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El rastro que vincula a un oligarca con la compra de un chalet austriaco usado por la hija de Putin

Ilustración de Arkady Rotenberg y la hija de Putin, Maria Vorontsova.

Graham Stack (OCCRP), Bastian Obermayer, Timo Schober (Paper Trail Media), Fabian Schmid, Maria Retter (Der Standard), Jan Daalder (Follow the Money) y Dmitry Velikovsky (IStories)

Detrás de una verja de madera y un alto seto de abetos, esta casa de dos plantas situada en una calle tranquila se integra fácilmente en la exclusiva ciudad austriaca de esquí de Kitzbühel. Pero los lugareños dicen que esta típica vivienda de estilo tirolés ha recibido visitas de alto nivel: la hija mayor del presidente ruso Vladimir Putin, su expareja y posiblemente el propio Putin.

Reporteros de los medios Paper Trail Media y Der Standard, socios en este proyecto del consorcio periodístico OCCRP, visitaron Kitzbühel el mes pasado y hablaron con varios residentes. Media docena aseguraron que habían oído que la familia frecuentaba la casa. Dos dijeron haber visto al propio Putin por allí.

"Probablemente eran los mejores vecinos que uno podría desear", indicó una persona que conoce bien Kitzbühel. "Eran tranquilos y uno se sentía más seguro que nunca".

Fue imposible verificar estas afirmaciones. Pero un archivo filtrado de correos electrónicos obtenido por el medio digital ruso IStories y OCCRP sugiere que la casa había sido comprada por una empresa offshore utilizando un préstamo oculto de Arkady Rotenberg, un amigo de la infancia de Putin que fue sancionado por Estados Unidos y la UE en 2014 tras la anexión rusa de Crimea. Dichos documentos forman parte de los Rotenberg Files (Archivos Rotenberg), una filtración de más de 50.000 documentos que IStories y OCCRP compartieron con otros 15 medios, entre ellos infoLibre en España. [Puedes leer aquí todas las informaciones de la serie]

"Es bien sabido que los oligarcas cercanos al Kremlin, como los amigos de la infancia de Putin, los Rotenberg, que hicieron sus fortunas con contratos estatales, devuelven el favor patrocinando una vida de lujo para la familia Putin", sostiene Florian Horcicka, escritor y experto en dinero sucio en Austria.

Sobre el papel, la propiedad pertenece a una empresa chipriota llamada Wayblue Investments Limited, que la compró por 10,8 millones de euros en enero de 2013. Quién es el propietario de Wayblue es un misterio: en la filtración no se nombra a ningún beneficiario real, y los documentos del registro chipriota desde 2015 mencionan a una empresa llamada Velidom Ltd. como su único accionista. No está claro quién se esconde detrás de Velidom.

Al ser contactadas por los reporteros, las autoridades austriacas indicaron que el año pasado habían investigado la propiedad de la casa, pero no pudieron avanzar en sus pesquisas.

"La sospecha de que esta propiedad está en posesión de una persona sancionada no ha podido ser corroborada hasta la fecha", señaló Harald Sörös, portavoz del Ministerio del Interior. "En caso de que se encuentren nuevas pruebas, presentaremos un informe a las autoridades competentes", concluyó.

Arkady Rotenberg no respondió a las preguntas de los periodistas.

Los reporteros obtuvieron documentos de propiedad de los Países Bajos y registros de sociedades chipriotas que sugieren que los residentes de Kitzbühel tienen razón al creer que la casa era propiedad de la hija mayor de Putin, Maria Vorontsova, y de Jorrit Faassen, un holandés que según diversas informaciones fue su pareja sentimental.

Préstamo oculto

Documentos que forman parte de la filtración demuestran los cuidadosos métodos utilizados para ocultar la compra. Los correos electrónicos muestran un plan para canalizar el dinero a través de un préstamo de un banco letón propiedad de Arkady Rotenberg y su hermano Boris a través de su empresa chipriota, Olpon Investments Limited.

Un borrador de acuerdo de 2016 muestra que, en enero de 2013, Olpon había acordado colocar 11,5 millones de euros bajo la gestión del Banco SMP de los Rotenberg. Según el acuerdo, SMP invirtió los fondos concediéndolos en forma de préstamo a la recién creada Wayblue. Ese mismo mes, Wayblue compró la casa de Kitzbühel utilizando el préstamo, según los estados financieros de Wayblue de 2013.

