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"Te fotografían de pies a cabeza al entrar en el país y saben siempre donde estás": la distopía se cuela en Catar

Ilustración Justine Vernier / Mediapart

Clément Le Foll y Clément Pouré (Mediapart)

Nos encontramos dentro del centro de mando y control de Aspire en Doha. La sala está inundada por el resplandor azulado de enormes paneles luminosos. Emplazados detrás de una hilera de mesas, setenta y cinco guardias de seguridad observan sus pantallas triples. Es el corazón de la seguridad de la Copa del Mundo de 2022, que comenzó el domingo 20 de noviembre.

Hecho a medida para el evento, este es quizás el lugar más importante de la competición. Las diversas tecnologías desplegadas, conectadas a los ocho estadios que albergan el evento, gestionan a distancia todos los partidos. Una utopía de seguridad para el Emirato, que controla la apertura de las puertas de todos los recintos deportivos, los equipos de audio y vídeo de los estadios y la intensidad de la climatización. Y, sobre todo, vigila todas las calles de Doha gracias a una red de 15.000 cámaras equipadas con herramientas de reconocimiento facial.

Desde que obtuvo la celebración de esta Copa del Mundo, Catar es consciente del reto que supone para la seguridad acoger a más de un millón de turistas con motivo de la competición. Poco acostumbrado a las labores de mantenimiento del orden, este Estado de poco menos de tres millones de habitantes ha confiado su seguridad a la tecnología.

En agosto de 2020, la Universidad de Catar, la Universidad Hamad Bin Khalifa de Doha y el Instituto de Investigación Informática de Catar lanzaron un concurso nacional sobre inteligencia artificial. Durante varios meses, estudiantes, investigadores y desarrolladores se han estrujado la cabeza para hacer frente a los principales retos tecnológicos del emirato. Una de ellas pretende analizar las masas y su comportamiento durante el Mundial, para "controlar y detectar amenazas específicas a la seguridad en tiempo real a través de la red de cámaras de vigilancia", explica la Universidad de Catar en su página web.

Paralelamente, la universidad anunció en junio de 2022 que había desarrollado un dron capaz de contar el número de personas presentes en una zona, detectar eventos anormales e identificar a personas en concreto mediante reconocimiento facial.

Tecnología ansiógena

Esta estrategia se aplica a nivel internacional. Desde 2012, las autoridades cataríes han financiado el proyecto Stadia, llevado a cabo con Interpol, por un importe de 10 millones de dólares en diez años, cuyo objetivo es mejorar la seguridad de los grandes eventos deportivos. A finales de 2021, un taller organizado en Doha en este marco se centró en el uso del reconocimiento facial y las nuevas tecnologías durante las competiciones organizadas por la Fifa.

Unos meses más tarde, Catar anunció que habría conectadas 15.000 cámaras a esta tecnología, 2.000 de ellas sólo en los estadios. En comparación, en el último Mundial de Rusia sólo se utilizaron 500 cámaras de reconocimiento facial.

"El Estado catarí utiliza un algoritmo de reconocimiento automático que identifica a todas las personas que se comportan de forma anómala con relación a la masa de flujos", explica un periodista francés que visitó el centro de mando de Doha. "Este individuo es entonces identificado en la red gracias al reconocimiento facial. Los agentes de seguridad más cercanos son alertados por medio de un beeper y un SMS y luego hay una intervención humana.”

Ronan Evain, director ejecutivo de la asociación Football Supporters Europe, cree que esta tecnología "provoca mucha ansiedad": "Te fotografían de pies a cabeza al entrar en el país. Las autoridades saben si estás en el metro o en el estadio. Hay drones y cámaras de muy alta resolución que pueden grabar e identificar a alguien en todo momento durante el Mundial".

Catar espera que estas tecnologías le ayuden a solventar las dificultades producidas por los 168 vuelos diarios con los países vecinos: al carecer de alojamiento suficiente en su capital, los vuelos permitirán a decenas de miles de aficionados asistir al evento, llegando poco antes y marchándose poco después de los partidos.

“El emplazamiento de los estadios dará lugar a flujos de personas extremadamente densos para una ciudad como Doha", explica Jean-Baptiste Guégan, investigador de la geopolítica del deporte. “El emirato tendrá que gestionar el tránsito de cientos de miles de personas, el equivalente a una noche de partido importante en Londres, en una zona pequeña donde la cultura del fútbol no es está muy arraigada.” Para el aeropuerto internacional Hamad de Dubai, esto significa duplicar su capacidad de recepción y control. La seguridad es en parte responsabilidad del gigante armamentístico francés Thales, que se encarga de la videovigilancia del aeropuerto de Doha.

Dos aplicaciones "extremadamente intrusivas"

Los precios prohibitivos de las entradas, que excluyen a una parte de la afición, y los llamamientos al boicot del evento le vienen bien, en última instancia, al emirato, que tendrá que lidiar con menos gente que en un evento tradicional. Pero siguen existiendo otros riesgos. “Ante el Mundial más denostado de la historia, no se puede descartar la posibilidad de algún problema", continúa Jean-Baptiste Guégan. “No se ha descartado el riesgo de terrorismo. Tampoco podemos descartar acciones de activistas ecologistas, feministas o LGBTQI+.”

