Una filtración masiva de correos revela cómo se protegen los oligarcas rusos frente a las sanciones

Ilustración de Putin condecorando a Arkady Rotenberg y, al fondo, su hermano Boris Rotenberg.

OCCRP / IStories*

Mientras crecían en Leningrado, dos hermanos llamados Arkady y Boris Rotenberg asistieron a clases de artes marciales junto al futuro presidente de Rusia, Vladimir Putin

La relación perduró y, a medida que crecía la influencia política de Putin, también lo hacía la riqueza de los Rotenberg. Gracias en parte a lucrativos contratos estatales, su patrimonio creció hasta los miles de millones de euros durante el mandato de su amigo de la infancia.

Pero cuando Rusia invadió Ucrania en 2014, los estrechos lazos de los Rotenberg con su antiguo compañero de entrenamientos llamaron la atención. Golpeados por las sanciones y con sus vastos activos en el extranjero en peligro, los hermanos se apresuraron a ponerlos fuera del alcance de las autoridades occidentales

Tenían mucho que proteger y, casi una década después, siguen siendo increíblemente ricos: la revista Forbes estimó este año su fortuna conjunta en 4.900 millones de dólares (cerca de 4.500 millones de euros al cambio actual).

A medida que la nueva invasión de Ucrania por parte de Putin acumula cada vez más civiles asesinados y ciudades en ruinas, y los países más poderosos del mundo siguen poniendo en el punto de mira los intereses de quienes ayudan al presidente ruso, la cuestión de cómo dos miembros del círculo íntimo de Putin consiguieron esquivar graves consecuencias se hace más acuciante que nunca.

Ahora, una filtración masiva de correos electrónicos ofrece una visión sin precedentes de qué fue lo que ocurrió, destacando el papel esencial que abogados, banqueros y proveedores de servicios corporativos occidentales han desempeñado para ayudar a los Rotenberg a salvaguardar su imperio económico.

La filtración, que consta de más de 50.000 documentos y correos electrónicos enviados entre 2013 y 2020, fue obtenida por el medio digital ruso IStories y el consorcio periodístico internacional OCCRP y compartida con otros 15 medios de comunicación, entre ellos infoLibre en España. [Puedes leer aquí todas las informaciones de la serie]

La investigación resultante, bautizada como los Archivos Rotenberg (Rotenberg Files, en el inglés original), revela cómo los facilitadores lo hicieron todo posible. Una figura central fue Maxim Viktorov, un empresario de 50 años nacido en Moscú, dueño de una firma de gestión mercantil y de un bufete de abogados que desempeñaron un papel crucial en la coordinación de los asuntos mundiales de los Rotenberg tras ser sancionados.

Viktorov no emana el aura de un operador poderoso. Cuando aparece en los medios de comunicación, suele ser por su pasión por los violines italianos raros. En 2009, pagó 3,9 millones de dólares por un instrumento del siglo XVIII, "muy por encima" de cualquier récord anterior, según la casa de subastas Sotheby's.

Pero aunque esta exorbitante adquisición saltó a los titulares, hasta ahora no se había informado del alcance del trabajo de Viktorov para los Rotenberg.

Por ejemplo, unos meses después de que los hermanos fueran sancionados en 2014, Viktorov recibió una instrucción directa del hijo de Boris, Roman: "Necesitamos discutir y preparar documentos", escribió.

Adjunto al correo electrónico había un memorando etiquetado con un propósito claro: "OBJETIVO: ESQUIVAR SANCIONES".

En el texto se describía un enrevesado plan de reestructuración empresarial destinado a preservar la participación de los hermanos Rotenberg en Helsinki Halli, un importante estadio finlandés que acogía conciertos, partidos de hockey sobre hielo y otros eventos deportivos.

El plan debía llevarse a cabo en absoluto secreto: "Estos documentos deben ser preparados dentro de la familia por un abogado de confianza y nadie más debe conocer la existencia de estos documentos", rezaba el informe.

El plan parecía ser un éxito: la familia Rotenberg consiguió, durante años, mantener su participación en la instalación a través de Roman. (Finalmente fue congelada después de que Roman también fuera sancionado en 2022).

