Insultos, burlas y violencias contra un hombre tutelado que tiene una discapacidad: en el canal ‘Jeanpormanove’, los malos tratos capacitistas eran cotidianos. A pesar de la dimensión nacional que adquirió la historia, las humillaciones hacia las personas con discapacidad siguen siendo ampliamente invisibilizadas en el debate público.
El programa se llama 'Questions pour un golmon' ['Preguntas para un Gomol'] ('mongol' al revés, por 'mongolito'). “El nivel de las preguntas varía entre primero y cuarto de primaria”, anuncia el presentador, 'Gwen C.', disfrazado con una peluca y una corbata mal anudada. A su lado, dos hombres, 'Naruto' y 'Safine', sostienen cada uno a su 'golmon', como ellos dicen. Sus campeones respectivos se llaman 'Coudoux' y 'JP', por 'Jean Pormanove'.
El objetivo es plantear preguntas simples y burlarse de sus respuestas, con el fin de divertir a la galería de internautas que observan este espectáculo retransmitido en directo por Internet. “'¿Pensaban que el cerebro humano había alcanzado sus límites? Esta noche verán que aún estamos muy lejos de ello”, ironiza Gwen C., hermano de Naruto, cuyo verdadero nombre es Owen C.
Dieciocho meses más tarde, JP está muerto. El caso Jean Pormanove ha tomado una dimensión nacional, ya que el hombre de 46 años falleció en directo, al término de un live stream de doce días organizado por el mismo equipo de influencers franceses. Se abrió una investigación para determinar las causas de la muerte: la autopsia permitió constatar que no fue provocada por golpes de terceros. Los resultados de los análisis toxicológicos aún no se conocen.
Si este deceso conmueve, es también porque las condiciones de vida y de trabajo de Raphaël Graven, el verdadero nombre de JP, habían sido puestas al descubierto por Mediapart ya a mediados de diciembre de 2024. Allí revelábamos la mecánica sórdida en curso en los dos últimos años: varios influencers de Niza maltrataban en directo a dos víctimas propiciatorias, lo que generaba visualizaciones y donaciones enviadas por fans exaltados. Las víctimas, por su parte, decían estar de acuerdo. Y ganaban grandes sumas de dinero.
Una relación de dominación
Una parte de estos malos tratos era abiertamente capacitista. El concepto 'Questions pour un golmon' no es más que un triste ejemplo: declinado a lo largo de varios meses, permitió a los streamers invitar a varias personas con discapacidad a su canal para burlarse de ellos a su vez. Raphaël Graven, aunque no tenía una discapacidad, era permanentemente calificado de 'Cotorep', ridiculizado por su supuesta simpleza mental.
“Se puede ver el caso Jean Pormanove como una relación de dominación: la sociedad capacitista impone sus normas y sus mecanismos. Se ridiculiza y humilla a las personas con discapacidad controlando además su imagen”, analiza Johanna-Soraya Benamrouche, autora impulsora del colectivo anticapacitista Corps dissidents y cofundadora de Féministes contre le cyberharcèlement.
Sin embargo, es a través de la figura de Stéphane, apodado Coudoux, como el odio capacitista se desbordó durante más de un año, delante y detrás de las pantallas.
Stéphane es un fan que se unió en febrero de 2024 al equipo del 'Lokal', nombre del almacén en los Alpes Marítimos donde los hombres grababan sus contenidos, difundidos después en la poco conocida plataforma Kick. “Había empezado viendo sus contenidos, luego nos dijo: ‘Voy a Niza para un combate de boxeo’, recuerda su hermana. De una cosa a otra, se quedó allí”. Su hermano de 40 años habría cortado desde entonces los lazos con gran parte de la familia, aunque algunos sobrinos y sobrinas siguen a distancia lo que ocurre en las redes sociales.
Contactado por Mediapart, no respondió a nuestras preguntas, ni hace ocho meses ni ahora.
