Las violencias machistas suponen una inversión de 5.000 millones de euros al año, el 0,37% del PIB

Una mujer con un bote de humo morado, durante una manifestación por el 25N en Barcelona.

4.933 millones de euros en 2022. Eso es lo que cuestan al Estado las violencias machistas, una cifra que supone un 0,37% del Producto Interior Bruto (PIB) y, a su vez, 104 euros anuales per cápita. Es la estimación que ha realizado el Ministerio de Igualdad en su estudio Impacto de la violencia de género y de la violencia sexual contra las mujeres en España: una valoración de sus costes en 2022, realizado por un equipo multidisciplinar del Instituto Universitario de Análisis Económico y Social de la Universidad de Alcalá, con la financiación y supervisión de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género.

En la presentación del estudio, que ha tenido lugar en la sede del Ministerio en la madrileña calle Alcala, han estado presentes Elena Mañas, profesora titular de la Universidad de Alcalá, María Gayo, también profesora en esa universidad y subdirectora del Instituto Universitario de Investigación de Análisis Económico y Social, y Carmen Martínez, delegada del Gobierno contra la Violencia de Género, que en declaraciones a los medios ha lamentado que "si se lograra eliminar la violencia contra las mujeres, estas cifras se podrían estar invirtiendo en otras políticas". "El dolor tiene un precio, y con este estudio intentamos acercarnos a cuánto supone, porque es un coste que asume toda la sociedad", ha dicho durante la presentación.

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En cualquier caso, para entender y dimensionar la cifra es importante, primero, aclarar de dónde viene. Los casi 5.000 millones de euros, según aclara el propio Ministerio, es el gasto tangible y directo de las violencias machistas, que el informe desgrana en violencia de género dentro de la pareja —que supone 4.085 millones— y violencia sexual fuera de ella —848 millones. Es decir, es lo que cuesta atender en la sanidad a una mujer que ha sido víctima de una agresión. O proporcionarle defensa jurídica. O una asistencia psicológica. O mantenerla de baja laboral por estrés, ansiedad, o secuelas físicas. El estudio los ha agrupado en cuatro categorías: el ámbito laboral y productivo, el sanitario, el legal-policial y otros.

A esto hay que sumar los gastos intangibles que son, básicamente, el sufrimiento y el dolor, no sólo para las víctimas sino también para sus familias, que provocan esas violencias. Sin embargo, estos últimos costes ni se pueden sumar a esa cifra de 5.000 millones ni se pueden enmarcar en el periodo temporal analizado. Porque van más allá. Para estimar estos costes se han estimado cifras ofrecidas por otros estudios que valoran, por ejemplo, las indemnizaciones que se suelen conceder a las víctimas de los delitos o los costes de pérdidas de ingresos.

El último documento que se realizó en este sentido se publicó en el año 2019 con datos de 2016. Pero era más acotado. Según ha explicado Martínez, este segundo estudio aporta "ciertos extras" y "ciertas mejoras". "En primer lugar, amplía el objeto de estudio. No solo se define a violencias de género, sino que también se amplía a violencias sexuales fuera de la pareja. En segundo lugar, enriquece las metodologías y, además, afina en los resultados". En aquel entonces se calculó que las violencias de género tenían un coste de 1.281 millones anuales, una cifra que, no obstante, explicó Mañas, no es comparable ni se puede tomar como la antesala a la que este jueves se ha presentado.

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