Este primer ejemplo tipifica lo que vendría en los años siguientes, en los que –con la ayuda de Viktorov, sus colegas y una serie de especialistas contratados– la familia Rotenberg reordenó sus activos para protegerlos de las sanciones occidentales.

El archivo muestra empresas que se mueven por todo el mundo como piezas de ajedrez, nuevas cuentas bancarias que se abren al mismo tiempo que otras se cierran y estructuras de propiedad que se transforman en respuesta a nuevas sanciones o preguntas de los reguladores.

Cuando los reguladores hacían preguntas difíciles sobre los propietarios de las empresas, Viktorov y su equipo trabajaban con proveedores de servicios corporativos de confianza para trasladar las empresas de Rotenberg a jurisdicciones menos exigentes. En Rusia, su compañía Evocorp Management Company LLC gestionó algunos de los valiosos activos de los hermanos después de que se pusieran bajo el control de fondos de inversión ultrasecretos, que él presentaba como propios.

Por último, el archivo revela cómo varios terceros –entre ellos un hombre que es presuntamente el antiguo guardaespaldas de Boris Rotenberg y una cosmetóloga –o especialista en cosmética– letona de 36 años que parece ser la pareja sentimental secreta de Arkady Rotenberg– asumieron la propiedad de algunos de los valiosos activos de los hermanos.

A preguntas de los periodistas, Viktorov aseguró que ni él ni ninguna de sus empresas habían violado nunca ninguna ley, "en particular, la legislación sobre sanciones de Estados Unidos y la UE". Calificó de "erróneas" las conclusiones de los reporteros y afirmó que los accionistas de los fondos gestionados por su empresa no son personas sancionadas.

Boris y Arkady Rotenberg, y miembros de su familia, no respondieron a las preguntas enviadas por correo electrónico por OCCRP y los demás medios integrantes de esta investigación periodística.

Tom Keatinge, director del Centro de Estudios sobre Delincuencia Financiera y Seguridad del Real Instituto de Servicios Unidos (RUSI, por sus iniciales en inglés), con sede en el Reino Unido, destaca que la escasa aplicación de las sanciones por parte de las autoridades suponía que la gestión de activos de personas ricas sancionadas no conllevaba grandes riesgos y era muy rentable.

"El sueldo suele merecer la pena. Se ven muy pocos casos de personas que hayan sido añadidas a las listas de sanciones, y mucho menos procesadas, por facilitar la evasión de sanciones", señala Keatinge al OCCRP. "Para cambiar la actitud de la gente, necesitamos algunas cabezas en una pica", concluye.

Reguladores entrometidos

Una de las situaciones que llamaron la atención de Viktorov y sus colegas fue cuando los reguladores de jurisdicciones extraterritoriales plantearon dudas sobre los activos de Rotenberg. Esto incluyó a las Islas Vírgenes Británicas, una jurisdicción no conocida precisamente por vigilar agresivamente a las empresas.

En 2016, una gran parte del imperio financiero de los Rotenberg se puso en peligro cuando los reguladores de las Islas Vírgenes Británicas comenzaron a exigir que los proveedores de servicios corporativos dejaran de trabajar con cualquier empresa propiedad de personas sancionadas por Estados Unidos.

ILS Legal Services S.A., una empresa registrada en Panamá que trabajaba con Viktorov en los asuntos de los Rotenberg, dio la voz de alarma.

"Tenemos un problema grave", escribió ILS en un correo electrónico a Elena Ruzyak, una empleada de los Rotenberg que trabajaba estrechamente con Viktorov.

ILS notificaba a Ruzyak que las autoridades de las Islas Vírgenes Británicas estaban pidiendo las identidades de los beneficiarios efectivos de al menos 18 empresas que pertenecían a los Rotenberg o a sus intermediarios.

"Al parecer, la Autoridad de Servicios Financieros de las Islas Vírgenes Británicas obliga a los agentes de las Islas a renunciar a las empresas cuyo [beneficiario último] figura en la lista de... (sanciones de EE.UU.)", escribió ILS. El beneficiario real o último es la persona que controla en última instancia una entidad corporativa y puede beneficiarse de ella. A menudo es el mismo que el propietario legal, pero en estructuras corporativas complejas, el beneficiario efectivo puede esconderse detrás de testaferros o de otras empresas.

