La portada de mañana
Ver
Un país en vilo: los escenarios que se abren a Pedro Sánchez y que marcarán "una nueva etapa política"

El Gobierno plantea mandar agua en barco a Andalucía, donde 349 municipios tienen restricciones por sequía

El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno (i), y la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, este jueves en Sevilla.

La mayor sequía registrada en Andalucía no hace más que agravarse. Mientras el agua embalsada en España se recupera respecto a los últimos dos años, en Andalucía las presas continúan en mínimos históricos: tienen la mitad de agua que la media de la última década. La situación ha obligado a la Junta y al Gobierno central a preparar un plan para llevar agua desalada en barcos desde otra comunidad autónoma, que por ahora no se ha desvelado. Según anunciaron las dos administraciones este jueves, el agua llegaría "a principios de junio" a tres puertos que se van a acondicionar: Algeciras, Carboneras (Almería) y Málaga. Esta última ciudad es donde más preocupa el abastecimiento debido a que triplica su población en verano.

La Junta y el Gobierno central tratan de buscar soluciones rápidas ante el escenario muy complicado que se presenta en primavera y verano. No se espera que llueva más de lo normal en los próximos meses y ya hay problemas de abastecimiento en centenares de municipios, especialmente en zonas rurales que no están conectadas a las redes de abastecimiento. Según el Observatorio de la Sequía de Protección Civil, en Andalucía hay 349 ayuntamientos con limitaciones de acceso al agua, el 44% de las localidades, donde viven 5,7 millones de personas.

Para hacer frente a esta situación, Andalucía copiará la solución que se planteó a principios de febrero para Cataluña, donde se planea llevar agua desalada desde Sagunto (Valencia). La diferencia es que en el caso de Cataluña el agua será provista por una desoladora de Acuamed (propiedad del Gobierno), mientras que la que llegará a Andalucía se desconoce por ahora su origen. "No hemos encontrado todavía una planta del Estado, pero sí hemos identificado una que no estaba a pleno rendimiento en otra comunidad autónoma", dijo la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, durante una rueda de prensa este jueves en Sevilla. Ribera insistió en que por ahora no dará el nombre de la planta, por lo que se entiende que podría ser de titularidad privada. La Junto pidió a comienzos de mes recibir agua desde Murcia en barco, aunque la ministra no confirmó este dato.

La mayoría de municipios andaluces afectados por restricciones están en situación de alerta o emergencia, que incluyen medidas como reducir la presión de los grifos por la noche, la prohibición de uso de agua potable en piscinas y jardines, y un recorte de entre el 50% y el 75% del regadío en el campo. Sin embargo, en el norte de Córdoba hay una zona con 21 municipios que lleva diez meses sin agua potable. Otra situación extrema es la de Humilladero (Málaga), donde llevan más de 400 días sin agua potable. En los dos casos es debido a que el agua de la zona está contaminada, por lo que solo puede usarse para ducharse, pero no para consumo humano ni animal.

Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, afirmó este jueves que está del lado de todos los andaluces que están sufriendo estos meses las restricciones del agua y dijo que la posibilidad de traer agua en barco "es el último recurso", aunque tanto él como Ribera lo plantearon como un escenario altamente probable. El acercamiento entre ambas administraciones llega después del pacto de Doñana, y evidencia la cercanía entre el Ministerio de Transición Ecológica y el Gobierno andaluz. "En caso de necesidad es importante sumar esfuerzos. No sabemos cuánto puede durar esta situación, pero los modelos climáticos apuntan a que estos episodios [de sequía] serán cada vez más frecuentes y más intensos", añadió Ribera.

Un coste de entre 60 y 70 céntimos por metro cúbico

Junta y Gobierno central también se repartirán los costes de llevar el agua en barco, como en el caso catalán. El ministerio se compromete a pagar la desalación del agua, "a un coste de entre 60 y 70 céntimos por metro cúbico", y a su transporte hasta el buque, mientras que el gobierno andaluz sufragará el alquiler de los barcos y la vuelta del agua a tierra.

