Trump puede poner muros, pero no impedir la llegada de un virus: qué implica que EEUU abandone la OMS

Era abril de 2020. Hacía más de un mes desde que el SARS-CoV-2 había congelado al planeta entero y él, sin ninguna evidencia científica, lanzó una posible solución. "Veo que el desinfectante lo noquea en un minuto. ¿Hay alguna manera de que podamos inyectárnoslo?", dijo. Tampoco quiso ordenar el uso de mascarilla. E incluso se negó a ponérsela porque, defendió, atacaba su libertad individual. En julio cambió de idea y explicó que lo haría, pero sólo por patriotismo. El recién renombrado presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tuvo un largo historial negacionista del covid-19 hace cinco años. Ahora, poco después de ser investido, una de sus primeras decisiones ha sido hacer efectivo uno de sus deseos de antaño: salir de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por, precisamente, su gestión de la pandemia.
Lo había prometido. Su regreso a la Casa Blanca pondría fin desde el minuto uno a la era Joe Biden y acabar con la contribución estadounidense a la OMS era una de las fórmulas. Quiso hacerlo en 2020, pero la victoria demócrata en las elecciones de ese año se lo impidieron. Ahora bien, ¿por qué? ¿Cuáles son sus razones? Mientras firmaba la orden ejecutiva criticó que Estados Unidos destinaba demasiado. Mucho más que China. "Ellos pagaban 39 millones (de dólares). Nosotros, 500. Me parecía un poco injusto", dijo en plena crisis sanitaria. Es una decisión que cumple, ni más ni menos, con su lema America first.
Es su bandera. La política internacional de Trump consiste en centrarse en su agenda interior y en favorecer su inversión en empresas estadounidenses sin dedicar un sólo dólar a los conflictos exteriores o a organizaciones internacionales. Por eso durante su anterior mandato también redujo su aportación a la agencia para refugiados palestinos (UNRWA) o a Unicef y por eso tenía en su diana a la OMS. Pero en cualquier caso, no mintió en su explicación. Estados Unidos es efectivamente el principal sostén económico del organismo. Tanto, que su salida puede provocar que éste pierda hasta el 20% de sus fondos. "No va a ser un pequeño pellizco, va a ser un corte severo", advierte el exdirector de Acción Sanitaria en situaciones de crisis de la OMS Daniel López Acuña.
De 1.284 millones de dólares en dos años
¿De qué cifras hablamos? Según los propios datos de la OMS, Estados Unidos —uno de los países que fundó la organización en 1948, terminada la Segunda Guerra Mundial— destinó entre 2022 y 2023 1.284 millones de dólares, una cifra muy superior a la de Alemania, el país que le sigue en la lista de mayores donantes con 856 millones de dólares. Ese montante, según la propia organización, permitió durante ese bienio "identificar y responder a emergencias, detener la propagación de amenazas de enfermedades a través de las fronteras y promover otras prioridades clave de salud mental".
Por eso es "un desastre" que esos fondos se retiren, lamenta Helena Legido-Quigley, la única científica española que formó parte del panel independiente impulsado por la organización para evaluar la respuesta nacional e internacional a la crisis del covid-19. "Es un mal movimiento en todos los sentidos. Estados Unidos no sólo tiene potencial económico, sino también científico y tecnológico", añade por su parte el exdirector de Sistemas de Salud de la OMS Rafael Bengoa. "Es una pésima noticia y un movimiento catastrófico", subraya López Acuña.
Y no sólo lo consideran así los expertos, sino también las autoridades. La ministra de Sanidad, Mónica García, publicó un mensaje en X este mismo martes reivindicando que "el compromiso" de España con la OMS continúa siendo "firme". "Luchar contra enfermedades globales, garantizar el acceso a tratamientos, mejorar la prevención y fortalecer los sistemas sanitarios", especificó.
Porque todo eso está en juego. Según López Acuña, hasta la mitad de los proyectos que actualmente tiene en marcha la OMS podrían estar en peligro tras la rúbrica de Trump. Pero hay uno que preocupa especialmente. Y al que también aludió García: "La salud no entiende de fronteras. Solo nos salvamos si se salva todo el mundo".
El peligro amplificado de una posible próxima pandemia
Fue uno de los mantras más repetidos cuando comenzó la vacunación contra el covid-19. Nadie iba a estar seguro si no lo estaba todo el planeta, se repitió una y mil veces. "Trump puede llegar a controlar la frontera con México, pero no puede frenar a los virus con un muro", señala Bengoa. Es la principal enseñanza que dejó la crisis sanitaria: no se puede luchar contra un virus si no es de forma coordinada.
Para entenderlo mejor, se puede trasladar la idea a España. A nivel nacional no se luchó adecuadamente desde el primer momento porque existieron "contradicciones en la respuesta de las distintas administraciones y se apreciaron fallos de coordinación en múltiples áreas", según lo criticó la Evaluación del desempeño del Sistema Nacional de Salud español frente a la pandemia de COVID-19 llevada a cabo por expertos y expertas independientes. Por ejemplo, no funcionaron los mecanismos para compartir recursos médicos entre territorios y tampoco lo hizo la adquisición de material necesario para responder a la pandemia.
A nivel internacional ocurre algo parecido. Si no se comparte la evidencia sobre un virus, la eficacia de la vacunación o el resto de medidas de protección, el conocimiento individual de cada país se reduce. Por eso la OMS quería tener listo en 2024 un tratado antipandemias cuya eficacia, ya antes de aprobarse, estará limitada por este movimiento de Trump. "Estados Unidos se ha desvinculado de las obligaciones y del objetivo de construir una seguridad sanitaria global. Si hubiera otra pandemia el país iría por un lado distinto al del resto del mundo", lamenta López Acuña. En definitiva, se rompe la coordinación internacional frente a la enfermedad. "La OMS tiene sus errores y es muy burocrática, pero si no existiese habría que inventarla, porque es la única que puede ayudarnos frente a las epidemias", completa Legido-Quigley.
"Desde que sufrimos la pandemia de covid se ve muy claro, pero es que antes la OMS, con Estados Unidos a la cabeza, ya había luchado contra la malaria, estaba a punto de acabar con la polio y borró de la faz de la tierra la viruela. Parece que nadie se lo ha dicho al presidente Trump", denuncia Bengoa.
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Entonces, ¿qué va a pasar ahora? Este experto tiene claro que la institución "sobrevivirá", pero no lo hará siendo la misma. Tendrá que hacerlo limitando sus actuaciones. Porque ni los proyectos ni el personal actual podrá mantenerse con este tijeretazo, a no ser que el resto de miembros de la organización incrementen sus fondos. Y eso es complicado, dice López Acuña.
En cualquier la Comisión Europea ya anunció este martes que está abierta a reformar la institución desde dentro y en este sentido a urgido a los países a "hacer frente a este desafío y reforzar los compromisos para que la OMS tenga una financiación predecible y flexible". "No hay mejor ejemplo que la pandemia global de covid. Aprendimos la lección. Vimos que los virus no se detienen en las fronteras y que necesitamos cooperación global", afirmó la portavoz comunitaria de Salud, Eva Hrncirova.
La OMS, por su parte, ya ha pedido que se reconsidere la situación. "Deseamos tener un diálogo constructivo por el bien de la salud de millones de personas en todo el planeta", señaló el organismo en un comunicado. Si no llegan a un acuerdo, la salida de Estados Unidos será efectiva en un año, a partir del 20 de enero de 2026. "Era previsible, aunque confiábamos en que no llegase a ocurrir", sentencia Legido-Quigley.