Refiriéndose a los hermanos por sus iniciales, el correo electrónico de ILS enumeraba una serie de "Empresas BR" que estaban en cuestión y explicaba que, para "las empresas propiedad de AR" existía "la complicación adicional de las sanciones de la UE". Si bien ambos hermanos estaban bajo sanciones estadounidenses en 2016, solo Arkady había sido incluido en la lista negra de la UE en ese momento.

Pero la mención de Arkady pareció desencadenar una contundente respuesta.

Aparentemente alarmado, Ruzyak respondió rápidamente: "Todo es BR!!!!!!!!!!!!".

No está claro si esto significaba que todas las empresas pertenecían realmente a Boris, o si estaba tratando de ocultar un rastro documental. En cualquier caso, la respuesta de ILS fue rápida y contrita: "Lo siento, sí BR. Se trata de BR. Ya estamos girando como una serpiente en una horca".

Boris también habría tenido motivos para alarmarse: documentos filtrados y registros de empresas obtenidos por los periodistas muestran que estas compañías poseían algunos de sus activos más preciados, incluido el Rahil, un yate de lujo con cinco suites para invitados y una tripulación de nueve personas, además de intereses en al menos seis propiedades en el sureste de Francia.

"Llevamos 10 días tratando de encontrar una solución", escribió ILS a Ruzyak.

Para hacer frente a la nueva normativa, ILS sugirió una solución conocida: sustituir a los Rotenberg por testaferros que firmarían escrituras de fideicomiso, lo que les permitiría aparecer como propietarios últimos de las empresas, y luego dar a las autoridades esos nombres.

"Podemos nombrar a alguna persona de confianza como [beneficiario último] nominal y emitir una declaración fiduciaria a favor de Rotenberg", escribió ILS.

Después de que Ruzyak remitiera el intercambio de mensajes a Viktorov, éste dio el visto bueno a la idea: "Estoy de acuerdo", escribió. "Que lo preparen".

Comenzó así la búsqueda de testaferros.

En un correo electrónico a Viktorov, Ruzyak sugirió como posibilidad a un hombre llamado Aleksandr Kozlov, que había trabajado como guardaespaldas de Rotenberg, pero señaló que sus vínculos con otras empresas del oligarca –incluyendo, según su correo electrónico, una empresa llamada Frasgo Holding Corp.– lo convertirían en un candidato poco ideal.

"Me estoy devanando los sesos, pensé en Sashka [Aleksandr] Kozlov, pero todos esos frasgos lo hacen incómodo (((((((((((((", escribió Ruzyak, marcando su correo electrónico con 13 caras tristes.

No obstante, los datos del Registro Mercantil indican que Kozlov se convirtió en el beneficiario último de al menos una de las empresas de las Islas Vírgenes Británicas: Medexlite Limited, propietaria de otro yate de lujo también llamado Rahil.

Otros dos activos –apartamentos en el centro de Riga, la capital de Letonia­– se transfirieron de una de las empresas de las Islas Vírgenes Británicas de los Rotenberg, Narcius Investments Limited, y se registraron a nombre de Ruzyak, según los registros de la propiedad letona.

Ocho de las 18 empresas de las Islas Vírgenes Británicas mencionadas en el correo electrónico de ILS fueron finalmente disueltas, y dos se trasladaron a Chipre.

ILS, Ruzyak y Kozlov no respondieron a las preguntas enviadas por correo electrónico por los periodistas.

Irene Kenyon, exfuncionaria del Tesoro estadounidense, describe Chipre como "otra Islas Vírgenes Británicas" para los rusos. Era "su pequeña caja negra", indica, "donde podían registrar cosas y ocultar activos. ... Se consideraba una jurisdicción secreta".

Los documentos filtrados no muestran qué ocurrió con el resto de empresas problemáticas de las Islas Vírgenes Británicas.

Pero sí revelan otra cuestión planteada por las sanciones estadounidenses contra Boris Rotenberg: su capacidad para realizar transacciones bancarias con su propia esposa.