Andalucía pasa por su sequía más dura desde que los registros comenzaron en los años 60, y acumula cinco años de sequía meteorológica. En 2023, las estaciones de Aemet en las principales ciudades registraron una caída de las precipitaciones del 45%. En los últimos días, las lluvias han dado un respiro a la cuenca del Guadalquivir, pero la Costa del Sol, el Campo de Gibraltar, la costa de Cádiz y la Axarquía (Málaga) están al límite. Allí, los embalses están a menos del 20% de capacidad, cuando deberían superar el 50%.

Rafa Seiz, especialista en Agua de WWF, recuerda que la agricultura y la ganadería también son responsables de la situación por la sobreexplotación del agua superficial y los acuíferos. "En la cuenca del Guadalquivir casi el 90% del agua es para cultivo, hay un margen enorme para reducir el regadío", afirma. Precisamente la carencia de agua hace que el problema se agrave todavía más rápido, porque los planes especiales contra la sequía de la Junta obligan a aumentar las extracciones de agua de pozo en situaciones de alerta para garantizar el agua de boca en los municipios, secando todavía más rápido las reservas.

Luis Babiano, gerente de la Asociación Española de Operadores Públicos de Abastecimiento y Saneamiento (AEOPAS), conoce de cerca el caso andaluz, y desde hace años alerta de que esto terminaría ocurriendo. Las sequías son cíclicas en esta región de España, pero cada vez son más extensas en el tiempo y agresivas, y el modo de solucionarlas es siempre el mismo: "Cuando llega la sequía, todo el mundo entra en pánico, como ocurre ahora, y cuando llueve nos olvidamos, en lugar de planificar cuando las cosas van bien", afirma el experto.

Babiano recuerda "un caso de libro", la sequía de 2005. La emergencia llevó al Gobierno y a la Junta a acordar la construcción de la desoladora Fuengirola-Mijas para abastecer a medio millón de personas y cubrir la demanda turística. La sequía pasó, y aunque el dinero ya estaba adjudicado y presupuestado, el proyecto se metió en un cajón hasta que en 2012 se canceló. "Fue vital durante unos meses, y hoy vuelve a serlo, pero llovió y dejó de tener interés", señala.

Ribera citó este jueves que su ministerio tiene prevista la construcción de dos desaladoras en Andalucía, una en Almería y otra en Málaga, aunque no entrarán en funcionamiento hasta 2027 o 2028, por lo que no podrán solucionar la sequía a corto plazo. Para los próximos meses se plantean pocas soluciones, más allá de enviar el agua en barco. Los mandatarios hablaron de digitalizar las redes municipales de agua en busca de fugas y para evitar despilfarros, mientras que el Gobierno central abastecerá con agua desalada al norte de Almería, la provincia con peores reservas hídricas de la comunidad.

Evitar las pérdidas de agua en los municipios

Reducir las pérdidas de agua por averías puede suponer un importante ahorro en los pequeños municipios, donde la red de tuberías suele ser antigua y estar poco supervisada. Según los últimos datos del INE de 2020, el consumo medio de agua de los hogares españoles fue de 133 litros por habitante y día, mientras que las pérdidas del sistema alcanzaron los 62 litros por habitante y día. Las pérdidas reales (fugas, roturas y averías en la red de suministro) se estimaron en 38 litros, mientras que las pérdidas aparentes (errores de medida, fraudes y consumos autorizados no medidos) alcanzaron los 24 litros diarios por habitante.

Luis Babiano explica que los municipios de menos de 20.000 habitantes son los más críticos, porque funcionan con operadores de agua pequeños poco modernizados. "La Diputación de Málaga presentó en 2022 un estudio y los datos son demoledores", dice. Se estudiaron 51 municipios, la mitad de la provincia, y se detectaron fugas de unos 7 hectómetros cúbicos al año, agua suficiente para abastecer a 90.000 habitantes. En los 51 ayuntamientos estudiados, las pérdidas de la red iban del 20% al 50%, y en algunas localidades se pierde más de la mitad del agua.

Más sobre este tema
stats