El destino de los rehenes divide a la sociedad en Israel en un clima cada vez más polarizado

Fotografías en Tel Aviv de los rehenes secuestrados por Hamás el pasado 7 de octubre.

Wilson Fache (Mediapart)

Tel Aviv (Israel) —

Frente al Museo de Arte Moderno de Tel Aviv, en la "Plaza de los Rehenes", como la han rebautizado los israelíes en los últimos cuatro meses, se han montado dos mesas largas. La primera, con botellas de agua podrida y trozos de pan mohoso servidos en bandejas de aluminio, que representa las comidas de los ciudadanos israelíes que siguen cautivos en la Franja de Gaza. 

Unos metros más allá, una segunda mesa larga, decorada con un mantel azul, botellas de vino y ramos de flores, simboliza un desenlace feliz para los 136 rehenes que siguen retenidos en la Franja de Gaza. En cada plato hay un mensaje: "Qué bueno verte entre nosotros".  

Alrededor de este banquete de ensueño, se ha instalado una tienda blanca por cada uno de los pueblos atacados por los combatientes de Hamás al amanecer del 7 de octubre de 2023. En el espacio dedicado al kibutz Be'eri, se encarga de la velada Aviv Havron, cuya hermana mayor, su sobrina y los hijos de ésta fueron liberados en un intercambio de prisioneros con Hamás a finales de noviembre. El marido de su sobrina, Tal Shoham, de 38 años, sigue cautivo. 

"Tenemos que estar aquí todo el tiempo, cada día, cada hora, cada segundo. Porque éste podría ser el último día en la Tierra para cada uno de los rehenes, su última hora, su último segundo. No podemos olvidarlos. Tenemos que estar aquí para recordar a nuestro gobierno que la liberación inmediata de los rehenes debería ser su máxima prioridad", insiste Havron, periodista de 65 años, director de Yediot Aharonot, el principal diario del país.

Como cada sábado por la tarde, en la plaza se reúnen miles de personas en apoyo de los rehenes. Allí, familiares de los cautivos y personalidades públicas se turnan para dirigir un mismo mensaje al gabinete de Benjamin Netanyahu. "Acuerdo", gritó uno de los oradores. "Ya", respondió la multitud

En las dieciséis concentraciones anteriores, las familias y sus partidarios se habían cuidado de mantener un discurso cortés y de parecer lo más neutrales posible, para evitar perder el apoyo de un sector de la sociedad en un país polarizado hasta el extremo. Aunque el 7 de octubre creó una fachada de unidad, ya se ven las primeras grietas y, esta vez, la manifestación es claramente más crítica con el gobierno, llegando incluso a acusar al primer ministro de importarle poco la suerte de los rehenes y de querer ganar tiempo para evitar nuevas elecciones.  

"Los dirigentes israelíes, el gabinete de guerra y su líder tienen miedo de tomar la decisión [de aceptar un nuevo intercambio de prisioneros - ndt] porque temen que un alto el fuego temporal dé lugar a críticas, a investigaciones, y desencadene el necesario proceso de comparecer ante el electorado para que renueve su confianza en sus dirigentes", dijo Ronen Manelis, ex portavoz del ejército israelí, desde su atril, rodeado de retratos de los desaparecidos.  

Negociaciones en curso 

Hacia las 19.30 horas, mientras terminaba una manifestación antigubernamental a pocas calles de distancia, cientos de participantes se unieron a la gente que ya se encontraba en la "Plaza de los Rehenes". Coincidencia de demandas: "Queremos elecciones porque no creo que el gobierno actual tenga el apoyo que tenía antes. El país va cuesta abajo y ellos no son capaces de sacarnos a flote. La gestión de la crisis de los rehenes ha sido un desastre. Su liberación debería haber sido la prioridad en lugar de una guerra vengativa", afirma una funcionaria que prefiere permanecer en el anonimato, de camino de la manifestación hacia la plaza.  

Una semana después de la cumbre de París, Qatar anunció el martes 6 de febrero que había recibido una respuesta "globalmente positiva" de Hamás sobre una nueva tregua que permitiría liberar a los rehenes que siguen retenidos en Gaza, pero sin revelar los términos de ese posible acuerdo. El jefe de la diplomacia americana, Antony Blinken, consideró "esencial" alcanzar un acuerdo, durante una visita a Doha antes de aterrizar en Tel Aviv el martes por la tarde para mantener conversaciones previstas sobre el tema con el gobierno israelí.  

A lo largo de la semana pasada, la prensa local y extranjera se hicieron eco de las exigencias del movimiento islamista de un alto el fuego de varias semanas, o incluso varios meses, y la liberación de miles de prisioneros palestinos. Benyamin Netanyahu respondió que "Hamás tiene exigencias que no aceptaremos"

El primer ministro anunció por televisión que había ordenado a su ejército "preparar" una ofensiva sobre Rafah, la ciudad más meridional de la Franja de Gaza, donde se concentran cientos de miles de palestinos. 

