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Penalizar a las eléctricas que pongan trabas al autoconsumo colectivo, una carta en manos de la CNMC

Foto de archivo de un instalador montando un panel fotovoltico.

El autoconsumo colectivo —la instalación de placas en el tejado de un edificio o una urbanización— está desaparecido en España. En los últimos cinco años ha habido un despliegue importante de paneles fotovoltaicos en chalets, oficinas y fábricas, pero en las ciudades prácticamente no hay. De hecho, el autoconsumo colectivo representa menos del 0,1% del total de instalaciones de autoconsumo solar en España. Una alianza de organizaciones sociales quiere revertir esta situación, de la que culpan a las trabas que ponen las grandes eléctricas, y van a reclamar a la CNMC que actúe penalizando a las distribuidoras que ponen problemas y premiando a las que faciliten su instalación.

La iniciativa la presentó este jueves la Alianza por el Autoconsumo y la Asociación de Municipios y Entidades por la Energía Pública (Amep), que unen a decenas de ayuntamientos y a organizaciones ecologistas, de consumidores y sindicatos. En concreto, van a solicitar a la Comisión Nacional de los Mercados y de la Competencia (CNMC) que modifique el sistema de retribuciones de las compañías distribuidoras e introduzca el factor autoconsumo en los cálculos de las cuantías que reciben.

Las distribuidoras ingresan periódicamente un pago de la CNMC por sus servicios de transporte de la energía hasta los hogares. Este dinero proviene de los peajes que los hogares pagan en su recibo mensual, y la alianza quiere que uno de los criterios que fijen esa cuantía sea la promoción de las energías renovables a través del autoconsumo. La cantidad exacta de la bonificación o de la sanción del sistema que proponen deberá decidirla la CNMC, y la propuesta la entregarán en las próximas semanas en un proceso de consulta pública que ha abierto el organismo público para revisar el mecanismo de retribución de las distribuidoras entre 2026 y 2031.

Joan Herrera, director de Energía del Prat y uno de los impulsores del texto, explica que "no se trata de castigar a nadie, sino de fomentar las buenas prácticas". "Las distribuidoras funcionan por hitos, y queremos que uno sea este", añade. En la presentación del documento también estuvo presente este jueves Héctor Pastor, coordinador de Autoconsumo en la consultora energética Ecoo. "Hasta ahora el autoconsumo se ha impulsado a través de las viviendas unifamiliares y la industria. Es el momento de que el 70% de los españoles que vivimos en edificios podamos acceder a él", dijo.

El autoconsumo colectivo es la unión de un grupo de vecinos para compartir los costes de una instalación solar y después dividir la energía generada para abaratar la factura de la luz. El panel solar es puntero en España —es el segundo país de la UE que más placas tiene instaladas—, pero principalmente se monta mediante de grandes proyectos en mitad del campo que se vierten a la red eléctrica nacional. Dentro de la generación fotovoltaica también está el autoconsumo, donde la luz generada en la planta se destina específicamente a un hogar, una empresa o una industria adyacente, y es aquí donde se incluye el autoconsumo colectivo en edificios, que representa un porcentaje ínfimo. Según un estudio de Aldea Energy, en España hay 433.517 suministros de autoconsumo, de los que 17.150 son autoconsumos colectivos, el 0,04% del total. El estudio se elaboró a partir de datos de la CNMC.

Los problemas entre las distribuidoras y el autoconsumo viene de lejos. Hace justo un año la CNMC comenzó una investigación sobre Endesa y Naturgy por posible obstrucción a la hora de tramitar los autoconsumos bajo la sospecha de que alargaban artificialmente los plazos de gestión o hacían reclamaciones de todo tipo para disuadir a los ciudadanos de partir de 15 kilovatios (kw) de potencia, la comunidad de vecinos debe pedir a su distribuidora los permisos de acceso y conexión a la red. Joan Herrera acaba de coordinar el montaje de 15 instalaciones de autoconsumo en Baix Llobregat en diferentes edificios públicos de la ciudad con Endesa y ha tardado diecinueve meses en activar el proyecto. "Sinceramente, se podría hacer en 40 días, aunque sería aceptable tardar hasta cuatro o cinco meses".

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La Alianza por el Autoconsumo publicó en enero un informe que calificaba a las distribuidoras como "la principal barrera al desarrollo del autoconsumo" en España y analizaba 564 casos reales de estos proyectos. Determinaron que el tiempo que pasa entre que el panel está instalado y se empieza a disfrutar de su energía no baja de los 10 meses, con casos de hasta 21 meses, cuando la ley fija un máximo de dos meses. Los retrasos de las distribuidoras proceden de varios seis eslabones de la cadena. Por ejemplo, a la hora de abrir el expediente, en la solicitud del punto de acceso o en la activación de la instalación. María Prado, de Greenpeace, explica que estas trabas se deben a que el autoconsumo pone en peligro el negocio de las eléctricas: "No favorecen el autoconsumo porque no les interesa, sobre todo a las compañías que están verticalmente integradas -producen, transportan y venden la luz- y controlan toda la cadena".

La situación es pésima porque las grandes compañías controlan en monopolio casi toda la distribución eléctrica de España y, por tanto, la instalación de los autoconsumos colectivos. De hecho, Iberdrola, Endesa y Unión Fenosa (Naturgy) acaparan casi el 90% de los autoconsumos colectivos de España, según Aleda Energy. Pero no todas las eléctricas ponen trabas, sino que hay pequeñas empresas que sí ayudan a estos proyectos, e incluso que los convierten en un pilar de sus ingresos. Eléctrica Sudanell, en Lleida, tiene un 10% de sus clientes en forma de consumos colectivos, y Distribución Eléctrica Crevillent, en Alicante, un 4%, entre otros. En el caso de Iberdrola, suponen el 0,065% de su cartera de clientes.

Esta diferencia en el trato a los clientes también se identifica por territorios. La ciudad con más suministros de autoconsumo colectivo es Oviedo (3.206), seguida de lejos por Barcelona (1.110) y Madrid (759), que pese a su enorme población están en niveles muy mediocres. Ese top es en cifras absolutas, pero en cifras relativas de autoconsumos sobre el total de suministros la fotografía cambia. En el top están Oretxa (Gipuzkoa, 67%), Cedillo (Cáceres, 62%) y Abaurregaina (Navarra, 24%).

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