Apaciguar a los banqueros

En 1997, el banco francés Société Générale abrió una sucursal en el superrico Principado de Mónaco. Esta oficina no es precisamente opaca a la hora de describir su actividad: se dirige a clientes con un "alto patrimonio neto" y les ofrece una gama de servicios de expertos jurídicos monegascos, "ingenieros de patrimonio" y otros especialistas.

Un banco así parecería el lugar perfecto para que un Rotenberg mantuviera activos. Y de hecho, los correos electrónicos filtrados muestran que Boris Rotenberg, su esposa Karina y diez de sus empresas tenían cuentas en Société Générale en Mónaco.

Pero en octubre de 2015, ­más de un año después de que Rotenberg fuera sancionado por Estados Unidos­, el jefe de la oficina de Rusia en la unidad de Mónaco del banco señaló en un correo electrónico a Viktorov que la esposa de Rotenberg, Karina, era ciudadana estadounidense y que estaba "prohibido" que "personas estadounidenses [participaran] en transacciones que involucraran a una persona sujeta a medidas sancionadoras".

En efecto, el funcionario del banco estaba preguntando si las sanciones contra Boris Rotenberg le prohibían enviar dinero a su propia esposa.

"¿Cuál es su interpretación de las normas de la OFAC en relación con la ciudadanía estadounidense de la señora K. ROT?", preguntó a Viktorov, en referencia a la oficina del Tesoro estadounidense responsable de la aplicación de las sanciones. "¿Ha realizado gestiones ante la OFAC? ¿Cuál es el objetivo de este acercamiento?".

"Le agradeceríamos que nos contestara con respuestas detalladas, argumentadas y documentadas", escribió.

De hecho, el banco ya había congelado las cuentas de Rotenberg. "Estamos esperando por su respuesta", escribió el responsable del banco un par de días después. "Su respuesta nos permitirá considerar una posición respecto a las cuentas bloqueadas por el banco".

En los primeros días del mes siguiente, Viktorov y Sergey Markov, un antiguo diplomático soviético reconvertido en empresario que también ayudaba a los Rotenberg, ya mantenían correspondencia con una empresa de gestión de patrimonios dispuesta a ayudar al "cliente" a encontrar servicios bancarios alternativos.

Esta empresa, LJ Partnership, con sede en Londres en aquel momento, se anunciaba como una "family office privada líder a nivel internacional" que se "encarga de atender discretamente las necesidades de un selecto grupo de familias".

Además de ofrecer asesoramiento de inversión a medida y ayuda para crear estructuras corporativas "onshore y offshore", ofrece servicios que incluyen "alquiler de yates y aviación", "servicios de protección cercana" y "administración de viajes y estilo de vida".

Sin embargo, lo que Viktorov y Markov realmente necesitaban era ayuda para sacar cuanto antes el dinero de Rotenberg de las cuentas congeladas de Société Générale. "El cliente desea que el trabajo comience lo antes posible", escribió Markov a un ejecutivo de LJ Partnership.

LJ Partnership envió entonces a Markov una propuesta de plan. Por 70.000 libras esterlinas (117.000 euros) en honorarios y gastos –más una bonificación adicional de 50.000 libras si todo iba bien–, la empresa ofrecía representación en "conversaciones con Société Générale Monaco para lograr la liberación de ciertos activos" y la búsqueda de "una nueva relación bancaria... para lograr la transferencia de activos de Société Générale".

Como "cliente" de este proyecto, LJ Partnership contrató a la empresa británica de Viktorov, Legal Intelligence Group Ltd, en lugar de al propio Rotenberg, creando así una barrera entre la empresa de gestión de patrimonios y el multimillonario ruso sancionado.

La operación, bautizada posteriormente como "Proyecto Sol", no tardó en ponerse en marcha.

Para dirigir la acusación contra Société Générale, LJ Partnership recomendó un bufete de abogados internacional, Charles Russell Speechlys LLP. En un memorando inicial, el equipo jurídico del bufete ofrecía un posible argumento: "Parece probable que las acciones de SOCGEN al congelar cuentas sin el conocimiento o consentimiento de su cliente puedan equivaler a un incumplimiento de [sus] contratos [con él]".

