La brecha salarial entre directivos y plantillas es un salto que habitualmente se prolonga en las grandes empresas cotizadas. En Telefónica, que cumplió un siglo de vida el año pasado, la diferencia entre el mejor sueldo y la retribución media de los empleados fue en 2024 de más de 170 veces. Su entonces presidente, José María Álvarez-Pallete, ganó 10,1 millones, frente a los 58.000 que cobraron de media los empleados de la compañía, tal como recoge el Informe Anual sobre Remuneraciones de los Consejeros que la entidad presenta ante la CNMV. Desde enero de este año Álvarez-Pallete ya no preside la entidad, que quedó en manos de Marc Murtra. Pese a la brecha, para UGT la relación con la empresa es “fluida” y su convenio “uno de los mejores de España”.
La indemnización por despido del exdirector también deja unas cifras sorprendentes. Recibió 23,3 millones en concepto de compensación, que sumado a un paquete de acciones de 9 millones y un plan de retribución de algo más de 12 millones, arrojan un total de 45 millones. Eso es lo que habría recibido en total el directivo por su salida de la empresa. El personal de alta dirección constituye una relación laboral especial en España, es decir, por las peculiaridades del puesto que desempeñan, son contratos a los que se aplica una normativa propia. Ahora bien, si se compara con 7.446 euros que recibieron, de media, los 600.000 trabajadores despedidos en España en 2023, el abismo es considerable.
El debate sobre la compensación por despido es una cuestión relevante para los sindicatos, ya que una resolución reciente del Consejo de Europa señalaba que España no cumplía con la Carta Social Europea en esta materia. La reclamación, que lideraron Comisiones Obreras y UGT, señala que los 33 días por año trabajado y 24 mensualidades funciona para relaciones laborales prolongadas, pero es poco justa en los contratos cortos.
En cuanto a la brecha de género, las informaciones que proporciona la compañía la sitúan en un 16,19% el año pasado. Este dato coloca a la compañía por encima de la media de las empresas del Ibex 35. De hecho, un informe de Comisiones Obreras relativo a 2023, señala que la diferencia retributiva estaría en torno al 11,6%, con una ligera mejoría con respecto al año anterior.
Un convenio para varias filiales
Telefónica es un gigante del sector de las telecomunicaciones con una capitalización bursátil que supera los 27.000 millones, según los datos del gestor de bolsa BME. La multinacional emplea a una plantilla de 100.800 trabajadores y opera en 10 países. Desde el comité de empresa de UGT explican que el convenio de los trabajadores, pese a las diferencias salariales, el bueno. “En las tres principales empresas del grupo en España (Telefónica España, Telefónica Móviles y Telefónica Soluciones) ahora mismo tenemos un convenio que probablemente sea de los mejores que existen a nivel nacional”, explica Jose Varela, secretario del gabinete técnico de UGT telecomunicaciones. “Cuando se negocia con la compañía, el argumento de los salarios más altos y de los beneficios sale a relucir, aunque en nuestro caso la empresa también utiliza el de la media salarial, que es superior a la media del país”, concluye.
Actualmente, las tres empresas principales del grupo poseen un convenio de empresas vinculadas, lo que permite a los representantes sindicales negociar de forma conjunta un convenio para los empleados de las tres filiales. Los puntos fuertes de su convenio colectivo, explica, son la garantía de empleo, ya la empresa no puede plantear un ERE sin acuerdo con los sindicatos; la imposibilidad de trasladar a los trabajadores fuera de la provincia si ellos no quieren y la garantía de que si venden una filial los empleados pueden decidir si quedarse en Telefónica o irse con la nueva empresa.
“Tenemos subidas salariales en función de IPC y también somos la primera empresa del Ibex en aplicar una jornada de 36 horas semanales”, concluye Varela, quien señala que la tradición sindical dentro de la empresa favorece las negociaciones. De hecho En 2024, bajo el mandato de José María Álvarez‑Pallete, la multinacional pactó con los sindicatos un ERE que supuso la salida de 3.421 trabajadores. Un plan que costó a la compañía 1.300 millones, pero que redundaría en un aumento de su caja por el ahorro en gastos de personal.
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El balance desde UGT es positivo, aunque lo que sí tienen pendiente, apunta, es cambiar las condiciones del acuerdo de teletrabajo. “Tratamos de sincronizar la negociación de los convenios con los planes estratégicos de la compañía y el actual es hasta 2027”, explican desde UGT, sin embargo, han negociado cambios en las modalidades de trabajo, pidiendo una bolsa adicional de días de teletrabajo que se pudiesen acumular los dos días de teletrabajo semanales de los que disfrutan ahora.
Telefónica es una de las empresas estratégicas españolas. Entre su accionariado una parte importante, el 10,06% es pública y está en manos de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). A continuación aparece Criteria Caixa, con un 10,05%; Saudí Telecom, con 10.03%; BBVA Asset, con el 5,05% y el fondo de inversión estadounidense Black Rock, con un 3,6%.
Como muestran los casos de Inditex, Banco Santander, Sacyr o la propia Telefónica, los altos directivos operan en otra dimensión salarial, de forma que muchas veces la escala dentro de una misma empresa va desde trabajadores que cobran el salario mínimo, hasta directivos que ganan más de lo que uno de sus empleados ganaría en varias vidas. Las cuestiones que se derivan de esto, más allá del debate sobre cómo deben repartirse los beneficios, señalan hacia dinámicas de desafección por parte de los empleados o hacia la pérdida paulatina de poder adquisitivo entre los puestos más rasos en el escalafón.
La brecha salarial entre directivos y plantillas es un salto que habitualmente se prolonga en las grandes empresas cotizadas. En Telefónica, que cumplió un siglo de vida el año pasado, la diferencia entre el mejor sueldo y la retribución media de los empleados fue en 2024 de más de 170 veces. Su entonces presidente, José María Álvarez-Pallete, ganó 10,1 millones, frente a los 58.000 que cobraron de media los empleados de la compañía, tal como recoge el Informe Anual sobre Remuneraciones de los Consejeros que la entidad presenta ante la CNMV. Desde enero de este año Álvarez-Pallete ya no preside la entidad, que quedó en manos de Marc Murtra. Pese a la brecha, para UGT la relación con la empresa es “fluida” y su convenio “uno de los mejores de España”.