Su hermana, que cuida sola de su madre, habla de Stéphane con una mezcla de afecto y rencor, describiéndolo como un hombre “influenciable” y muy atraído por el dinero. Un chico crédulo que pasó “su infancia en los IME [institutos médico-educativos para jóvenes en situación de discapacidad mental – ndr], luego en Centros de Ayuda para el Trabajo (CAT)”. “Lo tengo atravesado”, confiesa ella, preocupada tras haberlo 'visto muy enfadado en los lives'.
Conmovida por las imágenes de la investigación en vídeo de Mediapart que solo visionó recientemente, hoy se plantea presentar una denuncia contra los influencers o la plataforma Kick, por “el daño que le han hecho a su hermano”. A día de hoy, no ha dado el paso. Sin embargo, la fiscalía de París abrió una investigación preliminar el 25 de agosto de 2025 para “determinar si la plataforma Kick proporcionaba, a sabiendas, servicios ilícitos, en particular por la difusión de vídeos de atentados voluntarios contra la integridad de la persona”.
Consentimiento
Cuando se une a Owen C., Gwen C. y Safine H. en las alturas de Niza en febrero de 2024, Coudoux es recibido con los brazos abiertos por un equipo burlón, que percibe rápidamente que sus apariciones gustan a su público. Al principio, Stéphane es presentado como el antagonista de Raphaël Graven, animado a provocarlo y abofetearlo. El hombre tutelado se convierte en el segundo chivo expiatorio del grupo: es ridiculizado por su aspecto físico y la lentitud de su discurso, pero también violentado físicamente.
En noviembre de 2024, Mediapart visionó así imágenes de una brutalidad inaudita, ya fueran descargas eléctricas infligidas por una pulsera, zancadillas o bofetadas. Un día, Safine H. asesta incluso un puñetazo en el brazo derecho de Stéphane tan fuerte que aparece un hematoma en directo. Y vuelve a presionar sobre él, pese a las quejas de su víctima. “Fuerte –le ordena– así se olvida el dolor”. “¡Le duele!”, se divierte Owen C. Entonces, Safine le golpea el otro brazo.
Interrogado por RTL un año y medio más tarde sobre las violencias en el canal de streaming, Safine H. concedió: "En algunos momentos, eran bofetadas de verdad, no se puede simular todo… Pero todo era consentido", asegura.
“Hay que ver cómo se produce el consentimiento, especialmente cuando está condicionado por relaciones de poder, aquí de dependencia económica entre otras", matiza Johanna-Soraya Benamrouche. "El contexto socioeconómico en el que se expresa un posible consentimiento es importante: la precariedad en la que se encuentran muchas personas con discapacidad ya es de por sí una coacción que puede empujar a aceptar trabajos que pueden ser humillantes”.
Los fans enardecidos por el odio
Además de las violencias físicas visibles, Stéphane era también regularmente objeto de trampas por parte del equipo del Lokal. En una ocasión, le hacen creer que tiene una cita romántica con una mujer. Tras una hora de camino, en realidad es recibido por unos cómplices que, muertos de risa, filman su desconcierto. Otra vez, sus 'camaradas' le pagan los servicios de una escort. Se toma una foto del hombre desnudo en una cama, con los pies atados. Owen C., desternillado, se divierte mostrándola en directo a los internautas.
Ese público, precisamente, del que una parte se deleita con estos abusos, retoma al unísono el mismo vocabulario que sus ídolos. Raphaël Graven y Stéphane se convierten en 'los Cotorep', los 'golmons'. Coudoux es apodado 'la beluga'. En cada retransmisión en directo, los comentarios desfilan furiosos en el chat para insultarlo. En apenas unos minutos, se leen: "pero qué tonto es", "este tío es un desastre", "Coudoux da asco", "ese cerdo de beluga ni mastica", "le mola chupar a ese HDP", "Coudoux el perturbado".
A día de hoy, aunque el canal cerró, un hombre ha muerto y hay varias investigaciones preliminares en curso, algunos fans siguen, en mensajerías internas, intercambiando fotos humillantes de Stéphane, para recordar "los buenos momentos", como ellos dicen. Algunos aseguran también que "querían" a JP y a Coudoux, a la vez que se alegraban de verlos sufrir. Owen C. y Safine H. también describen, estos últimos días, al hombre como un "hermano" al que querían y ayudaban.