Su supervivencia política está en juego: Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Interior, amenazó a finales de enero con que su partido de extrema derecha abandonaría la coalición en caso de un acuerdo "imprudente" que condujera a la liberación de prisioneros palestinos, lo que podría provocar la caída del gobierno.  

Incluso entre las familias de los rehenes, la cuestión de las concesiones a Hamás con vistas a la liberación de sus seres queridos es fuente de debate entre los que están dispuestos a llegar a un acuerdo "a cualquier precio", los que afirman que hay líneas rojas y una minoría que rechaza cualquier negociación, argumentando que la fuerza militar es la única solución. 

"Reconstruir el contrato social”

Shira Havron, familiar del rehén Tal Shoham, cree que liberar a los rehenes no debe ser sólo el objetivo número uno del gobierno, sino el único. "No pueden pretender destruir a Hamás y recuperar a los rehenes al mismo tiempo. Traer de vuelta a los rehenes debe ser la única prioridad", insiste esta estudiante de cine de la Universidad de Tel Aviv. 

A los que creen que la seguridad del país es más importante que la suerte de unas decenas de rehenes, les responde que no se trata sólo de salvar a individuos, sino de "reconstruir el contrato social entre el Estado y sus ciudadanos". Un contrato que, en virtud del cual el Estado de Israel garantiza la seguridad de su pueblo, se hizo añicos el 7 de octubre, cuando el país sufrió el atentado más mortífero de su historia.  

¿Y si entre los presos palestinos liberados en virtud de un posible acuerdo estuviera el cerebro de un próximo 7 de octubre? Es la pregunta que atormenta a Yossi Shnaider, primo de Shiri Bibas, atrapada en Gaza con su marido y sus dos hijos, Ariel, de 4 años, y Kfir, de apenas 1. 

"Para mí hay unas líneas rojas. Les recuerdo que fue en el marco de un intercambio de prisioneros como se liberó a Yahya Sinouar", dice, en referencia al líder del movimiento islamista en Gaza, encarcelado en Israel durante más de veinte años y liberado después junto a otros mil presos palestinos a cambio del soldado franco-israelí Gilad Shalit, capturado por Hamás en 2006.  

"Me resulta complicado decirle a una madre cuya hija fue violada y asesinada el 7 de octubre que el responsable va a ser liberado. No es fácil. No se trata de buenas personas que van a ser liberadas, son asesinos y terroristas. Y una vez en libertad, seguirán haciendo lo que hacían antes", insiste este agente inmobiliario de 45 años, repitiendo el argumento esgrimido por el líder ultraderechista Itamar Ben Gvir.   

Todavía no se ha hecho pública ninguna lista de presos que podrían ser objeto de un futuro intercambio. Durante la anterior tregua, de los 240 detenidos palestinos liberados, 169 eran menores, el más joven de los cuales tenía 14 años. Yossi Schnaider, aunque no está dispuesto a aceptar cualquier acuerdo con Hamás, espera no obstante que se llegue a un compromiso lo antes posible, porque sus esperanzas, dice, menguan día a día: "Me siento como un zombi. Llevamos tanto tiempo así, hemos trabajado tanto y no hemos conseguido nada". 

Según el New York Times, más del 20% de los rehenes han muerto desde el 7 de octubre de 2023 

Según el New York Times, una evaluación interna realizada por el ejército israelí estima que han muerto más del 20% de los rehenes retenidos en Gaza desde el 7 de octubre, es decir, al menos treinta y dos personas. Según el diario estadounidense, las familias de esos treinta y dos rehenes ya han sido informadas. El New York Times cita a cuatro oficiales militares anónimos que afirman que la inteligencia militar israelí está investigando información que sugiere que podrían haber muerto al menos otros veinte rehenes más.  

Por su parte, The Wall Street Journal informa de que podrían haber muerto cincuenta rehenes de Hamás en Gaza desde el 7 de octubre. "Si las últimas estimaciones israelíes son correctas, significaría que siguen vivos unos 80 de los 132 rehenes que se cree están en manos de Hamás u otros grupos activistas y que retienen docenas de cadáveres de personas que secuestraron. Hasta ahora no ha sido devuelto ninguno de los muertos", escribe el periódico. 

 

Caja negra

Wilson Fache, premio Albert Londres 2023, es periodista independiente. Este es su primer artículo para Mediapart.

Este artículo ha sido actualizado con las últimas declaraciones de Benjamin Netanyahu.

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Traducción de Miguel López

 

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