DERECHOS LGTBI

El caso de Sallent pone el foco en la necesidad de protocolos trans en las aulas… y en los medios

Velas, flores y pancartas en el domicilio del menor que se suicidó saltando por el balcón de su casa en Sallent (Barcelona).

La investigación alrededor de lo sucedido se encuentra en una fase lo suficientemente prematura como para exigir cautela. Sin embargo, algunas de las circunstancias que han trascendido después de que dos hermanos de doce años se precipitaran de un tercer piso en la localidad de Sallent (Barcelona) el pasado martes activan todas las alarmas. En el domicilio de los menores han sido halladas dos notas manuscritas. En una de ellas, el menor que perdió la vida dejaba por escrito la incomprensión que sintió tras pedir ser tratado como un chico trans. En la otra misiva, su hermana, quien permanece en estado grave, arropaba a su gemelo y manifestaba que actuaba por solidaridad con él.

Según publica el diario El País, el adolescente que falleció había pedido ser tratado por el nombre de Iván. La respuesta que encontró en algunos de sus compañeros no fue otra que la mofa. Los Mossos investigan todas las hipótesis, también la del acoso escolar, aunque la que toma más fuerza son los problemas derivados de la identidad sexual del niño que perdió la vida, publica el mismo diario. El Síndic de Greuges anunció este jueves que ha abierto una actuación de oficio y se dirigirá a la Conselleria de Educació y al Ayuntamiento de la localidad para saber si el instituto tenía conocimiento de una posible situación de acoso y qué actuaciones habían realizado al respecto.

Desde hace seis años, los centros educativos catalanes cuentan con un protocolo de atención que busca prevenir, detectar y aplacar el acoso LGTBIfóbico, sumado a otro de acompañamiento pensado específicamente para el alumnado trans.

La diputada de la CUP y candidata a la Alcaldía de Barcelona, Basha Changue, ha solicitado formalmente este viernes una comparecencia conjunta de la consejera de Igualtat y el de Educació para dar explicaciones sobre la aplicación del protocolo. "Los casos de violencia siempre son multifactoriales. Es necesario aclarar por qué en el acompañamiento a Iván y su hermana desde el inicio de curso, según Educació, no se detectó el bullying transfóbico que los familiares y otros alumnos señalan", ha dicho la parlamentaria catalana. El primo de los hermanos y su abuelo han deslizado la existencia de acoso y destacan que algunos compañeros se referían al adolescente de manera despectiva, llamándole Ivana.

En diciembre de hace ahora ocho años, un joven transexual de 17 años se quitó la vida en Rubí (Barcelona). Lo hizo durante la víspera de Navidad. Alan sufría acoso escolar, había sido cambiado de centro y estuvo ingresado por depresión. Fueron idénticas las circunstancias que empujaron a Kira a suicidarse, con tan solo quince años, en mayo de 2021 en Barcelona. Los magistrados acaban de archivar el caso al determinar la inexistencia de pruebas que vinculen el acoso escolar con el suicidio de la joven.

Cristian Carrer, psicólogo social y coordinador técnico del Observatori Contra l’Homofòbia catalán, defiende una máxima: dejar de tratar a los menores desde una visión "adultocentrista" que reste valor a sus vivencias. "Los niños, los adolescentes y los jóvenes" tienen la capacidad de "expresar sus malestares", igual que hicieron los dos hermanos de Sallent, sostiene el psicólogo, quien censura la conducta tendente a "quitarle veracidad a su narrativa, a su expresión, diciendo que son cosas de niños". 

En Cataluña, recuerda, "existen dos protocolos que podrían haber servido", por lo que las preguntas deben ir en esa dirección: "¿Se han aplicado? ¿Con qué resultados? ¿Qué ha fallado?", sugiere el experto, quien recuerda que "el acoso escolar es una problemática social muy invisible", precisamente "por no darle importancia a las opiniones de los niños".

El peso del lenguaje

Este viernes, la ministra de Igualdad, Irene Montero, dedicó parte de una intervención pública al joven que se quitó la vida: "Creo que lo primero que toca decir hoy es: se llamaba Iván. Y que nadie más tenga que sufrir por ser quien es". En el marco de un acto organizado por su departamento, la ministra ponía el foco en un asunto de peso: el lenguaje.

Irene Montero, ante el caso de Sallent: "Se llamaba Iván. Y que nadie más tenga que sufrir por ser quién es"

Irene Montero, ante el caso de Sallent: "Se llamaba Iván. Y que nadie más tenga que sufrir por ser quién es"

Ahí es donde se detiene con especial ahínco Natalia Aventín, presidenta de la Asociación Euforia Familias Trans Aliadas. En los últimos días, comenta al otro lado del teléfono, el caso ha cobrado una relevancia mediática que ha puesto en evidencia las carencias a la hora de narrar todas las aristas que atraviesan a las infancias trans. "Se ha hablado de las gemelas, en femenino. Como si eso no tuviera importancia", observa. Cuando Aventín repara en el después –en los titulares, la reacción, el debate suscitado–, piensa en los menores trans que encuentren en el relato de Iván su propia historia. "Si ellos ven que no se respeta ni su género ni su nombre, ¿qué expectativas les quedan?", se pregunta. El mensaje, completa, puede ser demoledor: "A cualquier persona trans que lo esté pasando mal le transmitimos que, hagan lo que hagan, no le van a entender".

El diario El País decidió encabezar sus informaciones con la siguiente nota: "El Libro de Estilo de EL PAÍS establece en su entrada sobre las personas transexuales que 'se respetará la forma en que cada una de estas personas desee ser denominada, siempre que esta se conozca, lo mismo que el género gramatical que elija'. En este caso, solo hay constancia del deseo de la menor, de 12 años, de ser tratada como varón a través de fuentes indirectas. Ni su familia ni su entorno más cercano se han pronunciado de momento. El periódico está abierto a modificar la manera en la que se alude a la menor cuando se conozcan más detalles".

Aventín cree que el clima de debate perpetuo alrededor de la ley trans ha funcionado, además, como caldo de cultivo para apuntalar el malestar que pesa sobre las personas trans, especialmente los menores: "Ha habido una serie de barbaridades sin filtro y los discursos tienen consecuencias", lanza y recuerda que, al fin y al cabo, "Iván solo quería que le llamaran Iván. Nadie habla de hormonas, ni de competiciones deportivas… solo de reconocimiento". 

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