Energías renovables

La fundación de Aznar financia estudios contra el autoconsumo eléctrico con fondos de Educación y de Exteriores

Mariano Rajoy y José María Aznar, en la clausura del Campus FAES en 2014.

La Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think tank del expresidente del Gobierno José María Aznar, no es muy partidaria de las energías renovables. En 2012, la fundación publicó el estudio Propuestas para una Estrategia Energética Nacional 2013 tras recibir una donación de 100.000 euros de Iberdrola. El informe cuestionaba el desarrollo de las energías renovables y apostaba por las centrales nucleares y los hidrocarburos. FAES ha vuelto a la carga con otro informe, El consumidor generador: implicaciones del autoconsumo en el sistema eléctrico, en el que dos expertos vinculados a las empresas tradicionales abogan por el denominado impuesto al sol. En esta ocasión, no constan donaciones de empresas privadas. Lo que sí consta es que el informe es parte de una labor que FAES cumple con el apoyo financiero de los Ministerios de Educación y de Exteriores.

Los logos de ambos ministerios figuran al pie de la página web de FAES. "Es normal que (los ministerios) figuren puesto que aportan fondos; es algo transparente. Así consta en la propia página de la Fundación, en el apartado de transparencia y control", explica una portavoz de la fundación.

Efectivamente, en dicho apartado, consta que "FAES recibe fondos públicos a través de las convocatorias que realizan los Ministerios de Cultura y de Asuntos Exteriores, a las cuales concurre y que se distribuyen con arreglo a criterios objetivos fijados por la Administración".

Laboratorio de ideas

Con esos criterios, el think tank presidido por José María Aznar fue en 2014 el laboratorio de ideas vinculado a un partido político de ámbito nacional que más ayudas públicas recibió. Fueron 1.320.628 euros. Normal para el laboratorio de ideas y menos normal en opiniòn del sector de las energías renovables. En la Unión Española Fotovoltaica (UNEF), sin ir más lejos, sorprende que los logos de dos ministerios del Gobierno figuren como respaldo de trabajos que cuestionan el desarrollo de todo un sector.

El informe en contra del autoconsumo de electricidad está firmado por Conrado Navarro y Juan Luis López Cardenete, a los que se identifica como "ingeniero de Minas, especialidad Energía y Combustibles"  en el caso del primero, y como "profesor del IESE" en el caso del segundo. Ambos, sin embargo, son muy conocidos en el sector eléctrico. Navarro, como director director de Relaciones Institucionales de Iberdrola, y López Cardenete, como exdirectivo de Unión Fenosa.

En su informe, los dos expertos cargan contra el autoconsumo eléctrico sin impuestos adicionales porque, en su opinión, complica la operación del sistema eléctrico, encarece la gestión administrativa y obliga a aumentar los sistemas de control, entre otras cosas. Añaden que los costes fijos que dejarían de pagar los autoconsumidores serían transferidos al resto, lo que supondría subidas de precios para estos últimos.

Choque con la UE

El documento encaja en los planteamientos de FAES sobre las renovables, pero choca, sin embargo, con la política energética que se diseña en la UE. Así lo cree el exdirector del IDAE, Javier Gracía Breva. "La UE –explica– impulsa un perfil de consumidor participativo en el sistema, gestor de su propia demanda a través del autoconsumo, mientras que la política del Gobierno se basa en un modelo obsoleto de consumidor cautivo de las eléctricas".

En España, la regulación del autoconsumo sólo está esbozada. Lo está desde 2013, con la reforma del sector eléctrico contenida en más de 1.000 páginas, dos proyectos de ley, siete borradores de reales decretos, seis órdenes ministeriales y una propuesta de resolución. Para el autoconsumo, la clave está en el borrador de decreto que obligaría a pagar peajes para cubrir los costes reconocidos al sistema eléctrico a quienes instalen paneles solares.

El borrador de decreto pende como una espada de Damocles sobre el sector fotovoltaico, prácticamente paralizado desde hace dos años. UNEF ilustra la parálisis con datos. Mientras en España se instalaron  22 MW fotovoltaicos el pasado año, en Reino Unido fueron 2.250; en Alemania, 1.900; en Francia, 1.000 y en Italia, 400.

Temor a un expediente

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El borrador no acaba de tomar forma pese a que han transcurrido dos años. Una razón puede ser el temor a que la Unión Europea abra expediente contra España por vulnerar las directivas de fomento de las energías renovables y de eficiencia energética. Pero el combate al autoconsumo, según sostiene el director general de UNEF, José Donoso, se mantiene porque interesa a las grandes empresas del sector.

Para el sector renovable, la influencia de las empresas privadas en el Gobierno y en la fundación FAES es un hecho. Por eso cuestionan en qué emplea el laboratorio de ideas el dinero que recibe de las arcas públicas. En 2014, FAES recibió tres ayudas públicas. Dos fueron otorgadas por el Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación. La primera, convocada por parte de la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional y para Iberoamérica en una resolución del 20 de febrero, ascedió a 548.547 euros. La segunda procedió de la Secretaría de Estado para la Unión Europea, conforme a una resolución del 12 de marzo: 14.000 euros. 

La tercera subvención, la más cuantiosa (758.081 euros), provino del Ministerio de Educación –concretamente, de la Subsecretaría de Educación, Cultura y Deporte–, y es la que se convoca anualmente para cubrir los gastos de funcionamiento de las fundaciones y asociaciones vinculadas a los partidos representados en las Cortes.

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