Para gestionar las aglomeraciones y evitar incidentes, Catar tiene previsto ir más allá de la simple vigilancia del espacio público. Los visitantes tendrán que descargar obligatoriamente dos aplicaciones llamadas "Ehteraz" y "Hayya". Una de ellas es similar en concepto a la aplicación "Radar Covid" y se utiliza para el seguimiento del Covid-19. La otra permite guardar las entradas para los partidos y utilizar el metro, que es gratuito en todo el país.

"Esas dos aplicaciones son extremadamente intrusivas", dice la investigadora Mona Naomi Lintvedt, que ya había dado la voz de alarma en el medio público noruego NRK. A petición de Mediapart, realizó un análisis en profundidad de las dos aplicaciones. Ambas utilizan Bluetooth y la geolocalización. También tienen acceso a todos los datos del teléfono en el que están instalados y pueden forzar la desactivación del bloqueo del teléfono.

El Estado puede averiguar si has mantenido relaciones sexuales ilegales en Catar. Si te has reunido con trabajadores locales, opositores o un sindicato, tu teléfono guardará esas trazas e incluso identificará con quién estás hablando.

La investigadora Mona Naomi Lintvedt

“Sobre el papel, las autoridades tienen acceso a todo", dice Lintvedt. La geolocalización puede indicarles si has estado bebiendo en lugares donde no está permitido. La aplicación puede acceder a tu Snapchat, tu TikTok, tu historial de uso de Grindr o Tinder. Así el Estado puede averiguar si has tenido relaciones sexuales ilegales en Catar. Si te has reunido con trabajadores locales, opositores o un sindicato, tu teléfono guardará esas trazas e incluso identificarán a tus interlocutores".

Preguntada por Mediapart, la Comisión Nacional de Informática y Libertades francesa, CNIL, ha explicado que no puede pronunciarse sin una investigación sobre las dos aplicaciones, pero ha aconsejado a los viajeros que tomen precauciones limitando el uso de estos servicios, o incluso, si es posible, viajando con un "smartphone virgen".

Esos posibles programas espía, unidos a las nuevas tecnologías de vigilancia desplegadas en el espacio público, podrían reforzar aún más la censura y la represión en un país autoritario donde la oposición es casi inexistente.

"Llevamos varios años preocupados por las medidas que restringen la libertad de expresión en el país", ha declarado May Romanos, observadora de Amnistía Internacional para Catar. En 2014, la Ley de Ciberdelincuencia, considerada por esa ONG "hostil a la libertad de expresión", permitió al Estado prohibir cualquier web que se considerara una amenaza, y perseguir a cualquiera que publicara o compartiera contenidos que "socavaran" los "valores sociales" o el "orden general".

En enero de 2020, continúa May Romanos, el emir modificó el código penal para permitir el encarcelamiento de "cualquiera que difunda, publique o reedite rumores, declaraciones o noticias falsas o tendenciosas, o propaganda incendiaria, en el país o en el extranjero, con la intención de perjudicar los intereses nacionales, agitar la opinión pública o socavar el sistema social o público del Estado".

En mayo de 2021, Malcolm Bidali, guardia de seguridad, bloguero y activista, fue condenado y expulsado del país en aplicación de esta ley. El Estado catarí le acusó de denunciar las condiciones sociales de los trabajadores inmigrantes.

Grandes eventos deportivos y vigilancia

"Los países anfitriones de un Mundial utilizan estos mega-eventos para llevar a cabo reformas de seguridad que no podrían hacerse en tiempos normales", afirma el académico americano Jules Boykoff, autor de Power Games: A Political History of the Olympics. Como los Juegos Olímpicos de 2024 en París, los grandes eventos deportivos casi siempre conllevan el despliegue de nuevas tecnologías de vigilancia en los espacios públicos.

Es importante recordar que estas tecnologías de mantenimiento del orden, aplicadas durante el periodo de gracia de los grandes eventos deportivos, no vuelven al almacén una vez terminada la competición", continúa Boykoff. “Al contrario, se mantienen en su lugar y suelen utilizarse contra las poblaciones ya marginadas y vigiladas. Es decir, las tecnologías de vigilancia desplegadas en los eventos deportivos se utilizan generalmente para la vigilancia racializada posterior al evento".

En 2008, la enorme inversión del gobierno chino en los Juegos Olímpicos de Pekín sirvió de base para el sistema de vigilancia ahora desplegado por todo el país. Lo mismo ocurrió en el último Mundial de fútbol de Rusia, que convirtió a Moscú en uno de los mayores laboratorios de reconocimiento facial del mundo. Esa tecnología está instalada en 100.000 de las más de 200.000 cámaras de la capital rusa. En abril de 2021 se utilizó para reprimir la oposición al gobierno actual.

"Estos eventos son también una oportunidad para que los países anfitriones forjen asociaciones de seguridad con potencias de la región y de fuera de ella", afirma Boykoff. Para esta Copa del Mundo, Catar cuenta con contingentes de Marruecos y Pakistán, pero también de Francia, que es un viejo socio de Catar desde 2006 y la organización de los Juegos Asiáticos en el Emirato.

Estos efectivos incluyen por parte francesa 21 operadores especializados del Grupo de Intervención de la Gendarmería Nacional (GIGN), 70 especialistas en la lucha anti-drones, operadores de desminado y expertos en la lucha contra los hinchas violentos. Un entrenamiento perfecto para los Juegos Olímpicos de París 2024.

El Mundial de fútbol nunca debió tener lugar en Catar

 

Traducción de Miguel López

 

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