Poco después, un par de borradores de cartas de uno de los abogados del bufete en su oficina de París fueron remitidos a Société Générale. Las cartas exponían "nuestra interpretación de la situación jurídica", según indicaba el ejecutivo de LJ Partnership. "Se las envío en borrador para que tengamos la oportunidad de discutir el asunto de nuevo de manera informal para intentar encontrar una solución", añadía.

Las cartas reconocían que "en octubre de 2015, mis clientes se enteraron de que sus activos habían sido congelados por el banco ... [como] consecuencia de una medida individual adoptada contra el Sr. Boris ROTENBERG por la administración estadounidense."

Sin embargo, continuaba el texto, "la decisión del banco [de congelar las cuentas] ... viola los convenios vinculantes firmados entre el banco y mis cliente".

Además, señalaban, ni Francia, ni Mónaco, ni ningún Estado miembro de la UE habían emprendido acción alguna contra sus clientes: Boris y Karina Rotenberg y cinco de sus empresas. Según las leyes de Francia y de Mónaco, argumentó el abogado, "las medidas de congelación de activos sólo pueden adoptarse en virtud de una decisión ministerial. No hay ninguna en el presente caso". La UE ya había sancionado a Arkady, el hermano de Boris Rotenberg, pero a diferencia de Estados Unidos, no sancionó a este últimos hasta 2022.

Mientras tanto, LJ Partnership siguió buscando un nuevo banco para Rotenberg. Sugirieron una serie de opciones, incluidos prestamistas de Singapur, Bahamas, Suiza y Liechtenstein.

Finalmente se llegó a un acuerdo con el Banque Havilland S.A., con sede en Luxemburgo, un controvertido prestamista de élite propiedad de la bien relacionada familia Rowland.

Los correos electrónicos filtrados detallan cómo LJ Partnership ayudó a organizar una reunión entre Rotenberg y los Rowland en Ginebra. Sin embargo, la reunión se canceló después de que el oligarca ruso –al que Markov se refería como "el cliente"– tuviera que anularla, por lo que Markov se disculpó por la "embarazosa" situación.

Se propuso entonces una nueva reunión en Mónaco en abril de 2016. LJ Partnership transmitió una invitación de la familia Rowland para reunirse en su yate en el puerto de la ciudad.

"Esto es perfecto", respondió Markov. "El cliente también tiene un yate en el puerto de Mónaco, así que las conversaciones triviales al principio serán fluidas". Markov añadió que él y Maxim Viktorov también llegarían a la reunión "el domingo por la noche".

Markov aseguró a OCCRP que no era "un asociado de Boris Rotenberg" y que "nunca había recibido dinero de él ni había hecho negocios con él". Afirmó que llevaba mucho tiempo siendo "amigo y socio comercial" de Viktorov y añadió que sus actuaciones y actividades eran lícitas.

La reunión parece haber ido bien. LJ Partnership no tardó en confirmar que Banque Havilland estaba dispuesto a hacerse cargo de Rotenberg: "El plan con el banco será primero abrir la cuenta corporativa y luego abrir las cuentas personales", escribió el ejecutivo de la empresa. "Será un proceso en dos fases".

Los documentos filtrados indican que se abrieron cuentas de Banque Havilland para las empresas de Rotenberg en las Islas Vírgenes Británicas y que Viktorov fue nombrado representante legal de las mismas.

Las instrucciones de pago encontradas en los correos electrónicos filtrados confirman que, en 2017, Karina Rotenberg envió 500.000 euros, en dos pagos, a su cuenta de Banque Havilland Mónaco desde una cuenta en Moscú.

En un comunicado enviado por portavoz, Banque Havilland respondió a los periodistas que la entidad había "cumplido siempre con todas las sanciones pertinentes en los países en los que operamos", incluido Estados Unidos y la UE, y que rechazaba "cualquier sugerencia de irregularidad o sugerencia de que se hayan prestado servicios bancarios a personas sancionadas."

Markov indicó, por su parte, que cualquier negocio entre Boris Rotenberg y Banque Havilland "habría dependido de ellos y habría sido perfectamente legal sujeto a la debida diligencia".

Los Rowland no pudieron ser localizados para ofrecer su versión y Banque Havilland indicó que no podía realizar comentarios en su nombre.

Sin embargo, las cosas no parecen haber ido tan bien con las cuentas congeladas en Société Générale.