"Es casi obvio que se quiere ocultar el flujo de dinero", destacó Stephan Blancke, del think tank londinense Royal United Services Institute (RUSI). "¿Por qué otra razón se elegiría esa estructura?", se pregunta retóricamente.

A mediados de 2014, Rotenberg vendió SMP a su equipo directivo y pasó a llamarse Meridian Trade Bank. A continuación, según el documento de 2016, Meridian Trade Bank transfirió la gestión del préstamo a Cresco Securities, con sede en Estonia. Wayblue no había devuelto el principal del préstamo.

El propietario de Cresco, un empresario estonio llamado Olev Schults, confirmó que su empresa se hizo cargo de la gestión de la inversión, pero puso fin al acuerdo en 2021. Schults señaló que sabía que Rotenberg estaba detrás de Olpon, pero negó trabajar con personas o empresas sancionadas. Se desconoce la situación actual del préstamo.

Schults dijo que conocía la identidad de los verdaderos propietarios detrás de Wayblue, pero se negó a revelar sus nombres.

No hubo respuesta a las preguntas enviadas por correo electrónico a las direcciones de Wayblue y Olpon. Un abogado austriaco que representa a Wayblue declinó hacer comentarios.

Tom Keatinge, director del Centro de Estudios sobre Delitos Financieros y Seguridad del RUSI, con sede en Londres, indicó que la enrevesada estructura societaria y financiera para comprar la casa es típica de las operaciones de quienes buscan ocultar el rastro de su patrimonio.

Aunque Rotenberg no fue sancionado hasta un año después de la compra, habría sospechado que estaba "en el punto de mira", añadió Keatinge.

"Estos individuos piensan: 'Salgo en la prensa con suficiente frecuencia como alguien que la gente cree que debería ser sancionado, así que voy a estructurar mi vida de una manera que mitigue ese riesgo'", destacó.

Un rastro documental transfronterizo

Mientras que la compra de Kitzbühel puede haber sido intencionadamente enrevesada, otra operación inmobiliaria a 760 kilómetros al noroeste creó un rastro documental que conducía a Faassen, supuestamente la antigua pareja sentimental de la hija de Putin, Vorontsova.

Unos meses después de que Wayblue Investments comprara la casa austriaca en enero de 2013, otra empresa chipriota llamada Gietrin Investments Limited creó una sociedad holandesa de nombre Molenkade Ontwikkeling B.V. y adquirió un terreno a las afueras de Ámsterdam.

Al igual que Wayblue, los verdaderos propietarios de Gietrin son un misterio.

Las empresas tienen varias cosas en común. Tanto Gietrin como Wayblue realizaron operaciones bancarias en el banco letón SMP de los Rotenberg, utilizaron el mismo contable fiscal y se registraron en días consecutivos, según las declaraciones financieras presentadas en Chipre.

Pero la conexión es más profunda. Los documentos financieros de Wayblue, obtenidos en Chipre, muestran que Gietrin prestó a Wayblue 750.000 euros y se refería a ella como "empresa vinculada". En términos jurídicos, las relaciones entre partes vinculadas significan que una empresa tiene el control o una influencia significativa sobre la otra; por ejemplo, cuando cuentan con los mismos accionistas o accionistas que se solapan, o que una empresa sea filial de la otra.

Aunque el rastro documental de Chipre termina ahí, los registros holandeses revelan que el marido de la prima de Faassen era el director de la filial holandesa de Gietrin, Molenkade, hasta que Faassen le sustituyó en 2019 y se vendió a sí mismo en septiembre la parcela de tierra –el único activo de Gietrin–, después de que su relación con Vorontsova hubiera terminado. Ese mismo mes disolvió Molenkade

En mayo de 2023, la Fiscalía neerlandesa se incautó del terreno. Se desconoce el motivo de la incautación. 

En conjunto, las pruebas plantean la cuestión de si Faassen o Vorontsova eran los verdaderos propietarios de una o ambas empresas.

Ni Faassen ni Vorontsova respondieron a las preguntas enviadas por correo electrónico.

Es posible que no se conozca la respuesta, pero los relatos de los habitantes de Kitzbühel aportan pruebas adicionales. Dos lugareños describieron haber visto coches con matrícula holandesa en la propiedad, y cuatro recordaron a un holandés alojado allí.

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Una antigua vecina dijo a los periodistas que una mujer llamada Maria acudía regularmente a la casa. "Su marido, un holandés, solía estar allí", recordó.

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También aportaron información Carina Huppertz, Frederik Obermaier (Paper Trail Media) y Holger Roonemaa (Delfi Meedia).

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