas son un reflejo del sector tecnológico. No es su mejor momento tampoco”, explica el profesor Niederleytner. Las diferencia de este mundo con las empresas tecnológicas, sin embargo, es que aunque tengan cotizaciones más bajas, es posible que sigan generando beneficios y/o dividendos a largo plazo para los inversores. Mientras tanto, el único método de obtener rentabilidad con una criptomoneda es la mera especulación: la promesa de que su cotización mañana valga más que hoy.

¿Qué pasa con el sector inmobiliario?

La vivienda, cuyo precio se ve profundamente afectado por el comportamiento de los especuladores, está en un período de incertidumbre. La subida de tipos de interés suponen vientos de cara para el sector, que es posible que ahuyenten a una proporción de los inversores. Por ejemplo, que las hipotecas se vuelvan inasequibles hace que haya menos compradores. En el mismo sentido, que los préstamos para las empresas constructoras sean más caros hace que se construya menos vivienda nueva. 

“La especulación en la vivienda parte de dos situaciones: te cuesta más endeudarte para la vivienda y la rentabilidad que obtienes del alquiler es menor. Los tipos de interés están subiendo, los compradores o los inversores se lo piensan dos veces”, explica Javier Niederleytner. Según los datos de S&P Global, las empresas inmobiliarias de EEUU han perdido un 18% en lo que va de año, pese al aumento del precio de la vivienda.

Sin embargo, el profesor del Instituto de Estudios Bursátiles apunta a que esto no se prolongará necesariamente a largo plazo: “Hay escasez de vivienda, y en España siempre va a ser considerado un valor más seguro, sobre todo ante esta turbulencia de los mercados financieros”, remacha el experto.

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