Aunque los correos electrónicos sugieren que el banco francés liberó algunos de los fondos de Rotenberg a principios de 2016, las negociaciones sobre las cuentas congeladas parecieron toparse con algunos escollos. El bufete de abogados que LJ Partnership había contratado, Charles Russell Speechlys, acabó retirándose del proyecto, aunque no está claro exactamente por qué razón. Al no encontrar un nuevo representante, LJ Partnership anunció que también tendría que retirarse.

LJ Partnership, que desde entonces pasó a llamarse Alvarium, no respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico ni a las llamadas telefónicas. Charles Russell Speechlys tampoco respondió a la solicitud de comentarios.

Finalmente, los correos electrónicos muestran que Société Générale accedió a prestar servicios bancarios a Boris Rotenberg bajo estrictas condiciones, entre ellas no tener ninguna cuenta relacionada con su esposa, ya que el banco buscaba el reembolso de préstamos multimillonarios concedidos al oligarca ruso.

Société Générale respondió que no podía hacer comentarios sobre el caso debido a las normas sobre el secreto bancario.

Fondos secretos

Las sanciones contra los hermanos Rotenberg no sólo tuvieron repercusiones en el extranjero. También les llevaron a reestructurar al menos algunos de sus holdings rusos para mantenerlas en secreto.

Para mantener estos activos se utilizaron vehículos de inversión especiales denominados "fondos de inversión cerrados", abreviados en ruso como "ZPIF". Estas estructuras, que no se consideran personas jurídicas según la legislación rusa, no están obligadas a revelar sus accionistas y no pueden quebrar ni ver confiscados sus activos, fueron gestionadas por Viktorov y su equipo.

La naturaleza secreta de los ZPIF y los registros incompletos de las empresas rusas hacen que a menudo sea imposible averiguar quién los posee realmente o qué activos tienen.

Pero los correos electrónicos filtrados contienen un hallazgo poco común: actas oficiales de una reunión de julio de 2017 en el Banco Central de Rusia. El documento revela que, al menos hasta ese momento, 13 ZPIF gestionados por la empresa de Viktorov, Evocorp, eran propiedad de los Rotenberg o estaban vinculadas a ellos.

Estas estructuras contenían algunos activos de alto perfil, según el documento del Banco Central, incluido el Moskvarium, un acuario de Moscú considerado el más grande de Europa, y una imponente villa en la costa mediterránea de España.

También incluían acciones en la editorial Prosveshcheniye ("Ilustración"), un actor importante en el mercado ruso que recibía regularmente contratos gubernamentales para libros de texto. En 2017, un representante de Arkady Rotenberg declaró al periódico económico ruso Vedomosti que había vendido su participación en la editorial.

Un informe filtrado de Evocorp de 2018 muestra que siete de estos fondos seguían siendo gestionados por la empresa un año después, mientras que algunos habían sido transferidos a un nuevo gestor de fondos, Severnaya Egida LLC ("Northern Aegis").

Los correos electrónicos filtrados muestran que, en sus respuestas a las preguntas sobre los accionistas de los ZPIF o las empresas que poseían, los empleados de Evocorp representaban a Viktorov como el propietario último.

"Existe una práctica según la cual el director general de la sociedad gestora es reconocido como el beneficiario último", escribió un empleado de Evocorp cuando se le preguntó cómo responder a las consultas sobre los verdaderos propietarios del Moskvarium.

La misma respuesta se dio a dos bancos –SMP Bank y Sberbank– cuando pidieron más información sobre los beneficiarios de los ZPIF o sus empresas. Evocorp respondió con cartas en las que decía que el propio Viktorov era el "beneficiario último" de la empresa en cuestión.

La filtración no muestra cómo respondió SMP, pero tales explicaciones levantaron ampollas en el banco estatal Sberbank.

"Necesitamos entender quiénes son los accionistas del fondo, no la empresa gestora", escribió un funcionario de Sberbank en 2017 a un empleado de RG-Development, una importante firma inmobiliaria en manos de uno de los ZPIF que, según la filtración de correos electrónicos, Evocorp parecía haber gestionado para los Rotenberg.