“Querer sirve para presentar la explotación como una relación benévola, que enmascara la lógica monetaria y los mecanismos de dominio", lo ve más bien J-S Benamrouche. "Si digo que quiero a este candidato, entonces la acción en la que participo no se percibe como malintencionada. Se presentan como una especie de salvadores válidos. A lo cual se puede responder que en realidad hay una dinámica de depredación y dominio. No puede haber consentimiento en una dimensión de dominio”.
Tras una humillación de más, en junio de 2024, Stéphane da un portazo. "No soy un títere", lanza. Pero cuando regresa unos días más tarde a Niza para recuperar su coche, vuelve a caer. En varios lives posteriores, el hombre se declara consentidor. El 29 de noviembre de 2024, Owen C. le pregunta: "Coudoux, ¿te sientes mal?” “No”, responde él.
“No es consciente de la gravedad de las cosas, analiza su hermana. El problema para Stéphane es que siempre se han burlado de él. Con ellos tuvo que encontrar una amistad que nunca había tenido. No consigue tener novia, así que le pagan escorts… Y en cuanto tiene algo de dinero, lo gasta todo”.
A diferencia de Raphaël Graven, Stéphane no estaba remunerado como los demás streamers, descubrió Mediapart en diciembre de 2024. En esa época, Owen C., incómodo, explica: “Es un poco más complicado, me encargo de bastantes cosas por él. Hemos contactado con su tutor, estamos viendo el estatus que podemos darle. Por ahora, no hemos podido transferirle nada”. Es decir, cerca de un año de 'trabajo' gratuito casi cotidiano, mientras que Owen C., Safine H. y Raphaël Graven se embolsaban 6 000 euros al mes.
El capacitismo sigue (aún) vendiendo
El 16 de diciembre de 2024, tras las primeras revelaciones de Mediapart, el fiscal de la República de Niza abrió una investigación preliminar, en particular por el delito de “provocación pública por medio de comunicación al público por vía electrónica al odio o a la violencia hacia una persona o un grupo de personas en razón de su discapacidad”. Esta investigación sigue en curso.
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“Existe una dificultad para nombrar y conceptualizar el capacitismo en Francia por parte de los medios y las instituciones. Las opresiones capacitistas se perciben como un no-tema”, observa Johanna-Soraya Benamrouche. Y recuerda que los 'freak shows', donde seres humanos que se apartan de las normas físicas habituales se exhiben, existen desde hace mucho tiempo. Aunque los protagonistas de estas exhibiciones se digan consentidores, una “lógica del espectáculo violento que transforma la vulnerabilidad en recurso explotado económicamente” se oculta detrás.
Prueba de que los problemas siguen siendo terriblemente actuales: el pasado 12 de julio, el futbolista internacional Lamine Yamal utilizó a personas con enanismo para hacer el 'show' en su decimoctavo cumpleaños. Otro influencer francés, Hachemi Sabi, se ha convertido en el francés más seguido en Snapchat, con 12 millones de suscriptores, al exhibir a una decena de hombres con enanismo, filmados cotidianamente participando en numerosos conceptos y juegos.
En julio de 2024, se reunieron con los streamers del canal 'Jeanpormanove'. Para la ocasión, difundieron una versión de 'Questions pour un golmon', en la cual Raphaël Graven debía enfrentarse a uno de los hombres con enanismo. Otros cinco, enfundados en guantes de boxeo, fueron invitados a golpear cuando alguien se equivocaba.
Insultos, burlas y violencias contra un hombre tutelado que tiene una discapacidad: en el canal ‘Jeanpormanove’, los malos tratos capacitistas eran cotidianos. A pesar de la dimensión nacional que adquirió la historia, las humillaciones hacia las personas con discapacidad siguen siendo ampliamente invisibilizadas en el debate público.