El empleado de RG-Development escribió entonces a sus colegas, diciéndoles que el banco "sugiere encarecidamente que [RG-Development] cierre todas las cuentas de liquidación con Sberbank, porque, en su opinión, somos una empresa relacionada con personas de la 'lista de sanciones'. Nos enviaron un aviso de cierre".

Pero los correos electrónicos sugieren que el asunto podría haberse resuelto: unos días después, el empleado de RG-Development escribió a Evocorp para decirle que el funcionario de Sberbank vería si podían "arreglárselas'' con una carta de RG-Development diciendo que no tenía información sobre los accionistas de los ZPIF. Si eso no funcionaba, Evocorp enviaría a Sberbank otra carta declarando que no había personas sancionadas entre los accionistas del fondo.

Incluso con el secretismo incorporado en la estructura de los ZPIF, Evocorp se esforzó mucho por asegurarse de que la información sobre los Rotenberg permaneciera en secreto.

En 2017, un empleado de SDK Garant LLC, una empresa rusa de gestión de fondos de inversión aparentemente contratada por Evocorp para gestionar algunos de los ZPIF, escribió a sus colegas y al personal de Evocorp para decir que estaban confiando a un nuevo empleado la administración de uno de los fondos de Evocorp.

El entonces director general de Evocorp no tardó en responder por escrito, protestando por la decisión. "Para nosotros es fundamental que no se comparta información sobre los accionistas del fondo", escribió. "Creo que transferir la gestión de este fondo a un nuevo y joven gestor es una violación de nuestro acuerdo con SDK Garant".

¿Testaferro y pareja?

Entre los ZPIF que el documento filtrado del Banco Central revelaba que estaban gestionados por Evocorp había uno cuya propietaria resulta un tanto sorprendente: una cosmetóloga letona de 36 años llamada Marija Borodunova.

El documento muestra que, a mediados de 2017, Borodunova controlaba el 80 por ciento de RG-Development, la principal firma inmobiliaria, a través de un ZPIF llamado Lontano.

Los reporteros descubrieron que Borodunova era propietaria de otros activos valiosos: un apartamento de lujo en Mónaco en un edificio emblemático que alquiló a una empresa de Rotenberg por 260.000 euros al mes en 2017 y, junto a sus dos hijas pequeñas, una villa de 4,25 millones de euros en la Riviera francesa.

Según una filtración de registros fiscales rusos consultados por los periodistas, Borodunova ganó 25,5 millones de dólares solo en 2020.

Borodunova no respondió a las preguntas enviadas por correo electrónico.

Una pista de cómo terminó con tal riqueza es proporcionada por dos fuentes que hablaron con los reporteros bajo condición de anonimato debido a temores sobre su seguridad. Ambas describieron a Borodunova como la "esposa no oficial" de Arkady Rotenberg.

Una de ellas, que conoce a miembros del entorno de Arkady, indicó que la relación de Arkady con Borodunova no era pública, "pero la gente cercana a ellos lo sabe... desde hace mucho tiempo".

Las mansiones, yates, aviones y propiedades en Europa de 35 jerarcas rusos

Las mansiones, yates, aviones y propiedades en Europa de 35 jerarcas rusos

Los periodistas no pudieron verificar de forma independiente las afirmaciones de las fuentes. Pero Getcontact, una aplicación que revela los nombres con los que un número de teléfono ha sido guardado por sus contactos, aporta una corroboración adicional: en al menos una docena de casos, el número de Borodunova estaba guardado en las listas de contactos de amigos como alguna variación de "Maria Rotenberg".

____________________________

* Los miembros del equipo de investigación fueron los siguientes: Daniel Balint-Kurti, Robert Denis, Misha Gagarin, Kevin G. Hall, Ilya Lozovsky, Ekaterina Selivanova, Graham Stack, Tom Stocks, Julia Wallace (OCCRP), Roman Anin, Maxim Solius, Dmitry Velikovsky, Maria Zholobova (IStories), Giacomo Tognini (Forbes), Ben Cowdock (TI-UK), Abdelhak El Idrissi (Le Monde), Jyri Hänninen, Minna Knus-Galan (YLE), Cecilia Anesi (IrpiMedia), Sanita Jemberga (Re:Baltica) y Holger Roonemaa (Delfi Meedia).

Más sobre este tema
stats